1. Un desarrrollo económico con altibajos
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Campesinos de Huesca en 1925. |
Cuando se inicia el siglo XX, España dista mucho de ser un país desarrollado económicamente. Sigue estando entre los países más pobres de Europa, y el sector primario (agricultura, ganadería y pesca) aún es el pilar de la economía. Además, las diferencias regionales son muy notables: mientras en algunas zonas se aprecia un impulso significativo de la industria y el sector servicios, en otras, la miseria de jornaleros y campesinos es la nota dominante.
En este contexto, el tercio inicial del siglo XX puede calificarse como un paso hacia la modernización; en general, se registrará un crecimiento económico aunque con altibajos y algunas peculiaridades especiales: el nacionalismo económico y el predominio de la actividad agraria. Además, pese a este crecimiento económico no lograron acortarse las distancias con el resto de Europa, pues el resto de países experimentó un desarrollo similar o incluso superior.
Para explicar mejor este periodo lo vamos a dividir en cuatro etapas:
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Alto Horno de Sestao, hoy en desuso, formó parte de los famosos Altos Hornos de Vizcaya, gran empresa siderúrgica creada en 1902. |
1. Desde 1900 el inicio de la I Guerra Mundial. Fue ésta una etapa de crecimiento económico, en la que la economía española se recuperó de la crisis de los últimos años del siglo XIX. Hubo un progreso importante en el ámbito agrario, gracias al empleo de abonos químicos y la difusión del regadío. En el ámbito industrial, el destacado avance tuvo varias causas:
El regreso, tras la independencia cubana, de empresarios españoles que habían logrado importantes riquezas que fueron invertidas en la economía española.
El aumento de las inversiones extranjeras, especialmente francesas.
La activa presencia de una banca nacional de carácter privado cada vez más desarrollada.
2. Entre 1914 y 1922. Esta etapa vino marcada por la influencia en la economía española de la I Guerra Mundial. En esta breve pero intensa etapa se pueden diferenciar dos momentos. El primero fue de expansión económica: España, aprovechando su neutralidad en la Gran Guerra, pudo aumentar sus exportaciones y vivir un periodo de gran prosperidad económica. Sin embargo, este rápido beneficio también estaba sentando las bases de futuros problemas. Ante la gran demanda exterior, los precios en España se duplicaron entre 1914 y 1920, disminuyendo el poder adquisitivo de la mayoría de la población y aumentando los problemas sociales (recuerda la crisis de 1917). Además, una vez terminada la guerra, los productos españoles ya no encontraron tan fácil salida en el mercado exterior, por lo que muchas empresas se vieron obligadas a cerrar.

Curiosidad

Para saber más

AV - Reflexión

Curiosidad
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Imagen de un obrero en las calles de Madrid, 1933. Archivo procedente de la web Memoria Republicana. |

AV - Reflexión

Importante
El primer tercio del siglo XX fue un periodo de crecimiento económico con altibajos.
Podemos distinguir cuatro etapas:
1. Hasta la I Guerra Mundial: Hay un importante crecimiento, con mejoras en la agricultura y desarrollo de la industria.
2. De 1914 a 1922: La neutralidad de España en la I Guerra Mundial beneficia las exportaciones con la consiguiente mejora de la economía. Sin embargo, esto también provoca subida de precios y una pequeña crisis cuando las exportaciones vuelven a bajar tras finalizar la contienda mundial.
3. Dictadura de Primo de Rivera: Época de fuerte crecimiento impulsado por la favorable coyuntura internacional y las inversiones del Estado. Como contrapartida, déficit del Estado.
4. La II República: Etapa de estancamiento económica. Ni las circunstancias económicas (influencia de la crisis de 1929) ni las políticas (tensión política y social) son las mejores.
El crecimiento experimentado por la economía española en este tercio inicial del siglo XX quedará truncado y destrozado con el estallido de la Guerra Civil. La economía española tardará décadas en recuperarse.