2.1. Los reinos cristianos

Batalla de Nájera
La Batalla de Nájera, un episodio de las guerras civiles castellanas. Era además una guerra internacional: franceses e ingleses apoyaban a cada uno de los bandos enfrentados (Crónicas de Jean Froissart, manuscrito BNF francés 2643, 312v, siglo XV).
Imagen de la Biblioteca Nacional Francesa en Gallica. Dominio público.

Para los reinos cristianos de la Península Ibérica la Baja Edad Media fue, como en el resto de Europa, una época de crisis y transformación. Varias manifestaciones de esa crisis son más o menos comunes a todos los reinos cristianos:

1) Todos sufrieron el azote de la peste negra a mediados del siglo XIV, así como de epidemias posteriores.

2) Fueron frecuentes los años de malas cosechas, especialmente en el siglo XIV.

3) Los intentos de fortalecer la autoridad del rey provocaron grandes tensiones con la nobleza, que provocaron repetidas guerras entre candidatos al trono, que eran apoyados por distintos bandos de nobles según sus intereses.

4) A cambio del apoyo de los nobles, los reyes se vieron obligados a concederles grandes señoríos feudales, con lo que la alta nobleza se hizo más poderosa en la Baja Edad Media. (En otras palabras, los nobles acabaron aceptando que los reyes tuvieran más poder político, pero recibieron a cambio más riquezas.)

5) Hubo grandes tensiones entre los señores feudales y los habitantes de sus señoríos, que en muchas ocasiones provocaron levantamientos contra los señores. Había dos causas para ello. En primer lugar, muchos señores vieron reducirse sus rentas por la crisis del siglo XIV y por los cambios económicos, a lo que respondieron imponiendo a sus vasallos viejas obligaciones ya olvidadas (se les llamaban los malos usos). En segundo lugar, muchas ciudades y villas (o sea, pueblos grandes) se opusieron a que los reyes las entregaran como señorío a sus nobles.

6) En las ciudades hubo muchas luchas de poder entre distintos bandos por controlar el poder. A veces eran guerras entre bandos de nobles y otras entre la aristocracia de la ciudad y sectores sociales más bajos.

7) Se extendió el antisemitismo, sobre todo entre los sectores populares de los núcleos urbanos. A partir de la peste negra se hicieron cada vez más frecuentes los ataques contra las comunidades judías, provocados por el fanatismo religioso y por el deseo de saquear los bienes de los judíos, muchos de los cuales eran artesanos, comerciantes o financieros acomodados. Ante la violencia y la permanente presión, muchos judíos se convirtieron en masa al cristianismo. Pero eso creó otro problema social. Como es lógico, la conversión de muchos de esos judíos no era sincera. Así que la sospecha se extendió a todos los judíos convertidos al cristianismo: los conversos. Muchos de estos conversos eran además gente muy dinámica y bien formada, que al ser cristianos podían subir en la escala social a sitios a los que un judío no habría llegado nunca. Así que sus rivales explotaron la sospecha de que eran judíos en secreto para quitarse la competencia. De esa forma los conversos empezaron a ser víctima de ataques y de persecución religiosa y se creó un clima de permanente sospecha sobre quién era o quién no era un buen cristiano. Como ya verás en el próximo tema, de ese clima nació la Inquisición, un tribunal que investigaba y juzgaba a los sospechosos de herejía, es decir, de tener creencias cristianas "incorrectas".

Judíos comerciantes o prestamistas Judíos artesanos
Los judíos eran mal vistos porque eran diferentes, porque tenían una religión distinta y porque solían dedicarse a actividades poco "honorables", como el comercio, la artesanía o las actividades financieras. El tópico del judío prestamista hizo mucho por alimentar el odio de la gente. En estas miniaturas se les representa dedicándose a la artesanía y a transacciones comerciales o financieras (MS Ludwig, XIV 6 f. 114 y 243v, 1290-1310).
Imágenes en The J. Paul Getty Museum(izquierda y derecha). Licencia Open Content Image.

Importante

Durante la Baja Edad Media los reinos cristianos de la Península sufrieron una crisis cuyas principales manifestaciones son:

  1. Peste negra.
  2. Malas cosechas.
  3. Tensiones entre reyes y nobles, entre señores y vasallos y entre bandos ciudadanos.
  4. Aumento de los grandes señoríos nobiliarios.
  5. Ataques contra judíos y conversos.

Importante

Llamamos conversos a los judíos que se convirtieron al cristianismo. Sus descendientes eran tachados de cristianos nuevos para distinguirlos de los cristianos viejos.

Reyes Católicos
Retrato de los Reyes Católicos en la fachada de las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca.
Imagen de GFreihalter en Wikimedia Commons (detalle). Licencia CC BY-SA.

Hay otro elemento de cambio es común a la mayoría de los reinos de la Península. A lo largo del período, los reyes de una nueva dinastía, los Trastámaras, acabaron ocupando el trono de la mayoría de los reinos peninsulares. La dinastía se impuso en la Corona de Castilla en la segunda mitad del siglo XIV y en la Corona de Aragón a comienzos del siglo XV. A finales de ese siglo acabó controlando Navarra y, con la conquista castellana de Granada en 1492, se extendió también a este reino. De esa forma, durante buena parte del siglo XV los dos grandes reinos peninsulares, Castilla y Aragón, estuvieron gobernados por parientes, lo que no significa que fueran forzosamente amigos.

Pero esa unión familiar dio un paso más cuando en 1469 Isabel, la hermana del rey de Castilla, se casó por motivos políticos con Fernando, hijo del rey de Aragón, que era primo segundo de Isabel. En 1474 Isabel I se proclamó reina de Castilla, aunque necesitó ganar una larga guerra para imponerse en el trono. En 1479 Fernando II se convirtió en rey de Aragón. En adelante un mismo matrimonio, los Reyes Católicos gobernaron unidos las Coronas de Castilla y Aragón. Así que la unión matrimonial de los reyes Católicos fue un paso fundamental en la formación de lo que hoy es España.

Importante

En la Baja Edad Media las Coronas de Castilla y Aragón acabaron siendo gobernadas por reyes de una misma familia: los Trastámaras. Finalmente, el matrimonio entre Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, conocidos como los Reyes Católicos, unió Castilla y Aragón bajo una misma monarquía.

Una vez vistos los elementos comunes, vamos a repasar por encima las características de cada reino.

La Corona de Castilla era un territorio muy unificado. A sus reyes se les reconocía el derecho a mandar mucho (¡otra cosa era que permanentemente temieran que un pariente les quitara el trono!). Durante la Baja Edad Media la Corona de Castilla amplió y aseguró sus fronteras con el mundo musulmán, conquistando plazas fuertes en el norte de África y oscilando entre la alianza y la guerra con el Reino de Granada. Más al sur, comenzó la conquista de las Islas Canarias. Se preparaba de esa forma el salto a América, que se produciría en 1492. Por otra parte, la guerra civil que llevó al trono castellano a los Trastámaras metió a Castilla en la Guerra de los Cien Años, en la que participó del lado de Francia.

Desde el punto de vista económico, Castilla miraba sobre todo al Atlántico. Tenía una de las flotas de pesca y de guerra más importantes y comerciaba mucho con la costa del Atlántico, el Mar del Norte y el Báltico.

Su principal producto de exportación era la lana. Había en Castilla enormes rebaños de ovejas que se criaban en régimen de trashumancia, es decir, mediante el traslado estacional de las ovejas entre los pastos de verano, situados al norte, y los pastos de invierno, situados al sur. Las vías de trashumancia debían quedar abiertas, lo que a menudo traía muchos inconvenientes a los agricultores asentados cerca de ellas. Los grandes propietarios de estos rebaños formaban en una organización muy poderosa, el Concejo de la Mesta.

El comercio con el norte de Europa era el principal motor de una serie de grandes ferias en el norte de Castilla, de las que la más importante era la de Medina del Campo. En el sur, Sevilla se convirtió en el principal puerto del sur y una de las ciudades más florecientes de la Península.

Flota castellana Catedral de Sevilla
La flota castellana combate contra los ingleses en la Batalla de La Rochelle (1372) (Crónicas de Jean Froissart, manuscrito BNF francés 2643, 393r, siglo XV).
Imagen de la Biblioteca Nacional Francesa en Gallica. Dominio público.
La catedral de Sevilla es la manifestación de la pujanza alcanzada por esta ciudad en el siglo XV.
Imagen de Emilio en Flickr. Licencia CC BY-SA.

La Corona de Aragón era una federación o asociación de distintos estados (Reino de Aragón, Principado de Cataluña, Reino de Valencia...), cada uno de los cuales tenía sus propias leyes o fueros, sus propias cortes, su propia moneda, etc. En ellos el rey tenía un poder más limitado que el de Castilla.

Frente a Castilla, Aragón siempre miró hacia el Mediterráneo. Desde finales del siglo XIII fue incorporando territorios por todo el mar, hasta formar un imperio mediterráneo que llegó a incluir Córcega, Cerdeña, Sicilia, Nápoles y parte de Grecia (incluida la propia Atenas). Su expansión mediterránea enfrentó a los aragoneses contra las principales potencias del Mediterráneo: Francia, las poderosas ciudades-estado de Génova y Venecia, el Imperio Turco...

El elemento más característico de la economía aragonesa es el desarrollo del comercio marítimo en las grandes ciudades de la costa, como Barcelona o Valencia. Al principio de la Baja Edad Media el protagonismo lo tiene el comercio catalán, pero en el siglo XV Cataluña entra en decadencia, mientras que Valencia experimenta un gran auge, destacando sectores como su agricultura de regadío, gestionada por los agricultores mudéjares, y la industria de la seda, fundamentalmente en manos de judíos y conversos.

Imperio aragonés Lonja de Valencia
Territorios que llegaron a estar bajo el imperio aragonés.
Imagen de Willtron en Wikimedia Commons (modificada). Licencia CC BY-SA.
Lonja de la Seda en Valencia (1482-1548), testimonio de la importancia de este sector.
Imagen de Felivet en Wikimedia Commons. Dominio público.
Ventana del Convento de Cristo en Tomar
Convento de Cristo en Tomar (Portugal). Tan importante fue la navegación para los portugueses que las maromas o cuerdas de barcos se convirtieron en un motivo decorativo típico, como puedes ver en esta ventana.
Imagen de Alvesgaspar en Wikimedia Commons. Licencia CC BY-SA.

El Reino de Portugal inicia en ese período su expansión atlántica. Comenzó con la conquista de Ceuta, en 1415. A partir de ahí, los barcos portugueses fueron explorando la costa atlántica de África y estableciendo puertos a lo largo de ella. Buscaban acceder directamente a las mercancías africanas, como el oro de Ghana. Pero sobre todo querían acceder a la India para quitar a los barcos árabes el control sobre la ruta de las especias, que venían desde oriente. Estas especias (pimienta, clavo...) eran condimentos muy valorados, no solo por su sabor, sino sobre todo por su capacidad para conservar los alimentos. De esa forma, antes de finalizar el siglo XV los portugueses lograron bordear toda la costa africana, penetrar en el Océano Índico y alcanzar la India.

El Reino de Navarra, por su parte, atravesó durante la Baja Edad Media momentos difíciles. Las luchas internas entre los navarros permitieron que el reino cayera bajo la influencia de sus poderosos vecinos: unas veces Francia, otras Aragón, otras Castilla. Desde comienzos del siglo XVI Navarra perdería su independencia, siendo gobernada el resto de su Historia por los reyes de Castilla.

Importante

Las principales características de los reinos cristianos peninsulares durante la Baja Edad Media son las siguientes:

  • La Corona de Castilla era un estado muy unificado, con una monarquía fuerte, que luchó contra Granada y otros estados musulmanes y cuyos intereses miraban sobre todo al Atlántico. Su sector económico más importante era la exportación de lana.
  • La Corona de Aragón era una federación de estados en la que el rey tenía menos poder. Sus intereses miraban sobre todo al Mediterráneo, donde logró crear un imperio, lo que le permitió desarrollar mucho su comercio marítimo. A lo largo de la Baja Edad Media el predominio económico pasó de Cataluña a Valencia.
  • El Reino de Portugal comenzó sus grandes exploraciones atlánticas, siguiendo la costa de África en dirección a la India.
  • El Reino de Navarra estaba cada vez más debilitado por las tensiones internas y bajo la influencia de sus poderosos vecinos.

Comprueba lo aprendido

1) Di si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas.

Pregunta 1

a) Durante el siglo XIV los reinos cristianos de la Península se salvaron de la crisis que en esos años afectaba al resto de Europa.

Pregunta 2

b) Gracias a la tradición de convivencia cultural que había en la Península Ibérica, aquí no se dieron las persecuciones contra judíos que hubo en otros países cristianos.

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2) Conversos, mozárabes, mudéjares, muladíes... ¿no te parece que llega a ser un poco lioso tanto grupo social con nombres especiales en nuestra Edad Media? Es el resultado de la gran mezcla de culturas y religiones que hubo aquí, pero no está de más repasarlo todo una última vez. Relaciona cada una de estas descripciones con el grupo social correspondiente:

  • Los eran los hispanos que se convirtieron al Islam tras la conquista musulmana.
  • Los eran los cristianos que vivían en reinos musulmanes y que desarrollaron una cultura diferente de la de los cristianos del norte.
  • Los eran los musulmanes que vivían en reinos cristianos.
  • Los eran los judíos convertidos al cristianismo.

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3) Lee el párrafo que aparece abajo y completa las palabras que faltan.

Los fueron una dinastía que en la Baja Edad Media logró ocupar el trono de Castilla y de Aragón. En 1469 de Castilla se casó con de Aragón. Al convertirse en reyes de sus respectivos países, los unieron bajo un mismo gobierno. Se les conoce habitualmente como los .

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4) Rellena los huecos con el nombre del país que mejor se corresponda con la descripción.

a) era el estado más unificado de la Península.

b) realizó grandes exploraciones y ocupó asentamientos costeros en la ruta entre África y la India.

c) cayó bajo la influencia de sus vecinos más poderosos.

d) creó un gran imperio mediterráneo.

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