2.3. El ascenso de los fascismos

La Primera Guerra Mundial supuso el fin de los grandes imperios autoritarios de Europa, reforzando el prestigio de las democracias liberales. Sin embargo, los rencores, el desequilibrio político entre vencedores y vencidos, la crisis económica y el temor a la expansión del bolchevismo provocaron la proliferación de gobiernos totalitarios fascistas por toda Europa hasta el punto de resultar decisivos en el posterior estallido de la Segunda Guerra Mundial.
El fascismo constituye un fenómeno complejo, con características diferentes según el momento y el país. De una forma amplia, utilizamos el término fascismo para referirnos a los movimientos totalitarios de extrema derecha que nacieron en el período de entreguerras en Europa. Aunque hubo movimientos fascistas en diversos lugares de Europa (España, Hungría, Noruega...) nos centraremos solo en aquellos que tuvieron una mayor influencia en el continente: el fascismo italiano y el nazismo.
Antes de pasar a estudiarlos, mira esta presentación con las características generales de este movimiento:

-Aparición de los fascismos

¿Cómo pasa un estado democrático a tener un régimen fascista? Varios fueron los factores que provocaron que el conservadurismo fuera haciéndose cada vez mayor en estos países hasta llegar a tener gobiernos totalitarios:
  • Los militares cada vez intervenían más en los asuntos civiles
  • El poder ejecutivo se fue convirtiendo en una estructura elitista, conservadora y poco accesible.
  • Los partidos políticos se volvieron cada vez más autoritarios, quedando subordinados a los deseos al líder.
  • Los medios de comunicación se plegaron a los intereses de los grandes grupos industriales.
  • La iglesia se puso del lado de los que combatían la expansión del comunismo. 
  • Los habitantes ven incrementados sus sentimientos nacionalistas y xenófobos tras el conflicto y la posterior crisis económica.
  • La izquierda estaba debilitada por la división entre probolcheviques y socialdemócratas,
Como veis, la situación política, económica y social de estos países suponía un auténtico caldo de cultivo propicio para la aparición de los regímenes fascistas.

Para saber más

Vídeo extraído de Youtube con un fragmento de Olympia, un film sobre los Juegos Olímpicos de 1936 que Leni Riefenstahl realizó con fines propagandísticos. En este vídeo de Youtube vemos un encuentro de Hitler con las juventudes nazis en Nuremberg durante el año 1934.

-La imagen del fascismo.

Insignia de la SS.
Imagen de R-41 en Wikipedia. Dominio público.

Mil veces se ha preguntado la humanidad cómo es posible que la población de los estados con regímenes fascistas consintiera e incluso participara en las atrocidades que desde el poder se cometieron. Ya hemos explicado los motivos que condujeron a que las naciones permitieran el ascenso de los fascistas al poder. Hemos hablado de las ganas de revancha, de la desesperación por la situación económica, del miedo al comunismo o del terror que ejercían los fascistas para que nadie se atreviera a contradecirles. Pero no debemos olvidarnos de la propaganda. La propaganda es una forma de comunicación que tiene como objetivo influir conscientemente en la actitud de la población a través de una información parcial y sesgada. Los fascistas eran sabedores del poder que tenía. Sin ir más lejos, Hitler y Goebbels diseñaron una de las políticas de comunicación más eficaces de la historia, basada en el control de los medios de comunicación y en las grandes concentraciones populares para exaltar los ideales nazis. La radio estaba al servicio absoluto del gobierno, emitiéndose constantemente los discursos del Führer y los mejores cineastas del país (Leni Riefenstahl a la cabeza) rodaban películas que glosaban los valores del nacionalsocialismo.

Para que sea efectivo, un mensaje propagandístico debe ser  repetitivo, utilizar una amplia variedad de medios y, sobre todo, resultar atractivo. Por esta razón los fascistas cuidaron tanto todo lo relativo a la estética. Es curioso ver como unos dirigentes que despreciaban casi todo lo que tuviera que ver con el arte pusieron tanto empeño en el diseño.  Incluso aún hoy, con las connotaciones tan negativas que merecidamente se asocia al fascismo, sigue resultándonos atractiva la imagen y parafernalia de estos regímenes: los carteles propagandísticos, los símbolos, las banderas, los estandartes, los saludos, la forma de desfilar, el diseño de los uniformes...todo estaba pensado para fascinar al hombre de pie. Y a fe que lo conseguía. Se conserva mucho material de toda esta iconografía. Al contemplarla, debes intentar imaginar que estás en el Berlín de los años 30, con toda la situación de la posguerra, y tratar de comprender la fuerza de atracción que podría ejercer toda esta propaganda sobre ti. No podemos caer en el error de considerar a todos los hombres y mujeres de esa época como unos ingenuos o unos pusilánimes. Fueron decenas de millones los cayeron bajo el embrujo fascista. Debemos es ser conscientes del gran poder que tiene una propaganda bien hecha para en el futuro no dejarnos arrastrar por algo parecido.

Propaganda colonialista italiana.
Imagen de Nicola Romani en Wikimedia Commons. Dominio público.
Póster de propaganda fascista y antibolchevique.
Imagen de Loki11 en Wikipedia. Dominio público. 
Propaganda nazi.
Imagen de Batleycraig en Wikipedia. Dominio público.

-EL FASCISMO ITALIANO.

-Claves del origen del fascismo en Italia

a) El malestar tras la Primera Guerra Mundial. Los acuerdos de paz no dejaron satisfechas las demandas territoriales de Italia, que aspiraba a mucho más de lo que se le concedió. Además, las grandes masas de combatientes no pudieron reincorporarse a los modos de vida anteriores, pues el paro era muy alto y, en general, la situación económica del país era muy negativa. Muchos de estos ex combatientes formaron milicias, en las que ya aparecen las características definitorias del fascismo: militarismo, disciplina y obediencia de la masa a los jefes.

b) La crisis del sistema democrático en Italia. La inestabilidad de los gobiernos fue aprovechada por el fascismo para erosionar la democracia liberal desde dentro.

Emblema del Partito Nazionale Fascista, con el fasces romano como protagonista.
Imagen de NsMn en Wikipedia. Lic. CC.

c) La crisis económica. Las destrucciones de la guerra habían sumido en la miseria a masas de campesinos y pequeños burgueses. La clase media italiana prácticamente desaparece y retira su apoyo al sistema parlamentario. Las devaluaciones de la moneda arruinan a los pequeños propietarios, que ven al proletariado reivindicativo (que ha logrado gracias a sus protestas algunas mejoras salariales) como su gran enemigo.

d) La conflictividad laboral y el miedo a la revolución obrera. El movimiento obrero estaba bien organizado. En el norte se ocuparon fábricas, y en el sur las tierras, lo que acrecentó el miedo en amplias capas de la sociedad italiana, desde la pequeña clase media a la más alta burguesía, a que se produjera en Italia una revolución obrera similar a la que había triunfado en Rusia.

-La llegada de Mussolini.

Este panorama sería aprovechado por Benito Mussolini, quien en 1921 funda el Partido Nacional Fascista. Un año después, en 1922, una huelga general, promovida por la izquierda, fue violentamente aplastada por grupos fascistas que sembraron de víctimas el país. Muchos estamentos del país (grandes propietarios, sectores más conservadores) mostraron su apoyo a los fascistas, quienes en octubre de 1922, harían una demostración de fuerza al emprender la famosa Marcha sobre Roma: miles de fascistas, ataviados con sus características camisas negras, desfilaron por la capital pidiendo la dimisión del gobierno. Ante esto, el rey italiano, Víctor Manuel III, nombró a Mussolini jefe de gobierno.

Mussolini se presentó como una solución transitoria. Consiguió que el Parlamento le concediera plenos poderes durante un año, y a cambio prometió respetar la constitución y las libertades políticas. Pero la provisionalidad era un puro espejismo. En las elecciones de 1924 los fascistas obtuvieron la mayoría absoluta gracias al fraude y a la violencia ejercida contra la oposición. Las denuncias fueron silenciadas con el asesinato del diputado socialista Mateotti, hecho que desató un gran escándalo y marcó el inicio de la dictadura fascista.

-El estado fascista.

A partir de 1925, y una vez pasado el escándalo que generó el asesinato de Matteotti, Mussolini se afanaría en construir un estado totalitario caracterizado por los siguientes elementos:

  • Supresión de los derechos políticos: se suprimieron los partidos políticos y las organizaciones sindicales, así como el derecho a huelga. Los derechos y libertades individuales quedaron recortados y subordinados al poder del Estado, encargado de controlarlo todo. Mussolini lo enunció en su famosa frase: "Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado".
  • Economía al servicio del Estado: la acción económica también fue supervisada por el Estado, aunque las grandes empresas gozaron de mayor libertad de acción y fueron muy favorecidas por el régimen fascista. Se potenció el crecimiento económico en torno a la industria pesada y las grandes empresas; en el terreno agrario el objetivo fue lograr la autosuficiencia.
  • Política exterior agresiva: Mussolini estaba empeñado en convertir a Italia en una gran potencia colonial. En 1935, conquistó Abisinia y en 1939 conquistó Albania. Desde la subida el poder de Hitler en 1933, Alemania se convertiría en su gran aliado exterior: apoyaría junto a los alemanes a las tropas franquistas en España y con Hitler se embarcó en la II Guerra Mundial.
  • Férreo control ideológico: se instrumentalizó la educación como vía para propagar las consignas fascistas. Se controló los medios de comunicación y se vigiló estrechamente a los intelectuales que se consideraban contrarios al régimen. En la implantación de sus ideales, el Estado fascista contó con la decidida ayuda de la Iglesia Católica, con la que había firmado los Pactos de Letrán en 1929.
Mussolini y con los camisas negras en la Marcha sobre Roma de 1922.
Imagen en Wikipedia. Dominio público.
Mapa del imperio colonial italiano. En rojo las posesiones previas a la 2ª Guerra Mundial y en rosa las posteriores.
Imagen de Basquetteur en Wikipedia. Lic. CC.

-EL NAZISMO ALEMÁN.

El ascenso del nazismo.

Ya visteis lo mal parada que salió Alemania del Tratado de Versalles. Pues sumad que este país fue uno de los que sufrió con mayor fuerza la crisis económica de 1929, ya que su economía dependía absolutamente del crédito y de las empresas estadounidenses. Todo esto provocó un enorme aumento del paro y la radicalización de la vida política, quedando esta polarizada en nazis y comunistas. Muchos alemanes empezaron a tener la idea de que, o se buscaba un gobierno fuerte y autoritario, o acabaría llegando una revolución comunista, por lo que los nazis fueron mejorando sus resultados en las sucesivas elecciones hasta que, en enero de 1933, Hitler fue nombrado canciller por el presidente Hindenburg. En febrero de ese mismo año, el Reichstag es incendiado y los nazis culparon falsamente a los comunistas, lo que permitió al Partido Nazi (NSDAP) desembarazarse de sus principales opositores y arrasar en los comicios de marzo de 1933. De esta forma, Hitler ya pudo convencer al Parlamento de que que le fueran otorgados poderes absolutos, acabando con el régimen democrático de la República de Weimar e iniciando el Tercer Reich, la etapa más oscura de la Historia de Alemania y, posiblemente, de toda Europa.

Una vez al frente de Alemania, Hitler construyó un Estado totalitario basado en los siguientes pilares:

  • La propaganda: Goebbels, colaborador de Hitler, construyó una de las operaciones de propaganda más brillantes de la Historia. La radio, el cine y las grandes concentraciones políticas fueron utilizadas para reforzar el poder del Führer.
  • El control sobre la población: se prohibieron los partidos políticos, se censuró la prensa, se quemaron libros... La Gestapo, policía creada por el régimen nazi, se encargó de vigilar y eliminar cualquier intento de oposición.
  • El odio a los judíos: uno de los pilares de la política nazi. Obedecía a las obsesiones personales de Hitler, pero también servía como chivo expiatorio sobre el que cargar cualquier culpa. .
  • El espacio vital: fue la coartada de Hitler para justificar su política expansionista. Según esta teoría, los alemanes tenían derecho a conquistar nuevos territorios para atender al crecimiento de su población. Esto les llevó a anexionarse Austria, conquistar una parte de Checoslovaquia e iniciar la invasión de Polonia; este último movimiento daría lugar al inicio de la II Guerra Mundial.
Gráfica con la evolución del voto nazi en las elecciones legislativas alemanas entre 1924 y 1933.
Imagen de Dove en Wikimedia Commons. Dominio público.
Mapa propagandístico en el que se muestran los deseos alemanes de volver a colonizar el Imperio.
Imagen del Bundesarchiv en Wikipedia. Lic. CC.

Las políticas del nazismo

La supuesta superioridad aria.
Imagen en Wikipedia. Dominio público.

La política económica   es una de las razones que ayudan a explicar por qué el nazismo tuvo tantos adeptos entre la población y las grandes empresas alemanas (gente como Thyssen o Krupp los apoyaron sin reparos). Fue una política intervencionista y autárquica, que diseñó H. Göring, y que se basaba en la construcción de grandes obras públicas y la potenciación de la industria pesada y de armamentos. Sus resultados fueron bastante buenos ya que se consiguió la recuperación económica y eliminar el paro.

Para el Estado nazi, la sociedad alemana debía de tener una total cohesión racial. Se cree en la superioridad de la raza aria y, para asegurar la pureza racial se dictaron las Leyes de Nuremberg, que desposeían de derechos a los judíos y posteriormente se pondría en marcha la Solución Final, cuyo objetivo era acabar con todos los judíos de Alemania y de los territorios conquistados. Para ello se construyeron los campos de exterminio (Auschwitz, Belzec, Chelmno o Treblinka), en los que serían asesinados entre 5 y 6 millones de judíos. Otros colectivos como los gitanos o los homosexuales también fueron muy perseguidos y aniquilados en estos campos.

La propaganda fue confiada a Goebbels, que desde el ministerio de cultura y propaganda debía garantizar la normalización de la cultura en un sentido racista y nacionalista. La universidad fue depurada y muchos intelectuales ( J. Frank, Einstein, Th. Mann) huyeron de Alemania. Para movilizar y fanatizar al pueblo alemán Goebbels organizaba unas impresionantes concentraciones para fomentar el culto al Fürher. Se dedicaban grandes esfuerzos a la educación de los niños y de los jóvenes, futuro del nacionalismo, lo que supuso la politización del sistema educativo. Organizaciones como las juventudes hitlerianas jugaron un importante papel. La educación se orientó en un sentido machista y el papel de la mujer en la sociedad se redujo a dar al Reich una numerosa descendencia.

La política exterior, por su parte, se caracterizó por un fuerte deseo de expansionismo, que el estado nazi justificaba mediante el ya citado concepto del Espacio Vital  Se rompieron los acuerdos establecidos en el tratado de Versalles y se estableció un clima muy propicio para el estallido de la Segunda Guerra Mundial, cuya causa inmediata sería la invasión de Polonia en 1939.

Caso práctico

Imagen de Hedwig Klawuttke en Wikimedia Commons. Lic. CC.

Esta es una gráfica con la evolución del paro en Alemania desde la llegada de los nazis hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Obsérvala y responde a las siguientes cuestiones:

1. ¿A qué crees que se debe una tasa de paro tan elevada a comienzos de 1933.

2. ¿Quién fue el encargado de diseñar la política económica de la Alemania nazi?

3. ¿En qué consistió dicha política?

4. ¿Qué resultado tuvo esta política?

Curiosidad

-¿Quién delató a Ana Frank?

En la parte de atrás de este edificio tenían su escondite los Frank.
Imagen de Massimo Catarinella en Wikipedia. Lic. CC.

Seguro que has oído hablar de Ana Frank. Quizás hasta hayas leído su diario. Más de 30 millones de ejemplares del mismo se han vendido en todo el mundo.

Los Frank eran una familia de judíos alemanes que, cuando Ana tenía solo 4 años, se vieron obligados a marcharse de su país por la llegada de los nazis al poder. Su destino fue Holanda, donde transcurrió su vida con normalidad hasta que en 1940 las tropas de Hitler tomaron los Países Bajos. La situación para la comunidad judía se fue volviendo cada vez más complicada, así que, cuando Margot (hermana de Ana) recibió una citación para presentarse en un campo de trabajo en Alemania, la familia tomó la determinación de pasar a la clandestinidad, refugiándose en un escondite que llevaban  meses construyendo.

Escondidos en un apartamento disimulado detrás de una biblioteca en el ático del edificio situado en el número 263 del canal Prinsengrach de Amsterdam, los Frank, y posteriormente  la familia Van Pels y Fritz Pfeffer, pasaron inadvertidos durante dos años. Lamentablemente, todos fueron descubiertos en agosto de 1944 y deportados a diferentes campos de concentración. Ana y su hermana Margot fallecerían de tifus en Bergen-Belsen solo unos meses después. En realidad, todos acabarían muriendo en los campos excepto Otto, el padre de Ana, quien sería el encargado de publicar el diario que su hija había estado escribiendo hasta que la detuvieron.

Siempre se ha dado por hecho que alguien delató a los Frank mediante una llamada telefónica. Nunca se ha sabido quien fue pero las diferentes teorías existentes han apuntado hacia varios nombres, como los de Willem van Maaren, uno de los empleados del padre de Ana, la esposa de este, o hacia Tonny Ahlers, un simpatizante nazi que conoció a Otto Frank y que habría recibido 40 florines por delatarlo. Sin embargo, investigaciones recientes parecen indicar que realmente no hubo ninguna denuncia y que los fugitivos simplemente fueron encontrados por azar.

Al parecer, en los bajos del edificio donde se escondían, tenía su sede una empresa de materias primas que contaba con un par de empleados que traficaban con cartillas de racionamiento. Estos dos hombres, que también suministraban cupones a los Frank, serían detenidos por este motivo en marzo de 1944. Se cree que el posterior registro del edificio está directamente relacionado con este hecho. Factores como que en esa época no hubiera apenas líneas telefónicas activas, que fueran muy pocos los agentes que inicialmente llegaron para realizar el registro, o que tardaran casi dos horas en encontrarlos ayudan a creer que verdaderamente no se estaba buscando judíos escondidos, sino más bien realizando investigaciones relacionadas con un fraude.

 

Vídeo de Youtube con la historia de Ana Frank.

Curiosidad

Sello conmemorativo del mundial de 1934.
Imagen de R-E-AL en Wikimedia Commons. Dominio público.

-El mundial de Mussolini.

Los estados totalitarios siempre consideraron al deporte una herramienta muy útil. Es lógico, el hecho de que sea un entretenimiento de masas lo hacía susceptible de ser utilizado como soporte propagandístico. Además, al existir eventos deportivos de carácter internacional que eran seguidos mundialmente, se podía transmitir el mensaje deseado no solo a los habitantes del propio estado, sino a todo el mundo. Esto era algo que los fascistas no podían hacer con el cine o la radio.

Mussolini fue el primero en darse cuenta de esto. Dicen que nunca había visto un partido de fútbol pero eso no importaba mucho. El balompié ya levantaba pasiones y el duce sabía que organizar un gran evento podría proporcionarle legitimidad al régimen y, al mismo tiempo, identificar los valores del fascismo y del deporte como forma de educar a los jóvenes. De esta forma, la Italia fascista dedicaría sus esfuerzos a intentar albergar una edición del mundial de fútbol. En un principio se quería el de 1930 pero fueron los uruguayos los designados, así que, para el de 1934 se presionó a la FIFA de todas las maneras posibles y se forzó a Suecia a retirar su candidatura, Finalmente, los italianos tendrían su campeonato.

Los porteros Zamora y Combi antes de iniciarse el Italia-España.
Imagen de soccernostalgia.blogspot.it  en Wikimedia Commons. Dominio público.

Evidentemente, Mussolini no iba a conformarse con organizar un mundial. Para él era vital que lo ganara Italia y no se iba a andar con miramientos. Desde el mismo momento de la designación, la federación italiana de fútbol se puso a nacionalizar a futbolistas argentinos y brasileños para elevar el nivel de la selección. La normativa especificaba que debían pasar tres años para que un jugador nacionalizado pudiera jugar con su nueva selección pero curiosamente la FIFA se saltaría esta regla con los 5 nacionalizados italianos. Esto chocaba con las tesis racistas y nacionalistas del régimen pero la victoria era lo más importante. Era tal la determinación por ganar del duce, que se cuenta que tuvo esta conversación con el presidente de la federación italiana:

—No sé cómo hará, pero Italia debe ganar este campeonato.
—Haremos todo lo posible…
—No me ha comprendido bien, general… Italia debe ganar este Mundial. Es una orden.


La presión que tuvieron que vivir los futbolistas italianos debió ser enorme pero no mayor que la que sufrieron, una vez iniciado el campeonato, las otras selecciones y, sobre todo a los árbitros. En todos los encuentros en los que participó Italia hubo polémica arbitral. En el partido contra España los italianos lesionaron libremente a 7 contrarios y marcaron un gol mientras agarraban al portero. Aquel árbitro fue sancionado de por vida y nunca más volvió a pitar. Algo parecido ocurrió en las semifinales contra Austria y en la final contra Checoslovaquia, Así, Italia acabaría proclamándose campeona del mundo y Mussolini lograba una victoria que le iba a permitir mostrar orgulloso al mundo  el carácter heroico y guerrero de los descendientes de la civilización romana.

Muchos grandes éxitos deportivos ocurridos bajo la bandera de los regímenes totalitarios han sido puesto bajo sospecha por lo historiadores del deporte. Estas victorias eran de suma importancia para los dictadores, por lo que no es de extrañar que no hubieran dudado de lograrlas a cualquier precio. Está claro que, pese a las evidencias, ningún italiano reconocerá que es posible que este triunfo no se lograra legítimamente, tampoco lo haría un argentino con el mundial de 1978 o incluso un español con la Eurocopa de 1964. Los sentimientos nacionales son algo muy fuerte y uno nunca considera tramposos a los suyos. No obstante, pese a las pruebas de que algo hubo sucio, hay que decir que la selección italiana también se convertiría en la campeona de los juegos olímpicos de Berlín de 1936 y del mundial de fútbol de 1936, el cual se disputó en Francia en un clima de gran hostilidad hacia ellos. Algo de mérito también habrá que concederle a este equipo.

 

Si te gusta el fútbol, encontrarás interesante este documental en Youtube sobre la relación entre este deporte y el fascismo italiano.

Importante

El término fascismo se refiere a los movimientos totalitarios de extrema derecha que nacieron en el período de entreguerras.  Los rencores, el desequilibrio entre vencedores y vencidos, la crisis económica y el temor a la expansión del bolchevismo, provocaron la proliferación de estos gobiernos por toda Europa. Sus características generales serían:

  • Totalitarismo.
  • Antimarxismo y anticapitalismo.
  • Militarismo y ultranacionalismo.
  • Racismo y xenofobia.
  • Líder carismático.

-Fascismo italiano. El origen de su implantación está en el malestar tras la guerra, la crisis de su sistema democrático, la crisis económica, la conflictividad laboral y el miedo a los bolcheviques. Mussolini aprovechó este panorama para Marchar sobre Roma. Allí, el rey  Víctor Manuel III, acabaría nombrándole jefe de gobierno y finalmente obtendría plenos poderes del Parlamento. Estos son los principales elementos de su estado totalitario:

  • Supresión de los derechos políticos.
  • Economía al servicio del Estado.
  • Política exterior agresiva.
  • Férreo control ideológico.

- Nazismo alemán. En Alemania el paro era grandísimo, lo que sería decisivo para que la vida política se radicalizara. Nazis y comunistas se benefician de esto. Tras la victoria de los nazis en las elecciones de marzo de 1933, Hitler convenció al Parlamento de que que le fueran otrogados poderes absolutosUna vez al frente, construyó un Estado totalitario basado en los siguientes pilares:

  • La propaganda.
  • El control sobre la población.
  • El odio a los judíos.
  • El espacio vital.