4. Clasificación según su forma jurídica (I)
Una de las decisiones más importantes que hay que tomar a la hora de poner en marcha una empresa es la elección de la forma jurídica adecuada.
Una empresa puede tener forma de empresario individual o de sociedad; a su vez se puede optar por varios tipos de sociedades. Esta decisión estará marcada por el número de personas que vayan a formar parte del negocio, por el capital que puedan aportar en un principio, por el tipo de responsabilidad que contraigan ante las deudas de la empresa, por el impuesto que recaerá sobre los futuros beneficios y por el grado de complejidad a la hora de constituirse y gestionarse. En los siguientes apartados plantearemos las características de las principales formas jurídicas utilizadas actualmente.
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Una primera clasificación distingue dos tipos de forma jurídica:
- Empresas con personalidad física o personas físicas: se refiere al empresario individual o autónomo. La empresa no tiene una personalidad distinta de la de su dueño y no hay separación de patrimonios, el patrimonio del empresario y el de la empresa se funden en uno solo.
- Empresas con personalidad jurídica o personas jurídicas: son aquellas empresas que adquieren una personalidad distinta de la de sus propietarios, por lo que existe separación de patrimonios. Este tipo de empresas pueden contratar, comprar bienes y ponerlos a su nombre, ser titular de derecho y obligaciones, etc.

Importante
El siguiente gráfico indica las formas jurídicas que se desarrollarán a continuación. Además de estas formas jurídicas podemos encontrarnos otras que, por su menor presencia, no vamos a analizar con profundidad. Así, por ejemplo, tenemos las sociedades colectivas, sociedades comanditarias, sociedades de garantía recíproca, etc. En el apartado "Para saber más" encontrarás información adicional sobre todas las formas jurídicas existentes.
![]() Imagen de elaboración propia |