4. Funciones del lenguaje

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Sean Dreilinger
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Ya ha quedado de manifiesto la importancia que tiene el lenguaje para nosotros. Por eso cabe hacerse esta pregunta: ¿para qué sirve el lenguaje? En sentido general, podemos decir que este tiene dos finalidades básicas: formalizar el pensamiento y permitir la comunicación mediante signos verbales entre los seres humanos.

No obstante, cuando analizamos con detenimiento un acto concreto de comunicación en el que se utiliza el lenguaje verbal, podemos comprobar que el emisor puede utilizarlo persiguiendo distintas finalidades. El lingüista R. Jackobson organizó estas finalidades en seis posibilidades, que son las conocidas como FUNCIONES DEL LENGUAJE. Son las siguientes:

  • Representativa o Referencial

Es la que predomina en los mensajes que pretenden transmitir información objetiva sobre la realidad de la que se habla. Se centra, pues, en el REFERENTE. Es la función que observamos en los mensajes informativos y expositivos.

  • Expresiva o Emotiva

Esta función se hace evidente en los mensajes que el emisor enuncia con la intención de manifestar su estado de ánimo, sus emociones, sus ideas, sus sentimientos. Por lo tanto, la actitud del EMISOR es el elemento más relevante de este tipo de mensajes, caracterizados por la subjetividad. Es una función muy habitual en el habla coloquial, así como en los textos literarios de carácter lírico y en los textos argumentativos.

  • Fática o de Contacto

Esta función se centra en el CANAL y se muestra en los mensajes en los que el emisor lo que pretende es abrir un cauce de comunicación con alguien, o comprobar que este sigue abierto y no se ha interrumpido, o bien cerrarlo. Es propia de situaciones habituales en la lengua oral, tales como el saludo, las despedidas o los incisos dedicados a comprobar si la comunicación se mantiene.

  • Apelativa o Conativa

Aparece en los mensajes con los que el emisor pretende que el receptor haga o diga algo. Por lo tanto, se centra en la figura del RECEPTOR. Para que el receptor diga algo, lo normal es hacerle una pregunta. Para que haga algo, se le transmite un mandato, más o menos disimulado. Es también muy habitual en el habla coloquial, así como en los mensajes publicitarios y propagandísticos.

  • Poética o Estética

Es la función que predomina cuando al emisor le interesa no solo lo que dice, sino atraer la atención sobre cómo lo dice. Por lo tanto, se centra en el MENSAJE, concretamente en sus aspectos formales. Es la función propia de los textos con intención estética o humorística en los que resulta fundamental llamar la atención sobre la forma en la que está construido el mensaje. Aparece en el discurso literario, en el publicitario y, también, en el coloquial.

  • Metalingüística

Predomina esta función en los mensajes cuyo referente es el código lingüístico, es decir, en los que se utiliza la lengua para hablar sobre aspectos relacionados con la propia lengua. Se centra en el CÓDIGO y es una función que encontraremos habitualmente en los libros de gramática, en los diccionarios...

 

Las funciones del lenguaje se manifiestan en el discurso a través de unas marcas, es decir, del uso de una serie de recursos lingüísticos determinados, que son característicos de cada una de ellas. Puedes consultarlo en el siguiente esquema (haz click en él para ampliarlo):

 

 


Esquema de creación propia 

 

 

Hay que tener en cuenta, no obstante, que la mayoría de los enunciados pueden presentar varias funciones del lenguaje, según cuál sea la situación y la intención comunicativa, aunque sea una de ellas la que predomine sobre las demás. Así, si decimos: ¡Vaya, hemos llegado tarde! La película ya ha empezado, vemos con claridad que predomina la función emotiva, pues el emisor muestra su contrariedad y su decepción, aunque también podemos apreciar la presencia de la función referencial, pues se transmite una información objetiva.

 

Actividad

El emisor inicia siempre el acto comunicativo con una determinada intención: informar, mostrar sentimientos, preguntar, saludar, conocer... sabiendo que este acto comunicativo va a producir un determinado efecto en el receptor. En líneas generales, podemos decir que un acto comunicativo obtiene éxito cuando el efecto que produce en el receptor coincide con las intenciones del emisor y para que ello ocurra es imprescindible valorar la situación comunicativa en la que se produce el intercambio de mensajes.

Los mensajes pueden tener una determinada apariencia, pero una intención real diferente. Así, por ejemplo, la oración Papá, me he quedado sin dinero, se muestra como un mensaje objetivo con función referencial, pero su intención real es otra, convirtiéndose en una oración con función claramente conativa. Diferenciamos, de esta forma el significado constante de un texto, y su sentido, es decir, el efecto que produce en una situación determinada concreta.

Este aspecto de la comunicación es tan importante, que para ampliar los estudios de la Lingüística (que estudia el lenguaje en sí mismo), surgió la Pragmática, que centra su atención en los llamados actos de habla concretos y en su capacidad de influir en los demás, según la situación comunicativa, siguiendo la lógica de la conversación.