4.2. Técnica: pintura a la encáustica.

Entre las técnicas que empleaban los pintores egipcios la más popular era el temple, un método en el que utiliza como aglutinante para los pigmentos el huevo, y que fue usada fundamentalmente para la pintura sobre las paredes, ya que parece que el fresco aún no se conocía.  Para finalizar el trabajo se le sobreponía una capa de barniz para preservarla. Este recubrimiento, unido al lugar en que se encuentran resguardado de las inclemencias exteriores, así como un clima nada húmedo han favorecido su conservación hasta nuestros días.

Las pinturas solían realizarse sobre un ligero bajorrelieve, contorneando las siluetas de las figuras y objetos que coloreaban con tonalidades planas, siendo los pigmentos más utilizados los negros, azules, rojos, verdes, amarillos y blancos. Estos se extraían de minerales, arcillas, cal, etc.

Otro hecho que ha contribuido a que hoy puedas disfrutar de estas pinturas es la otra gran técnica del momento: la encáustica, debido a la gran resistencia que ofrece este procedimiento. En la pintura a la encáustica los pigmentos se diluyen con cera de abeja en caliente, por tanto, es necesario mantener la mezcla derretida constantemente mientras se aplica con un pincel o una espátula. Para enlucir la pintura una vez finalizada se le pasaba un paño de lino quedando la superficie brillante. Este método, fue empleado en pintura mural, pero sobre todo se utilizó para los sarcófagos.