Actividad de Lectura
El otro gran autor es Calderón de la Barca. Representa la síntesis barroca más característica del teatro del siglo XVII. Por eso, su arte es una fusión de elementos estéticos y de pensamiento; los mismos conflictos dramáticos dependen de unos revestimientos estilísticos y de pensamiento inseparables.
El de Calderón es un teatro de tensiones, de contrastes, de claroscuros. Las leyes barrocas establecen criterios jerarquizantes y leyes subordinantes, el pensamiento dogmático de la época refrena la pasión y los impulsos, y la sociedad del momento impone presiones inflexibles, a través de vivencias y conceptos, como el del honor y sus secuelas. Compruébalo en este fragmento del monólogo de Segismundo de La vida es sueño.
SEGISMUNDO ¡Ay mísero de mí! ¡Y ay infelice! Apurar, cielos, pretendo ya que me tratáis así, qué delito cometí contra vosotros naciendo; aunque si nací, ya entiendo qué delito he cometido. Bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor; pues el delito mayor del hombre es haber nacido. Sólo quisiera saber, para apurar mis desvelos (dejando a una parte, cielos, el delito de nacer), qué más os pude ofender, para castigarme más. ¿No nacieron los demás? Pues si los demás nacieron, ¿qué privilegios tuvieron que yo no gocé jamás |
Este es el inicio del famoso monólogo de Segismundo, de La vida es sueño. La obra es de carácter simbólico y lírico, las favoritas del autor. Pero ¿qué lugar ocupa dentro de la producción calderoniana?