1.2 Se necesitaban materias primas y mercados.
Conseguir materias primas y fuentes de energía baratas, que en Europa escaseaban, era importantísimo para poder continuar con el desarrollo industrial. Pero también era interesante la utilización de la población no europea como mano de obra barata, en ocasiones incluso esclava, sobre todo para plantaciones y minería.
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Captura de esclavos en África. 1859
Imagen de Wikipedia. Dominio Público.
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Por otra parte, la evolución de la revolución industrial conllevaba un problema: al principio de la misma había muchas posibilidades de negocios y muchos sectores novedosos en los que invertir, pero con el tiempo, los mercados empezaron a dar muestras de saturación. Llegó un momento en el que ya no era tan fácil obtener ganancias o incluso recuperar la inversión, puesto que los productos industriales ya no eran una novedad y la gente no los compraba tan rápidamente.
Invertir en infraestructuras tales como los ferrocarriles, que tanto habían estimulado la economía años antes, ya no era tan sencillo, puesto que los países europeos ya habían cubierto sus necesidades. Era preciso, por tanto, encontrar nuevos territorios vírgenes desde el punto de vista económico, nuevos mercados, en los que colocar esos capitales. La solución estaba, una vez más, en las colonias.
