2.5. Sensaciones que transmite el ritmo y la importancia de romperlo
Crear un ritmo decorativo puede ser sencillo. Te tienes que adaptar a la superficie del objeto que te ocupa. Medir y dividir el espacio, para después poder colocar el ritmo decorativo.
Vamos a analizar dos ejemplos existentes:
Portada en el altar mayor de la Cartuja de Granada.
Es una decoración barroca y está realizada en estuco policromado.
En ella podemos distinguir muchos ritmos decorativos, lineales y radiales. Hemos extraído tres para su estudio.

Arriba, el módulo, se repite de manera especular basado en retorcidas hojas de acanto. De tal modo que la mitad derecha coincide simétricamente con la izquierda.
En el arco se repite un diseño geométrico. El módulo es complejo y sencillo a la vez. Tiene una marca clara de donde empieza y donde termina.
El último es el diseño floral que se repite a la derecha e izquierda de la puerta. Son flores y racimos de uvas que se estructuran gracias a una vegetación de gran tamaño.
Mosaico del Planetario
Es un mosaico romano de Itálica . Hemos aislado dos ritmos decorativos.
El de abajo es un ritmo circular, del que hemos aislado un módulo. Dentro de este módulo podemos distinguir que en sí mismo está compuesto de un módulo más pequeño que ocupa 1/4 de su forma (contorneado de amarillo). Así que es un ritmo radial que después se convierte en un ritmo uniforme por traslación.
El de arriba es un ritmo mucho más complejo. En la foto ves el módulo que se repite, parecen ser dos módulos pero si te fijas la parte central es distinta, por lo que es un ritmo combinado binario.
En el mosaico se utiliza el color de forma rítmica. En este se aprecian al menos tres colores más el blanco de fondo. Fíjate como el diseño hace que los colores también se alternen.
Imagen de Jl FilpoC en Wikimedia Commons. Licencia CC
El ritmo puede transmitir sensaciones por su continuidad o por su ruptura. Sin interrupción se asocia a sensaciones de tranquilidad y armonía. Cuando es demasiado constante puede transmitir monotonía.
Una ruptura en el ritmo genera tensión y produce el efecto en el espectador de llamada por lo que se concentra la atención sobre el elemento que rompe el patrón. Es un acento. Este efecto es más acentuado cuando la ruptura es más abrupta, y cuando la ubicación de dicha ruptura está muy presente por su posición.
El arquitecto Gaudí cuando creó la Casa Batlló la hace a partir de distintos ritmos de formas de ventanas y balcones de diferentes tamaños y diseño, pero en la parte superior rompe la simetría con un remate en forma de pequeña torre. Jaume Plensa, cuando coloca su escultura en el patio del museo, no la sitúa en el centro, la coloca a un lado rompiendo el ritmo del edificio.