3.1. El nacimiento de la pintura Rococó en Francia

El Rococó será también un estilo pictórico. Ya estamos viendo cómo resalta en las cuestiones decorativas por antonomasia. Por eso, la pintura tendrá dos vertientes, pues además de los lienzos es habitual que se colmen con grandes frescos las paredes y techos de las estancias palaciegas.

El óleo se seguirá utilizando, pero se va a difundir la técnica al pastel que proporciona gran realismo y unos colores brillantes, sutiles, destacando los rosas, verdes y amarillos. Además es muy apreciado por la rapidez que aporta. El color se antepone a todo lo demás, la sombra tan estimada en el Barroco se abandona para inclinarse por la luz. La pincelada es tan fina que a veces es casi imperceptible.

Las composiciones son un reflejo de la vida alegre que la aristocracia alcanza. La sensualidad, la distinción y el atrevimiento conquistan lo temas de la 

época. Se renuncian a las alusiones majestuosas que venían del Barroco para apostar por temas más superficiales en las que las fiestas cortesanas llenas de galantería, las cuestiones pastoriles o de amor protagonizan sus obras. En estos cuadros, la mujer, como reflejo de la voluptuosidad y belleza, es uno de los epicentros de la acción.

Watteau, junto a Frabgonard y Boucher son algunos de los representantes más destacado de la pintura Rococó.

El columpio. Fragonard
El columpio, Fragonard. 
Imagen dewartburg.edu en Wikimedia Commons. Dominio público

La toilette, Boucher
La toilette, Boucher
Imagen de Museo Thyssen-Bornemisza en Wikpedia Commons.
Dominio público

Antoine Watteau fue el iniciador de este nuevo género, otorgándole el título de “pintor de fiestas galantes” por sus escenas en el campo envueltas en una atmósfera volátil.

Jean Honoré Fragonard es uno de los mejores ejemplos de la pintura del siglo XVIII. Seguidor de Tiepolo, se convirtió en uno de los pintores de moda de Francia, con numerosos encargos en los nuevos palacios. Sin embargo el final de sus días no fue tan prolífico, pues la caída del Antiguo Régimen con el triunfo de la Revolución Francesa lo condenaron al olvido. Si observas con atención la obra de El columpio podrás entender este espíritu frívolo de la etapa de la que te estamos hablando. Fíjate como la dama está siendo balanceada por un hombre, mientras que a sus pies aparece otro tumbado que curiosea aquello que la mujer quiere mostrarle con la excusa del vaivén en el que las faldas se suben. Una escena divertida, pero a la vez atrevida para los tiempos.

François Boucher es junto a Fragonard uno de los máximos exponentes del Rococó. Muy apreciado en la corte de Luis XV realzará un nutrido grupo de obras para Madame de Pompadour. Sus temas preferidos, mitológicos, campestres y de interiores que tienen un toque más erótico.

Para saber más

Maria Antonieta y sus hijos, É. Vigée Le Brun

Maria Antonieta y sus hijos, É. Vigée Le Brun
Imagen de Google Cultural Institute en Wikimedia. 
Dominio público 

Marie-Louise-Élisabeth Vigée Le Brun fue una de la más grandes pintoras del siglo XVIII y por tanto es indispensable que le demos su lugar para conocer su obra mejor.

Le Brun fue hija de un pintor de la época especialista en la técnica al pastel que tanto se llevaba por aquel entonces. Se reveló desde pronto como una magnífica pintora, aprendió de los grandes maestros como RubensRembradnt o Van Dyck y desde muy joven comenzó a ganarse la vida con los retratos. Tan bien lo hacía que era quien sostenía económicamente a su familia. Se crió en un tiempo en los que las mujeres comenzaban tímidamente a liberarse, en especial aquellas que frecuentaban los salones y círculos cortesanos. Este fue su caso, pues su pintura le abrió las puertas de la aristocracia francesa, por lo que sintiéndose una mujer libre su proposición de matrimonio con el marchante de arte Baptiste Le Brun le ocasionó una profunda incertidumbre. Al final optó por el matrimonio huyendo de la vida con su padrastro, pero realmente dejó atrás unos problemas para procurarse otros nuevos.

Inmortalizó a personalidades de la alta sociedad, grandes protagonistas del siglo XVIII, lo que le abrió las puertas del Palacio de Versalles y se convertiría en la retratista oficial de la reina María Antonieta, esposa de Luis XVI.

En sus retratos al gusto de la época combina la idealización que tanto gustaba con un sentido de la introspección psicológica que resolvía bajo una vigilante ojeada de las circunstancias desde una mirada llena de delicadeza.

Además de los retratos de la reina, del resto de la familia real y de la nobleza, trabajó en sus autorretratos, pero también alegorías y paisajes, así como retratos de mujeres coetáneas.

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Importante

La pintura rococó nació en Francia y se caracteriza por:

  • el uso de colores brillantes y sutiles, destacando los rosas, verdes y amarillos
  • la preferencia por la luz en vez de las sombras
  • la pincelada fina
  • realizan composiciones alegres, sensuales que reflejan escenas cortesanas llenas de galantería.

Los pintores más importantes del estilo son:

  • Antoine Watteau
  • François Boucher
  • Jean Honoré Fragonard