2.2. Toledo y Sevilla
Toledo
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Detalle de El Transparente de la Catedral de Toledo. Imagen de Synes en Flickr |
Desde Salamanca apenas nos separan dos horas y media de camino hasta llegar a Toledo, tiempo que dedicaremos a hablar de lo disfrutado hasta ahora. Si no el bus se hace muy aburrido.
Y llegamos a Toledo en busca de una sola construcción. A diferencia de la ciudad salmantina, dónde nos podemos encontrar con varias construcciones barrocas, Toledo no muestra tanta variedad, sin embargo, una de ellas merece por sí sola una visita. Vamos a ir a la Catedral, que sí que es gótica, pero dentro de ella, concretamente en su girola, vamos a poder disfrutar de una de las piezas más interesantes de toda el arte barroco en nuestro país. El Transparente de la Catedral de Toledo que diseña y edifica Narciso Tomé es el ejemplo más vivo del concepto barroco de “integración de las artes” en España. Entra y disfruta.
Narciso Tomé. El Transparente de la Catedral de Toledo
La obra más original y creativa de todo el barroco española está en Toledo y la diseña Narciso Tomé. El Transparente de la Catedral de Toledo es la obra barroca por excelencia en la que todas las artes: arquitectura, pintura y escultura, se unen en un todo imposible de separar. Es una construcción brutalmente rompedora, en la que la luz solar entra de forma trepidante para iluminar un conjunto absolutamente genial.
Tomé diseña un espacio barroco dentro de uno gótico, es decir, reinterpreta un espacio construido cuatro siglos antes, para integrarlo en un lenguaje nuevo y adaptado al momento en el que vive. Pero es solo eso, un espacio, una de las crujías de la girola, uno de los tramos de la bóveda de arista, no transforma todo el conjunto, simplemente, abre un nuevo espacio con un nuevo lenguaje.
Para ello, Tomé decora a modo de retablo uno de los lados de la girola, creando un espacio vivo, potente, decorado hasta la saciedad, en el que no deja un espacio libre. Pero además, rompe la plementería de una de las bóvedas de arista para que la luz solar penetre con toda su fuerza y refleje sobre los dorados de dicho retablo. Por si fuera poco, incluye la pintura en la bóveda, de modo que genera una especie de rompimiento de gloria excepcional. Este rompimiento no es ya ficticio como ocurre en la pintura sino real, porque encima de esos personajes está el cielo, pero el de verdad, no el pintado.
De modo que frente a la solemnidad y el rigor del gótico, Tomé nos ofrece un espacio roto, curvo, sinuoso y muy dinámico. En definitiva, una genialidad.
Narciso Tomé. Transparente Catedral de Toledo
Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público
Sevilla
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Fachada Museo de Bellas Artes de Sevilla Imagen en Wikimedia Commoms |
Si en España hay una ciudad barroca por excelencia, ésa es Sevilla. La capital andaluza, aún hoy, se vanagloria de ese pasado de crisis pero de intensa religiosidad popular y, sobre todo, de intensa liturgia. Y esta liturgia tiene su reflejo, como no podía ser menos en la arquitectura.
Se pueden contar por cientos los edificios que se construyeron durante la época barroca, en su mayoría iglesias, pero también edificios civiles como palacios, fábricas u hospitales que otorgan al visitante de la capital hispalense una mirada hacia ese barroco de Juan de Mesa o de Miguel de Mañara.
De todos modos, como nos pasa siempre, no podemos estar eternamente en Sevilla, así que nos limitaremos a dos edificios, quizá dos de los más significativos. Uno es una pequeña iglesia, poco conocida para el gran público como es San Luis de los Franceses y otro el edificio de la Fábrica de Tabacos.
Ambas son construcciones del siglo XVIII, y sin embargo, cada una representa una filosofía estética diferente.
Pues a hacer las dos visitas. Después tenéis tiempo libre por si queréis conocer algún edificio barroco más, como el Museo de Bellas Artes (aunque igual preferís salir a tomar algo).
Leonardo de Figueroa. Iglesia de San Luis de los Franceses
La primera visita que vamos a realizar en Sevilla, como decíamos es a la coqueta iglesia de San Luis de los Franceses, encargada por los jesuitas a Leonardo de Figueroa a finales del siglo XVII, aunque se culmina en 1730.
La iglesia es un canto a la belleza barroca, pero con elementos heredados de la tradición hispana. En ella vemos trazos platerescos y hasta moriscos (no en vano en la misma calle San Luis nos encontramos con hasta 3 iglesias mudéjares), todo perfectamente encajado en un conjunto barroco de enorme calidad.
Sobre una planta de cruz griega se dispone una cúpula que se apoya sobre un potente tambor de sabor bramantesco.
La fachada mezcla con maestría la sobriedad italiana (y muy del gusto jesuita) con el nuevo lenguaje barroco sinuoso y tremendamente decorativo, en la que se mezcla con maestría la piedra y el ladrillo. El interior es quizá de los más llamativos de Sevilla, por su sensación de diafanidad gracias a la imponente cúpula y a los espacios abiertos que se generan en los potentísimos pilares que soportan dicha cúpula (que, a su vez, se usan como marco para pequeños retablos dispuestos entre columnas salomónicas. Imposible más barroco).
Leonardo de Figueroa. Iglesia de San Luis de los Franceses
Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público
Fábrica de Tabacos
El otro gran edificio barroco que vamos a visitar en Sevilla es la Real Fábrica de Tabacos, actualmente sede del Rectorado de la Universidad de Sevilla.
Este edificio vuelve a la ordenación más clásica del barroco, sin los movimientos, rupturas y curvas que caracterizan al barroco más pasional.
Esto tiene sentido si tenemos en cuenta que es un edificio de 1750 y que, además, formaba parte de las propuestas renovadoras de la economía española que intentaban instaurar los Borbones. Es decir, su construcción se acerca mucho a la idea barroca francesa.
La planta del edificio mantiene el modelo renacentista de un gran edificio organizado en torno a cuatro grandes patios. Quizá lo más llamativo sea el desarrollo de grandes naves de más de 150 metros en la que las tabaqueras trabajaban.
Desde fuera, la sensación de sobriedad es constante gracias al uso de pilastras de orden gigante que enmarcan vanos rectangulares rematados por tímpanos triangulares.
La única licencia que el arquitecto se permite fue la fachada principal, en la que sí hay un mayor desarrollo decorativo gracias a los juegos de columnas pareadas, a los dos vanos que se abren (uno en forma de arco y el otro arquitrabado) y un remate triangular, roto en su parte inferior y coronado por una alegoría de la fama.
En realidad es lógica esta austeridad, teniendo en cuenta que, al fin y al cabo, se trataba de un edificio industrial, de una fábrica. Eso sí, construida con un enorme gusto.
Portada Real Fábrica de Tabacos
Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público

Conocimiento previo
El Transparente de la Catedral de Toledo
El siglo XXI ha traído muchos nuevas herramientas que nos permiten aprender y enseñar de forma más directa y visual. El vídeo que te presentamos a continuación muestra a una profesora de historia del arte hablando sobre el transparente de la Catedral de Toledo. Merece la pena:
La Fábrica de Tabacos
Seguro que has oído algún fragmento de la famosa ópera Carmen de Bizet. Pues bien, el personaje Carmen está basado en una tabacalera de Sevilla que trabajaba, como no podía ser menos en la Real Fábrica de Tabacos. Han sido muchas las interpretaciones de esta obra, algunas flamencas, como la de Carlos Saura de los años 80, pero aquí la que más nos interesa es la historia del personaje Carmen que creó Vicente Aranda ya que aparecen escenas del edificio que hemos visitado durante nuestro viaje.

Actividad
- La arquitectura barroca en Andalucía es inabarcable.
- En Andalucía predominan los elementos decorativos y las plantas de cajón.
- En Sevilla destaca la figura de Leonardo de Figueroa que realiza el Palacio de San Telmo, San Luis de los Franceses y el Hospital de los Venerables.
- En Granada llama la atención la portada de la Catedral de Alonso Cano y la Sacristía de la Cartuja de Granada de Francisco Izquierdo.

Reflexión
¿Qué tres palabras faltan en este texto?
Hablar de la arquitectura barroca en Andalucía es prácticamente pues hay una gran cantidad de edificios y elementos añadidos que responden a la categoría que solemos llamar «barroco». Sin duda, en el aspecto urbanístico es más discutible la presencia del barroco en Andalucía, porque la mayor parte de las ciudades y pueblos conservarán hasta bien entrado el siglo XIX su aspecto tardomedieval—calles estrechas, callejuelas, corredores…—.
Como característica general del barroco andaluz—piénsese en la Sacristía de la Cartuja de Granada o en la Capilla de San José en Sevilla—puede hablarse de un predominio de los . Ciertamente, puede notarse alguna influencia del barroco italiano en las plantas; pero, en general, la concepción de los edificios religiosos sigue la tradición de las , que aparecerán como barrocas por su decoración.