2. Los fósiles, testigos de piedra

Importante
Los fósiles son restos de organismos o de su actividad, que vivieron en el pasado y que han sido enterrados, transformados y conservados en las rocas.

Curiosidad
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Ilustración de una cabeza de tiburón actual junto a fósiles de dientes de C. megalodon por Nicolás Steno Imagen de Niels Stensen en Wikimedia commons. Domino público |
La palabra fósil procede del adjetivo latino fossilis, que alude a cualquier objeto extraído de la Tierra. Plinio, en el siglo I d.C., empezó a utilizar la palabra para referirse a minerales, rocas y objetos con semejanzas biológicas que se sacaban de las rocas.
Los fósiles han alimentado infinidad de fábulas y leyendas: Plinio interpretaba los dientes de tiburón fósiles como “lenguas de piedra”, los erizos fósiles como huevos de serpiente y el ámbar como orina de lince endurecida. En la edad Media, los ammonites se interpretaban como serpientes enrolladas. Incluso en el siglo XVIII, aún llegaron a interpretarse peces y plantas fósiles como restos del diluvio, y a un anfibio fósil como a un hombre testigo del mismo.
Entre las primeras interpretaciones científicas de los fósiles, debemos mencionar a Leonardo da Vinci, que en sus Libros de Notas (1490) hace una interpretación correcta de las “almejas fósiles” y del proceso de fosilización. Más tarde, Nicolaus Steno (1667), interpreta correctamente las “glosopetrae” (lenguas de piedra) como dientes de tiburones fósiles; y a las conchas marinas incluidas en las rocas como restos de animales del pasado que quedaron enterradas en sedimento que se transformó en roca.
Los fósiles solo se encuentran en rocas sedimentarias; no pueden conservarse en magmáticas ni en metamórficas, excepto en algunas pizarras, ya que las presiones y temperaturas que alcanzan estas rocas borran las estructuras que configuran el fósil.
La mayor parte de las veces los fósiles se encuentran dispersos, incompletos y en mal estado de conservación, por lo que no son especialmente útiles para reconstruir la vida de esos organismos. No obstante, en ocasiones se encuentran en lo que se conoce como yacimientos de excepcional conservación, lugares donde llegamos a tener organismos enteros que han conservado plumas, tegumentos con su color, el nácar en las conchas, embriones (en huevos fósiles), coprolitos (excrementos fosilizados) o tejidos que se pueden estudiar al microscopio (como en el caso de muchas plantas). El ámbar, el hielo o los hidrocarburos son algunos de los materiales propicios para preservar restos orgánicos en el tiempo.
Es de ese tipo de yacimientos de donde los paleontólogos obtienen la mayor información para extraer conclusiones paleobiológicas de gran interés. Y es por eso por lo que estos importantes yacimientos están, o deben estar, protegidos por la ley.
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Fósiles de araña e insecto conservados en ámbar Imagen de Oregon State Unioversity en Wikimedia commons. Licencia cc |
Huevos de dinosaurios en un nido Imagen de He-Ba-Mue en Wikimedia commons. Licencia cc |
Fósil de Scipionyx samniticus que conserva partes blandas Imagen de Giovanni Dall'Orto en Wikimedia commons. Licencia cc |

Importante
Los fósiles, aún apareciendo incompletos, son en muchos sentidos los únicos "testigos" del pasado, proporcionando información cronológica y siendo indicadores ambientales (con ellos reconstruimos los ecosistemas y climas del pasado). Por último, las teorías evolutivas no quedarían corroboradas sin los valiosos datos que han aportado los fósiles.

Para saber más

Pregunta Verdadero-Falso
Indica si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas:
Retroalimentación
Verdadero
Efectivamente. Esa es una de las aplicaciones del estudio de los fósiles.
Retroalimentación
Falso
No. Tan solo en rocas sedimentarias y en pizarras.
Retroalimentación
Verdadero
Sí, porque es un resto de su actividad.