2. El andaluz

Como ya sabes, el andaluz es un dialecto del español de origen castellano, aunque también se le llama modalidad lingüística andaluza. Es nuestra forma de expresarnos y se ha ido formando y enriqueciendo poco a poco con el aporte (sustrato o adstrato) de los diferentes pueblos que han ido pasando por nuestra región.

Escudo oficial de Andalucía

En Andalucía tenemos una gran riqueza léxica y una extraordinaria creatividad en el vocabulario. Seguro que conoces palabras que únicamente se utilizan en tu pueblo o ciudad: por ejemplo, cepillo para la escoba o agujas para las pinzas de tender la ropa. Por un lado, se usan palabras de la lengua española con un especial significado, a veces por influencias de tipo histórico, como la presencia de arabismos, es decir, palabras procedentes del árabe: alféizar, almadraba, aceite y aceituna, centenares de topónimos; gitanismos: chivato, chungo, espichar (fallecer), coba, mangar, trola (mentira), tronío (fama); palabras de germanía, es decir, que se han utilizado con un sentido en clave dentro de un grupo clandestino: achicado (vencido), avío (apaño, el arreglo del día), armar bronca, mosquearse (enfadarse), patoso (sin gracia). Además, durante mucho tiempo se usó un léxico más semejante al empleado en el español de Américadurazno (melocotón), chícharos (garbanzos o guisantes) frijón o frijol (alubia).

Importante

Veamos cuáles son las características más importantes del andaluz:

  • En el léxico: nos encontramos, junto a una clara tendencia innovadora, la voluntad en el ámbito rural de la conservación de arcaísmos, así como una tendencia general al mantenimiento de arabismos (por ejemplo, alberca aljibe). Antes nos hemos referido al influjo del caló sobre el vocabulario ("chaval/a") o las coincidencias con el español de América, que van desapareciendo por el imperativo de las grandes superficies comerciales (melocotón en vez de durazno, garbanzos o guisantes en vez de chícharos) o el influjo de los medios (piscina en vez de alberca).
  • En la morfosintaxis: vemos como característica principal el uso del "ustedes" por "vosotros" en amplias zonas de Andalucía. Además, se pueden señalar otras:
    • Preferencia por los diminutivos en -illo/-illa en la zona occidental y los diminutivos -ico/-ica en las hablas más orientales.
    • La entonación, que presenta un ritmo más rápido y variado que el de otras modalidades.
  • En cuanto a los rasgos fónicos: las características más importantes son el seseo y el ceceo. Ya sabes que sesear consiste en pronunicar el sonido <z> como <s>; por ejemplo, zapato <sapato>, socio <sosio>, y, cecear, en articular el sonido <s> como <z>; por ejemplo, José <jozé>, socio <zozio>. La pronunciación seseante predomina en gran parte de Córdoba, la zona central de Huelva y el norte de Sevilla y Málaga, mientras que la pronunciación ceceante se extiende por el sur de la Comunidad.
    • Aspiración o eliminación de -s al final de sílaba o palabra: por ejemplo, las moscas <lah moskah>.
    • Pronunciación de la h- inicial con una fuerte aspiración: por ejemplo, hondo <jondo>, harto <jarto>, aunque no debe confundirse con la jota castellana. En general, se usa la aspiración en vez del sonido fricativo gutural: <quehío>, <cahón>.

Para saber más

En este enlace o este otro tienes un catálogo más amplio de las características lingüísticas más importantes del andaluz. Si no reconoces algunos rasgos en tu propio empleo de la lengua se debe, principalmente, a que el andaluz no es una norma unificada, sino un conjunto de variantes organizadas en hablas regionales, comarcales o locales: las hablas andaluzas, sin que una tenga privilegios sobre las otras.
Es tiempo de que andaluces y andaluzas nos liberemos de los prejuicios que nos han hecho sentir vergüenza por la riqueza lingüística y cultural que se comunica gracias a esas variantes. No es solamente un signo de identidad, sino un hecho histórico relevante que aproxima España a América, así como toda la España del Sur (meridional): Extremadura, Canarias y Murcia.  A ello se refiere el concepto de español atlántico.
No es casual que el fundador de la Gramática castellana, Antonio de Nebrija, fuera andaluz (de Lebrija, Sevilla), ni que fuera tachado por Juan de Valdés como poco fiable por serlo. En el siglo XVI ya existían los mismos prejuicios lingüísticos que hoy.
Retrato de Antonio de Nebrija
Retrato de Antonio de Nebrija
Imagen en Wikimedia Commons. Licencia CC
La Lingüística como ciencia ha asumido el deber de revalorar las lenguas frente a los prejuicios y, a veces, contra la Gramática tradicional. Acércate a algunos de los proyectos impulsados por el área de Lingüística General en la Universidad de Sevilla, con el fin de defender la diversidad lingüística en el mundo y los valores del andaluz: Ndatiaku Tu'un Savi, en favor de la revitalización de las lenguas amenazadas en América; Andalucía en el espejo y Orgullo seseante en Twitter, @Léxicoandaluz en Instagram, el audiolibro del cuento "La utopía del ceceo", entre otros. Mira este vídeo: