2. Registro coloquial y registro formal

Actividad de Lectura

La sita parecía que no se daba cuenta de que nos habíamos callado y la estábamos mirando con nuestras bocas abiertas, y que Mostaza la seguía señalando con el brazo levantado, que parecía la estatua de Cristóbal Colón, sin moverse, paralizado, sólo de vez en cuando sorbía la nariz para echarse los mocos para dentro, porque Mostaza casi siempre tiene unos mocos a medio caer, y cuando no los tiene es que ha conseguido metérselos durante un rato. La sita miraba al infinito y sonreía como si en vez de estar en nuestra clase estuviera ya jubilada dando vueltas por España en un autobús del Imserso, que dice que es lo que piensa hacer en cuanto nos pierda de vista.

No sabíamos si despertarla o dejarla vivir aquel sueño dorado. Al fin y al cabo, siempre habíamos soñado con un tipo de señorita así, una señorita que pensara en sus cosas mientras nosotros pensábamos en las nuestras. Pero como somos unos niños bastante complicados, decidimos despertarla. Paquito Medina se acercó y dijo bajito:

–Señorita, señorita...

Pero nada, ella a lo suyo. Se echó a reír un poquito, como si alguien le estuviera contando alguna gracia. A nosotros esto ya nos empezó a dar un poco más de miedo. “¡Dios mío, ha perdido la cabeza!”, pensamos todos superalunísono. Entonces Yihad, que tiene métodos más terribles de despertar a las maestras, cogió con todo el morro el pito que la sita lleva colgado de un cordón y pegó un silbido que a nosotros nos hizo correr hacia nuestros sitios como si nos hubiera saltado un resorte, y a la sita la hizo levantarse de su silla y mirarnos como si fuera la primera vez que nos tenía delante de los ojos.

Elvira Lindo, Manolito tiene un secreto, Alfaguara.
¿En el texto aparece subrayada la expresión con todo el morro. ¿Qué crees que significa?

¡Pero qué morro tienes!

En el texto que acabas de leer aparece un lenguaje cercano y familiar, parecido al que utilizamos en la calle o en nuestras casas, con personas con las que tenemos confianza. Como hemos visto, la palabra morro, que designa originalmente el hocico de un animal, pasa a utilizarse con otro sentido, el de 'descaro'.

Pero, ¿a quién le dirías esa expresión?

 

Puedes imaginarte diciendo esa frase a tu hermano, a un amigo. Pero, ¿dirías a un desconocido que tiene mucho morro?

Seguramente no. La razón es que se trata de una expresión coloquial, que se suele usar sólo con personas de confianza. 

Imagen de creación propia.

Actividad

Dependiendo del grado de confianza que tengamos con nuestro interlocutor utilizaremos diferentes variedades del lenguaje llamadas registros.

Si hablamos con alguien de confianza (familia, amigos,...) utilizaremos el registro coloquial.

Si nos comunicamos con desconocidos o personas de autoridad, usamos el registro formal.

 

En la siguiente página puedes conocer mejor el lenguaje coloquial y sus características. Para cualquier duda, puedes utilizar el Diccionario del español coloquial que ofrece.