La medicina islámica

La medicina islámica, como la astronomía, fue una continuación directa de la de los griegos. Añadieron sin embargo el descubrimiento de nuevas enfermedades y remedios, cosa que había hecho posible la extensión geográfica de Islam. Los médicos musulmanes y judíos estudiaron gran variedad de enfermedades y se ocuparon asimismo de cuestiones como los efectos del clima, de la higiene y de la dieta, sin descuidar el arte práctica de la cocina. Puesto que estaban al servicio de los gobernantes y los mercaderes ricos, el prestigio de los médicos fue muy elevado, al igual que sus cualidades intelectuales. Los grandes médicos musulmanes, como Rhazes y Avicena, fueron hombres de un saber muy amplio que recurrían a la astronomía con finalidades astrológicas y a la botánica y la química (alquimia) para la selección y preparación de drogas. El hecho de que casi todos los sabios musulmanes fueran médicos, y precisamente médicos en ejercicio, tuvo una influencia importante e insuficientemente reconocida sobre sus ideas científicas y filosóficas.

La óptica

Una de las ramas de la medicina islámica más desarrollada fue el estudio de las enfermedades de los ojos, seguramente por su frecuencia en los países desérticos y tropicales. El tratamiento quirúrgico de las enfermedades oculares condujo a un renovado interés por la estructura del ojo, cosa que dio a los físicos árabes la primera comprensión real de la dióptrica, en el nuevo sentido de paso de la luz por los cuerpos transparentes, llegándose a partir de ahí a la fundación de la óptica moderna. El cristalino indicó el modo de emplear lentes de cristal (beryllus-brillen) o de vidrio para ampliar la imagen o leer, especialmente los ancianos. El ingenio de montar esas lentes en armazones como los anteojos fue muy posterior. El Tesoro óptico de Ibn al-Haitham (Alhazen) (aprox. 1038) fue el primer tratamiento serio del tema, y en él se basaría la óptica medieval. Este tratado, aunque fue mejorado en parte, no llegó a superarse hasta el siglo XVII. En la lente tenemos la primera prolongación del aparato sensorial humano, equilibrando su capacidad motriz ya conseguida con anterioridad mediante el empleo de la mecánica. Es el prototipo de los telescopios, microscopios, cámaras fotográficas y otros instrumentos ópticos de tiempos posteriores. Aunque no hubieran producido nada más, los médicos islámicos realizaron una contribución decisiva a la ciencia con la fundación de la óptica.