2.2 La felicidad como placer
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Caravaggio: Baco Imagen en Wikipedia de Dominio público |
Para el hedonismo la felicidad consiste en el logro de una vida placentera. Se identifican el bien con el placer y el mal con el dolor; la ética consistiría en una sabiduría práctica que determina aquellas conductas o modos de vida que nos conducen al goce y nos alejan del padecimiento.
Dentro del hedonismo griego existen distintos planteamientos en relación con la valoración de los placeres, corporales o espirituales, y el beneficiario último de la recta acción, uno mismo o los demás. Mientras el llamado hedonismo cirenaico fomentó la búsqueda del placer sensorial inmediato, el de Epicuro graduó los placeres según su conveniencia o inconveniencia y postuló su correcta administración desde una perspectiva más amplia. El mayor placer consistiría en la ausencia de pesar en el alma.
Importante
Para los hedonistas, es el goce de los placeres y la ausencia del dolor el bien que conduce a la felicidad. Sin embargo, Epicuro destaca la importancia de su correcta administración a través de la prudencia y elogia la autosuficiencia y el dominio sobre las inclinaciones como claves de la vida dichosa.
Actividad de lectura
Cuando decimos, entonces, que el placer es el fin y el objetivo, no nos referimos a los placeres del pródigo ni a los de la sensualidad, como algunos lo entienden, a través de la ignorancia, el prejuicio o la mala interpretación intencional. Por placer entendemos la ausencia de dolor en el cuerpo y los problemas en el alma. No es una sucesión ininterrumpida de copas y fiestas, no es amor sexual, no es el disfrute del esturión y otras delicias de una mesa de lujo lo que produce una vida agradable, sino un razonamiento sobrio: buscar los motivos de lo que aceptamos y lo que rechazamos, y desterrar esas creencias a través de las cuales los alborotos más grandes toman posesión de la mente. Epicuro, carta a Meneceo |