Durante los períodos de reposo el corazón tiene aproximadamente 70 pulsaciones por minuto en un individuo adulto del sexo masculino, y en este mismo intervalo bombea aproximadamente cinco litros de sangre. El estímulo que mantiene este ritmo es completamente autorregulado. Incrustada en la aurícula derecha se encuentra una masa de tejido cardíacos especializados que recibe el nombre de nodo sinusal o ganglio senoauricular (SA). Este nodo SA (donde se origina el destello en la imagen que ves) ha sido a veces denominado "el marcapasos del corazón" por cuanto establece el ritmo básico de las pulsaciones de este órgano. Las fibras del músculo cardíaco, como todas las células, presentan exteriormente una carga eléctrica positiva y una carga eléctrica negativa en el interior . En el "marcapasos" se produce una descarga espontánea setenta veces por cada minuto. Esto, a la vez, produce la descarga en las fibras musculares circundantes de la aurícula; a su turno, esto causa una tenue onda eléctrica que recorre las aurículas y hace que estas se contraigan. Cuando la corriente llega a los islotes de tejido conjuntivo que separan las aurículas y los ven trículos, es absorbida por el ganglio auriculoventricular (A-V). Este se comunica con un sistema de fibras ramificadas que llevan la corriente a todas las regiones de los ventrículos, los que entonces se contraen vigorosamente. Esta contracción recibe el nombre de sístole. Ver explicación con gráfico animado
El corazón desempeña un papel importante en la regulación de la cantidad de sangre que debe ser bombeada en un período de tiempo determinado. La cantidad de sangre impulsada por el corazón aumenta con el ejercicio físico y el suministro de sangre en las redes de capilares presenta cambios de amplitud considerable. Así, el corazón late con más frecuencia cuando nuestras células, sobre todo las musculares, necesitan más aporte de oxígeno y nutrientes. No es sorprendente que un sistema tan importante como el circulatorio tenga un funcionamiento flexible que le permita adecuarse a las necesidades del cuerpo. Tal flexibilidad es el resultado de un sistema de regulación muy bien integrado, gracias al Sistema Nervioso y al Sistema Endocrino. El nodo SA o "marcapasos", aunque permite que el corazón pueda latir de forma autónoma, está conectado al Sistema Nervioso, el cual puede enviarle órdenes para que lata más deprisa o más despacio, con más o menos volumen sanguíneo. También el nivel hormonal influye en el ritmo cardíaco, como ocurre con las hormonas adrenalina y noradrenalina.
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