2.3. Dadá y Surrealismo

RENÉ MAGRITTE (1898 - 1967)

Magritte. Imagen tomada de visit.brussels

 René Magritte Este artista nacido en Bélgica es el maestro del llamado realismo mágico, pues sus obras son ininteligibles y realmente envueltas en un gran misterio.  Esa confusión e inquietud proviene de la correlación que establece entre sus representaciones y los objetos, que está fundamentada en la similitud ideográfica.

Esto no es una pipa nos crea un conflicto al plantearnos la imagen de una pipa bajo la que reproduce el texto Ceci n'est pas une pipe (Esto no es una pipa), creando una controversia entre lo que observamos y lo que se nos advierte.

En ese cuestionamiento de la realidad que el surrealismo nos propone, Magritte utiliza el nuevo lenguaje pictórico para favorecer ese alejamiento de la objetividad. Para ello, se libera de lo evidente, negando la realidad con una declaración que contradice lo que vemos, pues el arte va más allá de lo que el ojo alcanza. Pero la elección de ese enunciado, la justificaba también el artista para emplazar sus obras lejos de un lugar conciliador. Todo lo contrario, sus obras están envueltas en un halo misterioso regido por el fundamento de la paradoja y el disparate ante la legitimación de superchería.

Ceci n'est pas une pipe. Magritte, 1929 Imagen tomada de historia-arte.com

SALVADOR DALÍ (1904 - 1989)

Salvador Dalí en 1972 Imagen en Wikipedia. Lic. CC

Nació en 1904 en un pueblo costero catalán, Figueras. Pronto empieza a demostrar sus dotes innatas para el dibujo, por ello, en 1921 se marcha a Madrid para cursar sus estudios artísticos en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Allí, en la Residencia de Estudiantes, conoce a otros muchachos inquietos y se nutre de todas las corrientes de vanguardia. Es hacia 1926 cuando se decanta por el surrealismo, creando un mundo propio de imágenes provenientes de los sueños, entre las que son recurrentes los relojes blandos, las figuras humanas con cajones abiertos, elefantes de patas largas y delgadas. Llega incluso a crear un estilo que él denominará método paranoico crítico, y que lo define como un “método espontáneo de conocimiento irracional basado en la asociación interpretativa crítica de fenómenos delirantes”. Basta citar Elgran masturbador o Seis apariciones de Lenin sobre un piano, para entender esa asociación caprichosa de ideas con la finalidad de expresar sobre la tela el mundo irreal.  No obstante, este camino interpretativo lo hace de la mano de una excelente técnica para el dibujo y el domino de la perspectiva tradicional.

Para entender a Dalí hay que tener claro que lo que pinta no es la realidad tal y como la vemos, sino sus ensoñaciones, aquello que es producto de su subconsciente. De ahí que surjan esas formas y esos temas aparentemente inconexos. Sí tienen conexión, las que parten de subconsciente del artista.

Su encuentro en 1929 con Gala será crucial para toda su vida, convirtiéndose en su compañera y musa, como podemos observarlo en Monumento imperial a la niña mujer, que simboliza la liberación de sus inquietudes de niño. Otra obra significativa del momento es La persistencia en la memoria. Se trata de un paisaje onírico, inspirado en el Mediterráneo de la bahía de Cadaqués y Portlligat, durante un amanecer. En un ambiente eterno y deshabitado, aparecen cuatro relojes sobre un fondo de mar y rocas. De los relojes, tres son blandos y uno duro, sobre el que campan un grupo de hormigas. En el centro destaca una especie de rostro humano de largas pestañas que el artista utiliza en otras obras como el Gran Masturbador y El enigma de Hitler.  La iluminación del cuadro es intensa e irreal a la vez, pues parte del exterior de la tela en la parte superior derecha. Esta irrealidad contrasta con la composición esmerada, en la que la horizontalidad creada por la orilla del mar junto con la rama del árbol es rota por las diagonales de la piedra sobre la que están dos de los relojes y la cara del ente, que confiere a la obra profundidad. También con el dibujo preciso y los colores brillantes, entre los que destacan los azules y ocres. 

El enigma de Hitler. Dalí, 1939 Imagen del Museo Reina Sofía. © Uso educativo

Esta obra, que recuerda a la pintura metafísica de De Chirico, significa el inicio de su método paranoico crítico. En ella quiere reflejar la aptitud humana del recuerdo, pues los relojes representan el paso del tiempo, por ello están blandos, son el pasado. Solamente el duro es el presente.

En la década de los años treinta inicia su actividad independiente fuera del grupo Surrealista, pues fue expulsado en 1934 debido a sus excentricidades. Con la Guerra Civil marcha de España, creando obras en este periodo relacionadas con el momento histórico bélico en el que está envuelto el país y posteriormente Europa. Es el caso de Premonición de la Guerra Civil y El enigma de Hitler. Durante esta época su imagen de personaje extravagante y original se convierte en una constante que él mismo se preocupa por lanzar al exterior.

En 1948 regresa a España, proclamando una nueva etapa mística y pseudoclásica, como en la Virgen de Port Lligat . Aunque, realmente, nunca llega a desligarse de sus obsesiones infantiles y sexuales, como muestra en Joven virgen autosodomizada por los cuernos de su propia castidad.

A partir de los años 60 las repeticiones se convierten en una constante en su obra hasta su muerte en los 80.

La persistencia de la memoria. Dalí, 1931 Imagen tomada de historia-arte.com

JOAN MIRÓ (1893 - 1983)

Joan Miró Imagen en Wikipedia. Dominio público

Miró fue evolucionando en su estilo pictórico, ligado al surrealismo desde los años 20.  Carnaval de arlequín o Cabeza de campesino catalán son buenos ejemplos de ello. Fue considerado por Bretón el más surrealista de todos los componentes del grupo, por su automatismo psíquico puro. Sus figuras se convierten en símbolos, perfiles orgánicos sinuosos o raros diseños geométricos. Estas, flotan sobre fondos planos de colores brillantes que modela de forma arbitraria.

Sin embargo, las cuestiones políticas con las que el grupo surrealista se ve envuelto hacen que Miró se distancie.

Mujeres, pájaros y una estrella es una composición en la que aparecen sus formas oníricas habituales que, representan a mujeres , pájaros y una estrella. No es la primera vez que Miró hace referencia a la mujer, las aves y los astros, pues conocida es su versión del año 1942 de la Fundación Miró de Barcelona o el homenaje a Picasso de 1970 del Museo Reina Sofía de Madrid. En estas versiones, los conceptos de inocencia y libertad que Breton reseñaba en la obra de Miró, están presentes en una extraordinaria proximidad de ambos, al igual que la mujer de las estrellas. 

Mujeres, pájaros y estrellas. Joan Miró, 1966  Imagen del Museo Reina Sofía. © Uso educativo