3. Sintaxis: usos del vocativo
En castellano y en latín, el vocativo es un caso que desempeña la función de llamar o invocar a una persona o cosa personificada, a la que después comunicamos algo mediante una oración.
Ejemplos:
Dioses, ¡ayudadnos!.
Niños, ¿acaso pensáis que no os veo?
Su función es prácticamente como la de una interjección (¡eh!), de la que nos servimos para llamar la atención de alguien. Como puedes apreciar, el vocativo queda fuera de la oración; por ello, el vocativo aparece entre comas, en latín y en castellano.
Sólo la segunda declinación en singular tiene una forma característica de vocativo distinto del nominativo, para los sustantivos y adjetivos cuyo nominativo acaba en -us (domine bone). En las demás declinaciones, la forma del caso vocativo es igual a la del nominativo y sólo podremos diferenciarlos por su posición en la frase y sentido general. No olvides que el vocativo va siempre entre comas. Veamos algunos ejemplos:
Domine, me iuva. «¡Señor, ayudame!»
Puellae, ancillam audite. «¡Niñas, escuchad a la esclava!»
Fili *, me audi. «¡Hijo, escúchame!»
* En el tercer ejemplo presentamos una excepción: los sustantivos cuyo nominativo acaba en –i–us (filius) hacen el vocativo sin añadir -e: filius ► fili (¡hijo!); Pompeius ►Pompei (¡Pompeyo!).

Conocimiento previo
Los latinos se saludaban con la expresión:
Ave, Marce! «¡Hola, Marcos!»
Avete, Marce et domina! «¡Hola, Marcos y señora!»
Ave y avete son imperativos: se usaba ave (2ª persona del singular), para saludar a una persona, y avete (2ª del plural), para saludar a varias.
El verbo aveo significaba «alegrarse, gozar de buena salud». En realidad, los romanos, al saludar a alguien, daban sus buenos deseos a esa persona: ave = «alégrate, goza de buena salud». El nombre de la persona se pone en caso vocativo: Marce, domina.
También se usaba para saludar la expresión: salve /salvete del verbo salveo que significa "seguir bien".
Nuestra interjección de saludo,"¡hola!", proviene de una expresión árabe wa'llāh que significa "¡por Dios!".
Los romanos también usaban imperativos para las despedidas:
Vale, Marce! «¡Adiós, Marcos!»
Valete, Marce et domina! «¡Adiós, Marco y señora!»
Vale / valete son imperativos (2ª persona del singular y 2ª del plural respectivamente) del verbo valeo-ere que significa "tener salud, seguir bien". Nuestra interjección de despedida, «¡adiós!», proviene de «¡A Dios [seas encomendado]!».

Actividad de rellenar huecos
Traduce estas oraciones donde encontrarás imperativos, pronombres personales y vocativos.