1.1. El origen de la Unión Europea
¿Cuándo apareció la idea de una Europa unida?
Europa es el nombre que el poeta griego Homero dio a una de las reinas mitológicas de la isla de Creta. Por extensión, se aplicó a toda la parte continental de Grecia para distinguirla de la zona asiática. El nombre no se empleó en un sentido político, como le damos hoy día, hasta mucho después, ya a partir del Renacimiento.
En consecuencia, en el Mundo Antiguo, no existió una verdadera idea de Europa. Aún así, hace dos mil años, el Imperio Romano había conseguido unir bajo el control de Roma a la mayor parte de los países que hoy día componen la actual Unión Europea, a excepción hecha de los del norte y de algunos del este. Se puede considerar, por tanto, que la idea de una unidad europea (aunque evidentemente no con ese mismo sentido), se remonta hasta una época tan remota.
A lo largo de la Historia hubo varios momentos en los que esta misma idea de unidad se intentó imponer de nuevo. El imperio de Carlomagno hacia el año 800 fue también un claro precedente de la idea de los territorios europeos bajo un único soberano. También el Sacro Imperio Romano Germánico puede ser considerado como tal precedente, al menos hasta el siglo XIII, aunque finalmente acabaría desintegrándose.
España también participó en ese intento. Durante la época del emperador Carlos V, allá en el siglo XVI, el nuevo César reunió bajo su corona una gran cantidad de territorios europeos. Pero de nuevo su esfuerzo fue baldío y acabó fracasando.
Por último, el emperador francés Napoleón intentó a comienzos del siglo XIX una tarea similar, pero también fue derrotado en 1815, aunque ya en sus memorias dejaba entrever que, tras la desaparición de su obra, la única alternativa viable que le quedaba a Europa era la de la unión política. Pero pasaría casi un siglo y medio antes de que esta se pudiera conseguir.
Durante este período, anterior al siglo XX, hubo una serie de importantes pensadores que defendieron la idea de una Europa unida. Entre ellos caben citar a autores tan destacados como el humanista español, Juan Luis Vives, el ilustrado francés Rousseau, el filósofo alemán Kant, o pensadores decimonónicos como el inglés Bentham, o los franceses Saint Simon y Proudhon. Ya en el siglo XX, hombres de la talla del alemán Spengler o del filósofo español Ortega y Gasset, volvieron a insistir en la idea de que Europa debería ser una unidad política, como forma de acabar con las guerras que durante siglos asolaron al continente.
El emperador español Carlos V, puede ser considerado como uno de los precursores de la unión política de Europa. |

Objetivos
Los primeros pasos para la unión de Europa: el Mercado Común en 1957.
Tras las dos guerras mundiales, las naciones europeas tomaron conciencia de que el papel de Europa en el mundo había pasado a un segundo plano. Nuevas potencias económicas y militares habían emergido en aquella época y Europa había perdido su situación preponderante.
Y no solo se trataba de una cuestión de hegemonía. Los imperios coloniales de los países europeos también se habían ido independizando y el mundo cada vez se iba haciendo más global, menos "europeo".
De ahí que fuera madurando en el continente la idea de unificar a todos aquellos países que lo desearan voluntariamente, mediante una unidad supranacional que los uniera a todos y que les permitiera beneficiarse de esta nueva situación.
Entre 1945 y 1957 hubo una serie de intentos poco eficaces, pero que ya señalaban el camino que había que tomar. Organizaciones como el Benelux (La unión aduanera entre Bélgica, Holanda y Luxemburgo a partir de 1948), o la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) desde 1951, fueron precedentes claros de lo que iba a culminar en 1957.
Ese año se reunieron en Roma los representantes de seis países europeos: Italia, Alemania, Francia, Holanda, Bélgica y Luxemburgo, y en esa ciudad firmaron un tratado por el que se acordó crear el denominado Mercado Común, una asociación económica que acabara con las barreras aduaneras y que permitiera el libre comercio de mercancias entre los países que participaban en el mismo.
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Los seis países firmantes del Tratado de Roma en 1957.
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Pre-conocimiento
Del Mercado Común a la Comunidad Europea.
Los primeros pasos del Mercado Común fueron lentos. La política de ir reduciendo paulatinamente las aduanas se fue llevando a cabo, pero con ciertas reticencias por ciertos países que la contemplaban como una pérdida progresiva de su autoridad nacional. En cualquier caso, era evidente que esa desaparición de las trabas aduaneras beneficiaba a la economía y creaba un mercado mucho más amplio para todos los productos europeos, de ahí que con el paso del tiempo, fuera ganando cada vez más prestigio entre todos los países del continente, formaran parte de ese mercado común o no estuvieran integrados en él.
El proceso de unión económica dio un salto importante cuando en 1967 se firmó en Bruselas el Tratado de la Unión. Por él, el Mercado Común dejaba de denominarse así y pasaba a llamarse Comunidad Económica Europea, abreviadamente, C.E.E. Con esto finalizaba el proceso de desaparición de las aduanas entre países y se planteaban unos retos de integración económica mucho mayores a los que en principio se habían diseñado.
El éxito de tal acuerdo no se hizo esperar, y pronto empezaron a llamar a las puertas de la C.E.E. diferentes países que solicitaban formar parte de la nueva organización. Los primeros en lograrlo fueron los británicos, así en 1973 el Reino Unido e Irlanda pasaban a formar parte de las nuevas instituciones, viéndose acompañados en esta decisión con la integración de Dinamarca en la Comunidad Económica Europea.
La C.E.E. contemplaba la puesta en marcha de mecanismos no solo económicos, sino también políticos. Y así, en 1979, aparecían el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo. Foros desde los que se pretendía crear una conciencia europeísta mayor entre la población de sus países miembros.
Así, el proceso no se detuvo. A partir de 1982, comenzaron a ser los países mediterráneos los que se integraron en la C.E.E. Primero le tocó el turno a Grecia, y en 1986 a los países ibéricos, ya que tanto España como Portugal pasaron a formar parte de Comunidad Económica Europea.
Y esa integración llegó justo a tiempo antes de que en 1987 se firmara el Acta Única, que supuso un nuevo paso en el proceso de integración. A la C.E.E. se le "cayó" una E. y quedó convertida simplemente en la Comunidad Europea. Desaparecía así el sentido casi exclusivamente económico que tuvo en un principio y pasaba a convertirse también en un ente de carácter político.
Documental sobre la construcción de la unidad europea. |

AV - Pregunta Verdadero-Falso
Retroalimentación
Falso
Era una reina mitológica de la isla de Creta. Fue el poeta griego Homero el primero que lo citó para referirse a la Grecia continental balcánica.Retroalimentación
Verdadero
Aunque sus imperios no fueron tan extensos como el romano, en efecto, sus dominios ocuparon buena parte de lo que es actualmente la Unión Europea.Retroalimentación
Falso
Ese año se firmó el Tratado de la Unión en Bruselas. El Acta Única se firmó en 1987