2. Escritor y general

 Jenofonte

Jenofonte
Imagen de Mailema. Licencia CC

Las Helénicas de Jenofonte son la fuente más importante para conocer la historia de Grecia del 411 al 362 aC., y supone la continuación de la Historia de las Guerras del Peloponeso, de Tucídides, hasta el punto en que la obra da comienzo con un "después de eso...".

Pero Jenofonte, como historiador, tiene notables defectos. No examina ni contrasta de forma crítica los datos de sus escritos, como tendría que haber hecho un fiel continuador de la obra de Tucídides. No se plantea las preguntas de Tucídides sobre las fuerzas que condicionan el curso de la historia ni ahonda tampoco en las causas de los acontecimientos, recurriendo en ocasiones a interpretaciones superficiales o moralizantes.

¿Quién era Jenofonte?

De familia acomodada, nació en Atenas hacia el 430 a.C. En el año 401 se alistó con su amigo Proxeno en la expedición de Ciro el Joven, que pretendía derrocar a su hermano Artajerjes II. Ayudó a llevar las tropas de regreso hasta el Mar Negro tras la muerte de Ciro en combate. El relato de este viaje, La Anábasis, aún es lectura obligatoria en muchas universidades. Más tarde se enroló en la milicia espartana. Jenofonte, que no era precisamente un nacionalista, fue exiliado de Atenas por este motivo. Esparta le compensó con la proxenía y una finca en Esquilunte, en la que pasaría los mejores años de su vida. Allí comenzó a escribir una larga serie de tratados históricos, didácticos (especialmente sobre la cría y el entrenamiento de animales), ensayos militares, políticos y económicos, y obras socráticas. Son estas últimas una recopilación de diálogos y, al mismo tiempo, una exposición de los métodos de enseñanza del filósofo, a quien admiraba profundamente.

Obras históricas y biográficas

Obras socráticas

Tratados breves:

La Anábasis es su obra más conocida. Se trata de un reportaje de sus propias experiencias en el ejército, perfectamente contadas. Su escritura es fresca, precisa, rápida, no ajena a la ironía en ocasiones, tan solo alterada por la longitud de algunos discursos, que aparecen cargados de tópicos retóricos y distan mucho de la hondura psicológica de los de Tucídides.  

Agesilao es un encomio dedicado al rey espartano, obligadamente retórico. La Ciropedia ("Educación de Ciro") es difícil de clasificar y no puede considerarse simplemente una obra histórica. Es más bien una novela pedagógica, basada en hechos y personajes históricos. Narra la educación, juventud, subida al trono y reinado de Ciro el Viejo.

Sus escritos socráticos son los únicos que conservamos representativos del género del diálogo socrático, aparte de los de Platón. Las Memorables, sucesión de episodios y diálogos socráticos, en los que Jenofonte mezcla sus propios recuerdos personales con datos sacados de los escritos socráticos de otros. No busca especialmente la profundidad de pensamiento. La Apología de Sócrates es una alabanza del maestro.

Por último encontramos sus escritos didácticos: Hierón es una obra que nos presenta al poeta Simónides conversando con el tirano de Sicilia sobre la naturaleza y posibilidades de la tiranía. En Hipárquico da consejos al jefe de la caballería, y Sobre la equitación, acerca del trato que se debe dar al caballo. El Cinegético es un libro sobre la caza.

Caballo de Bronce Ciro Sócrates la caza del pato

Caballo de Bronce. s.VIII a.C
Imagen de Jastrow. Licencia CC

Ciro
Imagen de dominio público

Luca Giordano. Sócrates
Imagen de dominio público

Daniel Schultz. La caza del pato
Imagen de dominio público


Jenofonte supo aunar su carácter aventurero con una visión clara de su entorno histórico. Siempre recordó las enseñanzas de Sócrates y defendió los ideales tradicionales helénicos con valor. Fue en muchos aspectos un precursor del helenismo: en su tendencia al individualismo, en sus esbozos de nuevos géneros literarios (como la biografía y la novela), en su preocupación por la pedagogía, en sus breves tratados sobre la equitación o la economía, etc. Le importa el esfuerzo en conseguir metas, la sencillez y la autenticidad de la vida natural, al margen de las ambiciones políticas y la mezquindad de otros comportamientos ciudadanos. Propone unos ejemplos de virtud con matices arcaicos y un tanto rústicos, donde se puede observar una cierta simpatía natural hacia ese ideal de vida sobria, simple, tradicional.

No cree en los destinos de tal o cual sistema político, sino en el valor de algunos individuos para afrontar el destino, como Agesilao. La actitud de Jenofonte ante el estado ateniense fue muy especial, ya que aunque nació en Atenas nunca estuvo en sintonía con la época turbulenta que vivió su ciudad  ni con el rumbo democrático que empezaba a tomar por aquellos años. A su ciudad natal le debió su perfil como historiador y su formación cultural. Pero quién verdaderamente lo agasajó fue el estado espartano, otorgándole honores propios de un ciudadano y acogiéndolo como uno de los suyos.

Conocimiento previo

Los títulos de dos obras de Jenofonte

Banquete

Escena de banquete
Imagen de dominio públic

Menos conocido que el diálogo de Platón del mismo nombre, El Simposio describe un banquete ofrecido por el rico Calias, habitual anfitrión de los sofistas. Sócrates diserta sobre el amor sensual y sobre el espiritual. La palabra simposio significa banquete, y se refiere a las reuniones que frecuentemente celebraban los hombres para beber y charlar hasta altas horas de la madrugada, con un tema determinado que elegía el "rey" del banquete. Precisamente la etimología de la palabra συμπόσιον es σύν, "con" y ποτέομαι, "beber".

La palabra ha conservado el significado de "conferencia o reunión en que se examina y discute determinado tema".

Diógenes

Jean Léon Gérôme: Diógenes
Imagen de dominio público

El tratado titulado El Cinegético está dedicado a la caza. En castellano, cinegética significa igualmente "arte de la caza". la palabra proviene de κύων, κυνός, perro, animal que, como ahora, solía acompañar a los cazadores.  De κύων procede también el término cínico, que la RAE define así:


1. adj. Que muestra cinismo (‖ desvergüenza).
2. adj. Impúdico, procaz.
3. adj. Se dice de cierta escuela que nació de la división de los discípulos de Sócrates, y de la cual fue fundador Antístenes, y Diógenes su más señalado representante.
4. adj. Perteneciente o relativo a esta escuela.

Quizá el representante más conocido de esta escuela sea Diógenes de Sínope. Es curioso y poco afortunado que se dé su nombre a un síndrome que describe una pulsión por rodearse de basura y objetos inútiles, cuando los cínicos vivían solo con lo indispensable y despreciaban las posesiones materiales.

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