7.4 Los colores. Absorción

Aunque la percepción del color es algo muy subjetivo, hay muchos aspectos del color de los que se puede hablar de forma objetiva. Por ejemplo, se sabe que lo que se conoce como luz visible es el conjunto de ondas electromagnéticas de longitudes de onda comprendidas entre los 400 nm y los 700 nm (aproximadamente), la luz blanca es simplemente la combinación de todas ellas.

Espectro visible

Imagen de Horst Frank en Wikimedia. CC

En realidad, todos los colores de la Naturaleza son el resultado de la absorción de parte de estas ondas y la reflexión del resto (lógicamente, se habla de los objetos que se ven por reflexión, no por emisión).

Así, una superficie roja lo es porque ha absorbido toda la parte del espectro excepto la parte roja del mismo que ha reflejado, un vidrio azul es un material que sólo deja pasar la parte azul del espectro, una superficie negra es aquella que absorbe toda la radiación visible que le llega, las superficies que reflejan parcialmente todas las radiaciones son grises, y así sucesivamente podríamos ir explicando cada uno de los colores que los seres que tienen órganos sensores de ondas electromagnéticas pueden captar.

color amarillo
Imagen de Bolumena en Wikimedia. CC

Curiosidad

¿De qué color es el cielo?

Fíjate en esta espectacular puesta de Sol:

Difusión de Rayleigh

Imagen de Rnbc en Wikimedia. dominio público

¿A qué se deben los colores que vemos del cielo? 

Ya has visto lo que es la dispersión de la luz. Cuando la luz atraviesa la atmósfera interacciona con sus moléculas dispersándose y, como la luz es la suma de muchas luces de colores, cada una se dispersa de forma diferente.

Rayleigh demostró que el color azul del cielo se debe a que la dispersión de la luz es más eficaz para las longitudes de onda cortas, azul y violeta, que para el resto, fenómeno conocido por dispersión de Rayleigh. Estos rayos dispersados van chocando contra otras moléculas de aire que vuelven a dispersarlos y así sucesivamente realizan un recorrido aleatorio de tal forma que, cuando llegan a la superficie de la Tierra, parecen provenir de todas las partes del cielo excepto de la dirección en la que se encuentra el Sol. En esta dirección las longitudes de onda cercanas al amarillo y rojo son las que predominan, pues son las que menos se dispersan, es por eso por lo que se percibe al Sol de color amarillo y al resto del cielo azul.

En el ocaso, la luz solar debe atravesar una capa de atmósfera mayor, esto hace que la zona de la puesta de Sol sea rojiza, ya que ahora la dispersión de los azules es mayor. El dibujo siguiente explica esta situación.

Dispersión

Imagen adaptada de The Good Doctor Fry en Wikimedia. CC