1.2. Ópera y danza

La ópera: el espectáculo por excelencia. 

El siglo XIX supuso un gran cambio en la ópera clásica anterior, conformándola en palabras de Wagner, en la disciplina artística total pues sumaba a todas las artes: a las artes plásticas en sus decorados, a la literatura en su parte escrita denominada libreto,  a la música con la orquesta y el canto, y a la danza en su puesta en escena. Debemos pensar en una ópera de este siglo como en una nueva superproducción de Holywood, pues era máxima la expectación suponía un estreno operístico, así como una enorme inversión en su  montaje y de su éxito dependían un sinfín de trabajadores, así como que su compositor y libretista volvieran a trabajar o por el contrario, que cayeran en el olvido y la ruina. Todas las grandes ciudades europeas construyen magníficos teatros de ópera, que reflejan las modas arquitectónicas imperantes en cada momento. 

Teatro Bolshoi de Moscú Teatro Real de Madrid Teatro Alla Scala de Milán

Teatro Bolshoi de Moscú

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Teatro Real de Madrid

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Teatro Alla Scala de Milán

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A lo largo de la centuria asistimos a varios cambios con respecto a la ópera barrica y clásica, entre los que caben destacar los siguientes:

  • Se van eliminando las diferencias que existían entre las partes habladas y las cantadas, lo que se conoce como contínuo musical, siendo  Wagner su máximo exponente.
  • El gusto romántico por todo lo gótico introduce cambios notables en las escenografías y vestuarios. Ya no interesan los temas del mundo clásico sino que aparecen temas históricos y mitológicos de cada país, en una suerte de nuevo historicismo que reivindicaba los orígenes de cada pueblo.
  • El historicismo romántico introdujo el realismo en la ópera, comportándose los protagonistas como seres más normales cercanos al público y se van abandonando esos excesos vocales de lucimiento de los cantantes tan del gusto de centurias anteriores.
  • Salvo en Francia, donde seguía el estado financiando la ópera lo que supuso la posibilidad de crear grandes espectáculos, en el resto de Europa las óperas dependían del gusto y el poder económico de  empresarios.
  • Se acaba con la separación del público entre hombres y mujeres, se colocan asientos en la platea que ocupaba la burguesía, mientras que los palcos eran ocupados por los nobles, dejando los pisos altos o gallinero para aquellas clases sociales menos pudientes.

Francia continúa creando buenas óperas, como la archifamosa Carmen de Bizet, pero los centros más importantes e innovadores se trasladan a Italia y Alemania. 

La ópera italiana: el Bel Canto.

Verdi en 1886

Verdi en 1886

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Se denomina Bel Canto a aquellas óperas con ritmos sencillos, con cantos fácilmente entendibles y claros, y con una clara supremacía de la música sobre la trama. Tiene como máximo exponente al compositor Donizetti, y será Verdi quien lo convierta en otro nuevo género denominado verismo.

En estas óperas de Bel Canto las partes más importantes son las partes cantadas por sus protagonistas, o que se conoce como arias, con la siguiente estructura: una parte más melódica con primacía de la voz, llamada cavaletta, y una parte final con un tiempo más rápido y donde prima la orquesta llamada stretta.

Además de Donizetti, autor de óperas como Lucía de Lammenmor o Don Pascual, destacaron también Bellini y su Norma, y quien quizá fue el autor más famoso de este tipo de óperas, Rossini, cuya ópera El barbero de Sevilla fue la más representada durante todo el siglo XIX.

En sus comienzos, Verdi continúa con la tradición belcantista de los compositores citados y crea óperas inmortales como La Traviatta, Rigoletto y El Trovador

Verdi y el verismo. 

Giuseppe Verdi (1813- 1901) fue el compositor de óperas más influyente de la segunda mitad del siglo XIX, verdadero puente entre el bel canto y el verismo, que tendrá a Puccini como máximo exponente. Sus óperas gozaron de un gran éxito entre el público, e incluso sirvieron como símbolo de la unificación italiana, pues ayudaron a generar un sentimiento de unidad de todo el pueblo italiano frente a las invasiones extranjeras. Como ejemplo, el aria Va pensiero de su ópera Nabucco se convirtió en el himno nacional de Italia.

Hacia el último tercio del diecinueve se produce un predominio del realismo en la literatura romántica, que desemboca en el verismo, esto es, la plasmación de la realidad tal y como es, lejos de las idealizaciones de principios de siglo. La ópera se convierte en la pieza fundamental de esta nueva corriente, fundiéndose como nunca antes la música y la trama, con argumentos inspirados en las clases sociales donde aparecen celos, asesinatos,  sollozos, gritos y demás elementos  reales y cotidianos. Tras el éxito de sus óperas bel cantianas, Verdi da un giro al verismo en títulos como Otello, Fasltaff, Aida y Don Carlo

Cartel original de Tosca, de Puccini El tenor Fugére como Falstaff, de Verdi

Cartel original de Tosca, de Puccini

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El tenor Fugére como Falstaff, de Verdi

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Puccini compuso un repertorio de óperas que aún hoy día gozan de una gran aceptación y popularidad. En sus composiciones se aprecia un cierto gusto por lo exótico, como en Madame Butterfly cuya trama transcurre en Japón, Turandot en China o La fanciulla del West en el lejano oeste norteamericano. Podemos considerar a Puccini como el primer compositor de bandas sonoras, pues la música de la orquesta acompaña en todo momento a la acción y hace que comprendamos mejor a los personajes. 

Curiosidad

Durante los convulsos años previos a la unificación italiana, el pueblo usó la palabra VERDI como símbolo político clandestino a favor de la unificación. Lo que estaban haciendo era exclamar Vittorio Emmanuele Re D'Italia, y si cogemos la primera letra de cada palabra formamos el acrónimo VERDI. 

El pueblo exclamando VERDI

El pueblo exclamando VERDI hacia 1860

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Wagner en 1868

Wagner en 1868

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El romanticismo en Alemania supuso la creación de una corriente artística propia, donde los temas principales son la mitología germánica, la naturaleza, los bosques y hasta las leyendas sobrenaturales. Estas óperas alemanas siguen el siguiente esquema: abertura con orquesta, diálogos siguiendo la tradición del singspiel como en La Flauta Mágica de Mozart, y arias en donde se lucen los cantantes. Destacó por encima de los demás compositores Richard Wagner, cuyas óperas funcionan como un todo donde se funden música, teatro y danza.

 Wagner nació en 1813 en Leipzig, Alemania. Desde joven se sintió atraído por la literatura y la música, teniendo su primer gran éxito con su ópera Rienzi, estrenada en Dresde en 1842. Debido a sus ideas liberales, participó en la revolución de 1848, tras la cual hubo de exiliarse a Suiza. Con la llegada al trono de Luis II de Baviera, gran admirador suyo, volvió a Alemania para trabajar bajo su mecenazgo. Con una vida turbulenta debido a sus relaciones amorosas,  su agresiva  personalidad así como sus contundentes declaraciones que no dejaban indiferente e nadie, murió en 1883 una de las personalidades más controvertidas de la historia.

Hacia 1850 presenta su concepción musical de la ópera como una obra de arte total y su técnica del leit-motiv o hilo conductor. Sobre una idea musical principal, que suele definir al personaje protagonista pero que también puede hacer referencia a una acción, un sentimiento e incluso un estado anímico, se va construyendo toda la trama, la música, la puesta en escena y las partes cantadas. El primer exponente de esta nueva concepción musical fue la cuatrilogía de El anillo de los Nibelungos, cuatro óperas dramáticas cuyo leti-motiv es el robo del oro entre los dioses germánicos y los hombres, con una complicada trama entre dioses, gigantes, héroes y enanos nibelungos en donde triunfa finalmente el hombre frente a lo sobrenatural. El oro del Ring, La Walkyria, Sigfrido y El Ocaso de los Dioses componen El anillo de los Nibelungos, verdadero exponente de la nueva forma de concebir las óperas alemanas, con referencias de las mejores tragedias griegas y con la orquesta como hilo conductor de la trama.

Debemos mencionar también otras obras maestras de Wagner como Los maestros cantores, Tristán e Isolda y Parsifal, que supusieron el inicio de las nuevas corrientes musicales de la siguiente centuria. Sus influencias posteriores van desde la música rock, pasando por el heavy metal y la electrónica,  hasta la ideología nazi, algo que aún hoy genera mucha controversia. 

Curiosidad

Wagner y el nazismo

Richard Wagner fue uno de los compositores más influyentes de la historia cuya música no deja indiferente a nadie, con admiradores y detractores a partes iguales. Es el personaje sobre el que más se ha escrito, después de Jesucristo y Napoleón. Si bien es cierto que en varios ensayos se observa un cierto antisemitismo en Wagner, llegando a afirmar que “el judío es intrínsecamente incapaz de expresarse artísticamente a través de su apariencia exterior ni por su discurso y aún menos por su canto”,  eso no quiere decir que el compositor y el dictador compartieran las mismas ideas, ni fue culpa de Wagner, muerto cincuenta años antes de que llegara al poder Hitler, que el dictador alemán viera en sus óperas su propia visión de lo que debía ser la nueva nación alemana, ni que las usara como ejemplo operístico del Tercer Reich e incluso en los campos de exterminio, como se ha llegado a decir. 

Para saber más

Las óperas de Wagner están en mayor o menor medida basadas en la mitología germánica, destacando su Anillo de los Nibelungos, que toma como referencia un texto medieval llamado El Cantar de los Nibelungos.  Para representarla entera, con sus cuatro partes, hay que hacerlo en cuatro días seguidos con una duración total de quince horas de representación.

Se trata de un drama épico que narra las luchas entre dioses, héroes y criaturas mitológicas como los enanos nibelungos por la posesión de un anillo mágico con el que se domina el mundo. Las conexiones entre esta ópera y el archifamoso libro y posterior saga de El señor de los anillos, de J. R. Tolkien, son más que evidentes.

Esta obra exige una orquesta enorme con multitud de músicos y hasta Wagner erigió un teatro ex profeso para su representación, con un escenario y una acústica especiales. 

Importante

La ópera fue el espectáculo por excelencia del siglo XIX, evolucionando hasta convertirse en una obra de arte total donde se fundían la literatura, la pintura, la música, el teatro, la poesía, la escenografía y el canto. Verdi  fue el compositor italiano más famoso, que hizo evolucionar a la ópera desde el Bel Canto hasta el verismo, llenando de realismo a las obras. En Alemania destacó por encima de los demás compositores Wagner, figura aún hoy muy controvertida, que buscó la inspiración de sus obras en las leyendas y mitologías germanas medievales. 

Pregunta de Selección Múltiple

Pregunta

La ópera Madame Butterfly fue compuesta por:

Respuestas

Rossini

Donizetti

Puccini

Retroalimentación

Pregunta

La ópera Norma fue compuesta por:

Respuestas

Verdi

Bellini

Wagner

Retroalimentación

Pregunta

El compositor de La Traviata fue:

Respuestas

Rossini

Puccini

Verdi

Retroalimentación

Pregunta

El anillo de los Nibelungos es una ópera de:

Respuestas

Wagner

Donizetti

Verdi

Retroalimentación

Cuando oímos la palabra danza se nos vienen a la cabeza imágenes de zapatillas de punta, faldas como de algodón y personas haciendo movimientos más propios de súper héroes que de simples mortales. Vamos a conocer un poco mejor esta excepcional disciplina artística, que fue tanto o más popular que la ópera durante toda la centuria, y los vamos a hacer de la mano del pintor Degas, verdadero enamorado de este mundo de bambalinas y vestidos etéreos que hizo de la danza el centro casi absoluto de su producción artística.

Degas. Clase de danza, 1870

Degas. Clase de danza, 1870

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La danza es una de las artes escénicas por excelencia, a la que se conoce también como ballet, danza académica o danza clásica. La palabra francesa  ballet proviene del término italiano balleto, un diminutivo de ballo, que significa baile. Entendemos además por danza o ballet a la pieza musical compuesta para ser representada por medio de la danza.

La danza es una disciplina que exige un control absoluto del cuerpo, con unos movimientos específicos y codificados en donde intervienen de manera rítmica y acompasada todas las partes del cuerpo. Apareció en Italia durante el Renacimiento  como un refinado entretenimiento durante las bodas aristocráticas, en donde los bailarines vestían según la moda de la época y el público se unía al baile al final de las representaciones. Pero fue en la Francia de Luis XIV, verdadero apasionado y defensor de la danza,  cuando se crea la primera escuela de ballet en 1661, la Academia Real de la danza, dirigida por Pierre Beauchamp. Beauchamp establece las cinco posiciones básicas de los pies y los movimientos de los brazos. 

Su sucesor, Jean-Baptiste Lully,  colaboró con el dramaturgo Moliére y crearon juntos una nueva forma de hacer comedias, la comedia del arte, que pasó a denominarse la comedia ballet. 

El siglo XVIII supone el afianzamiento del ballet como disciplina artística junto con la ópera,  se establecen los pasos codificados del ballet clásico, caracterizados por una  minuciosa precisión en la ejecución y movimientos refinados y elegantes, y surge la figura del coreógrafo, siendo el primero de la historia el francés Jean-Georges Noverre. 

Francia fue el modelo a seguir para que el resto de cortes europeas, que paulatinamente fueron adoptando la danza y el ballet clásicos a sus gustos.  

Autorretrato de Degas en 1855

Degas. Autorretrato,  1855

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Degas, Músicos en la orquesta, 1876

Degas. Músicos en la orquesta, 1876

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Hilaire-Germain-Edgar de Gas, más conocido como Edgar Degas (1834 –1917), fue un famoso pintor y escultor francés, uno de los fundadores del Impresionismo así como el mejor dibujante del movimiento gracias a sus obras dedicadas al mundo del ballet.

Degas frecuentaba asiduamente la Ópera de París para ver no sólo las representaciones de ballet sino que se colaba en los ensayos, captando como nunca antes se había hecho el esfuerzo, el duro trabajo de las bailarinas para conseguir los movimientos técnicos de la danza clásica, así como los merecidos momentos de descanso.

Al final de su producción, sus bailarinas se acercan a la abstracción, pues con apenas un trazo de pincel, una mancha de pintura inacabada,  Degas consigue reflejar el movimiento sutil y etéreo del ballet. 

Degas. Ensayo, 1874

Degas. Ensayo, 1874

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Como ya sabes, la danza clásica exige muchos años de duro esfuerzo y disciplina para llegar a dominar los pasos, las posiciones de los brazos y las formas de cargar el cuerpo que determinó Jean-Georges Noverre en el siglo XVIII. 

El ballet exige así mismo un vestuario característico donde destacan las mallas, la falda denominada tutú y las zapatillas de media punta y de punta. Los bailarines comienzan con las zapatillas de media punta y una vez que los huesos de los tobillos y de los pies son lo suficientemente fuertes, pasan a usar las de  punta, prácticamente destinados a las bailarinas. Para pasar de las zapatillas de media punta a las de punta los bailarines deben estar ensayando y entrenando durante al menos cinco años.

Zapatillas de ballet Marie Taglioni como la Sílfide, 1832 Zapatillas de punta

Zapatillas de ballet

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Marie Taglioni como la Sílfide, 1832

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Zapatillas de punta

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Las zapatillas de ballet son muy ligeras y se fabrican de  cuero, lona, o satén. Suelen ser de color rosado, blanco y ocre, dando estas últimas la sensación de que el bailarín va descalzo.  

Con las zapatillas de punta los bailarines se elevan sobre las puntas de los dedos, consiguiendo una apariencia liviana y estilizada y que parezca que los bailarines vuelen sobre el suelo. La primera bailarina en usarlas fue Marie Taglioni durante la representación de la Sílfide en 1832. 

La falda típica de las bailarinas de danza clásica se denomina tutú. Marie Taglioni fue quien estableció esta indumentaria a mediados del siglo XIX: corpiño ceñido y falda vaporosa de varias capas confeccionada en gasa, muselina o tul, apoyada en las caderas y de color blanco. 

Degas. la Estrella, 1878 Bailarinas, de Degas, 1873 Degas. Ensayo sobre el escenario, 1874

Degas. la Estrella, 1878

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Degas. Ensayo de ballet, 1873

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Degas. Ensayo sobre el escenario, 1874

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Importante

La danza clásica o ballet tiene su origen durante el Renacimiento en Italia pero será en la Francia de Luis XIV cuando se establece como disciplina artística, gracias a Beauchamp y la fundación de la Academia Real de la danza. El ballet tiene un vestuario característico, destacando las zapatillas de punta, que elevan y estilizan el cuerpo de los bailarines, y los vestidos vaporosos de gasa llamados tutú. 

Rellenar huecos

En el siguiente enlace tienes un genial comentario de la obra La clase de danza, de Degas. Leélo detenidamente y completa el siguiente texto: 

El gran del lienzo no es el anciano sino el magnífico efecto de , obtenido a través de las líneas del suelo, la disposición de las en el espacio y la esquina del fondo de la sala, que juega con la de la al cortar los pictóricos. La sensación de es otra de las atracciones del maestro, que coloca a sus personajes siempre en diferentes posturas.

Precisamente es la la que crea una sensación especial, que llega a recordar a la de , diluyendo los de las figuras y otorgando aire al . La mayoría de las escenas de danza de Degas muestra el y el intenso de las muchachas por poner una obra en

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