En Andalucía tenemos una gran riqueza léxica y una extraordinaria creatividad en el vocabulario. Seguro que conoces palabras que únicamente se utilizan en tu pueblo o ciudad: por ejemplo, cepillo para la escoba o agujas para las pinzas de tender la ropa. Por un lado, se usan palabras de la lengua española con un especial significado, a veces por influencias de tipo histórico, como la presencia de arabismos, es decir, palabras procedentes del árabe: alféizar, almadraba, aceite y aceituna, centenares de topónimos; gitanismos: chivato, chungo, espichar (fallecer), coba, mangar, trola (mentira), tronío (fama); palabras de germanía, es decir, que se han utilizado con un sentido en clave dentro de un grupo clandestino: achicado (vencido), avío (apaño, el arreglo del día), armar bronca, mosquearse (enfadarse), patoso (sin gracia). Además, durante mucho tiempo se usó un léxico más semejante al empleado en el español de América: durazno (melocotón), chícharos (garbanzos o guisantes) frijón o frijol (alubia).