4.1. Códices, pergaminos. Técnicas y ejemplos.

Después de la caída del Imperio romano, la cultura dejó de ser una cuestión relevante para los nuevos pueblos bárbaros. La Iglesia se estableció como la única institución que marcaba el rumbo de la sociedad y entre ellos, adquirió el monopolio cultural. Serán por este motivo los monasterios los ilustres protectores de la sapiencia, y en ellos se fundarán las grandes escuelas de producción de los libros, adaptando una de las salas de las abadías para esta labor, nos referimos al scriptorim.

Pentateuco de Ashburham Imagen en Wikimedia Commons de dominio público

Pero no creas que existía una diversidad temática para los libros que se elaboraban, pues con lo que ya sabes seguro que puedes imaginarte cuál era el asunto exclusivo. Así es, la función litúrgica es la característica, se copiaban las Sagradas Escrituras para que pudieran ser usadas en el culto. Esto hacía que las ilustraciones y la decoración estuvieran encaminadas al estímulo de la espiritualidad, pues se realizaban bajo una finalidad didáctica.

Entendiendo esta función pedagógica, es frecuente que el mensaje prevalezca sobre la forma, por eso podemos advertir unas características en estas miniaturas:

• El dibujo es plano, con dibujos perfilados que marcan los contornos
• Predominan las imágenes expresionistas y antinaturalistas. Esto se ve reforzado con los rostros hieráticos de ojos grandes y almendrados, en los que la desproporción, la isocefalia y la frontalidad son una constante
• Los colores son básicos, sin profundidad, tan sólo se emplean unos fondos con tres bandas de colores monocromos y vivos
• Las escenas suelen estar enmarcadas. El recuadro se realiza con patrones simples inspirados en motivos geométricos celtas y mudéjares

Las miniaturas estaban realizadas sobre pergamino o vitela, más pulida. Se pintaba al temple, utilizando también oro y plata.

Aunque se sabe de la importancia que tuvieron en época visigoda, como el conocido como Pentateuco de Ashburham, apenas se han conservado códices miniados. De gran importancia son los que se encuentran en las Islas británicas, es el caso del Libro de Kells.