1. Los tipos de empresa

Forma Jurídica de la empresa Animación de elaboración propia

Entre los primeros pasos que un emprendedor debe hacer, es saber que tipos de empresas hay en la legislación española y sus correspondientes características.

No pienses que hay una mejor que otra ya que todas tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Tendrás que elegir una que se adapte a a las necesidades de tu futura empresa.

 

Los aspectos más importantes que debes tener en cuenta son:

 

• El número de socios: a veces basta con sólo uno, en otros se exigen varios.

   

• El capital necesario. En ciertas formas jurídicas no se necesita poner un mínimo de dinero mientras en otras como la Sociedad Anónima se exige 60.000€. Este aportación inicial (que pasa a ser propiedad de la empresa) se denomina capital social.

   

• La actividad que vas a desarrollar, ya que para ciertas actividades muy concretas se exige una forma jurídica determinada.

   

• La responsabilidad de los socios, respondiendo o no con sus propios bienes,

   

• Y por último, ciertos aspectos fiscales y la mayor o menor sencillez de los trámites administrativos.

Persona física y jurídica Diagrama de elaboración propia

Una de las primeras cosas que debemos diferenciar es el concepto de persona física y el de persona jurídica. Como español tienes un Número de Identificación Fiscal (N.I.F) que se corresponde exactamente con el que figura en tu Documento Nacional de Identidad (D.N.I.). No obstante, si te asocias con otras personas para poner en marcha una empresa, ésta tendrá su propio NIF independiente y diferente de los socios de la empresa. Es por tanto una persona jurídica (que no física, como son los socios).

 

Tambíén es importante que diferencies entre la responsabilidad limitada e ilimitada. En el primer caso, los socios de la empresa no responden con su patrimonio de las deudas de la sociedad, lo que sí ocurre en el caso de la responsabilidad ilimitada.

Es decir, si nos convertimos por ejemplo en Empresario Individual (responsabilidad ilimitada), en el caso de que nos vaya mal, deberemos afrontar todas las deudas de nuestro negocio con nuestro patrimonio (nuestra casa, dinero en el banco o cualquier otro bien a nuestro nombre). Si por otro lado, nos decidimos por la Sociedad Limitada, sólo tendremos que responder con el propio dinero que tiene la empresa, estando nuestros bienes totalmente ajenos de la mala situación de nuestro negocio. Como puedes ver, es un matiz muy importante.