Resumen

Músicos guineanos.
Imagen en Wikimedia Commons. Lic. CC.
LA MÚSICA, ELEMENTO PATRIMONIAL

Entendemos como música el arte de combinar sonidos y silencios en  una secuencia temporal siguiendo los principios de la armonía, la melodía y el ritmo. La música sí forma parte de la cultura, ha estado presente en todas las épocas de la historia y está considerada como importante por la mayor parte de las civilizaciones actuales, siendo un fenómeno social de masas en la mayor parte de nuestra planeta. En ella puede aparecer reflejada la manera de sentir y relacionarse de un pueblo en una época determinada, por lo que debe considerarse como parte del patrimonio de una comunidad.

En su nacimiento, la forma de transmisión de la música era únicamente oral. Con el tiempo, aparecieron sistemas para codificar los sonidos y la métrica, pudiendo ser registrada en partituras. Los avances tecnológicos que empezaron a producirse enel siglo XX son los que la han convertido en el fenómeno de masas que es hoy en día.

Las medidas de salvaguardia que aconseja la UNESCO para este tipo de patrimonio pasan por promover la transmisión de los conocimientos y las técnicas en lo que respecta a los espectáculos musicales y la fabricación de instrumentos, así como el estudio, grabación, documentación, catalogación y archivo de estas formas culturales y la potenciación de sus audiencias a través de los medios de comunicación.

Entendemos patrimonio musical como el compuesto por los bienes y composiciones musicales, tanto materiales como inmateriales, que han sido producido por una sociedad a lo largo de la historia y que contribuyen  a identificar su cultura.  Tanto el de España como el de Andalucía, son de una enorme riquezaNos encontramos con dos tipos de bienes:

-Bienes materiales. Serían los instrumentos musicales, las partituras, los libros sobre música, las grabaciones musicales, reproductores de audio, los carteles, los programas de conciertos y, en general, todos los documentos que tengan que ver con la música. También podríamos incluir los recintos en los que la música es interpretada o enseñada.

-Bienes inmateriales.  La música es fundamentalmente   inmaterial porque tiene una esencia intangible, es percibida por el oído, y aunque se puede transcribir, la música es lo que suena y se oye, lo que se percibe.

Dentro de las 10 representaciones españolas presentes en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, cinco poseen contenido musical: El misterio de Elche, la Patum de Berga, el Silbo gomero, el canto de la Sibila y el flamenco.

Básicamente, creemos que hay dos cosas que deben tener un bien musical para ser considerado patrimonio:

  • Valor artístico.
  • Valor etnográfico. 

Comparsa del Carnaval de Cádiz.
Imagen de Marimauuu en Wukpedia. Lic. CC.
ANDALUCÍA Y LA CREACIÓN MUSICAL

Al estar tratando el patrimonio cultural andaluz, creemos que lo adecuado es que nos centremos únicamente en la música que se puede identificar con la cultura y el modo de vivir de nuestra tierra. Esta asociación será muy evidente en la música andalusí, el flamenco o la copla pero ojo, también puede estar presente en otros géneros que incluso no sean originarios de nuestra tierra.

Muy pocas regiones del mundo tienen un patrimonio musical tan rico como el de Andalucía. La nuestra es una tierra cuya particular situación geográfica y su devenir histórico han convertido en punto de encuentro entre las culturas europeas y orientales otorgando una esencia mestiza a nuestra cultura.  Las características de la música española son las propias de la andaluza: los ritmos acusados, fuertes, la repetición de fórmulas,  cadencias de aire oriental...

Para llevar a cabo la salvaguarda del Patrimonio Musical Andaluz, la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía decidió crear, mediante el Decreto 293/1.987 de 9 de diciembre, el Centro de Documentación Musical de Andalucía, una infraestructura pública destinada a abarcar la preservación de toda la documentación referente a la música, con el objeto de servir al estudio y la investigación de la propia historia y cultura andaluza y española. Para llevar a cabo su labor, la institución se organiza en tres departamentos: el archivo‑biblioteca, el departamento de documentación y el departamento de Música Tradicional.

Pastora Imperio pintada por Julio Romero de Torres.
Imagen en Wikipedia. Dominio público.
UN RECORRIDO POR LA MÚSICA ANDALUZA.

Dentro del período histórico, el primer testimonio de presencia musical relevante en Andalucía lo tenemos en las puellae gaditanae , unas cantantes y bailarinas de Cádiz, de origen púnico, que llegaron a gozar de gran fama en la antigua Roma. Más adelante, la llegada de los visigodos provocaría que la música pagana fuera desapareciendo en favor de la religiosa, siendo la escuela musical sevillana , con San Leandro  y San Isidoro a la cabeza, lo más destacado de los siglos VI y VII.

Durante la Reconquista, la música cristiana se abrirá a las tradiciones judías y árabes. Tanto Fernando III como Alfonso X eran amantes de la música, la cual protegieron y promovieron. Una consecuencia de todo esto fue la aparición de una de las grandes obras de la música española, las Cantigas de Santa María, en parte escritas en Sevilla. Ya en el siglo XV volverá la música profana, conservándose numerosos cancioneros de este tipo de obras. Esto no implicaría que la música religiosa perdiera su importancia, ya que siguen surgiendo grandes nombres como Francisco de Peñalosa o Pedro de Escobar.

En el siglo XIX surgirá un romanticismo musical que apostaba por la revalorización del folclore nacional. Como figura más destacada podemos considerar al malagueño Eduardo Ocón y Rivas, autor de enorme influencia que podríamos considerar el precursor del nacionalismo que habría de llegar en el siglo XX. Este nacionalismo, que busca la esencia de lo español en Andalucía, generaría cuatro compositores de talla internacional, dos de ellos andaluces: Joaquín Turina y Manuel de Falla.

La Edad Contemporánea también nos trajo una serie de géneros musicales populares que forman parte del patrimonio andaluz, entre los que destacamos:

  • La copla. Se trata de un tipo de canción con una estructura parecida a la del romance que apareció en los años 20 del siglo pasado. Normalmente habla de amores, desamores y tragedias y se hizo popularísima en nuestro país a partir de los años 40. En los 60 fue desplazada por la música anglosajona y, con la llegada de la democracia, pasó a estar muy mal vista, ya que se asociaba con la dictadura franquista. Entre los autores de copla andaluces más podríamos citar a Mostazo, Quintero, León o Quiroga y, en cuanto a intérpretes, la lista es interminable: Pastora Imperio, Estrellita Castro, Marifé de Triana, Antonio Molina, Juanito Valderrama, Rocío Jurado, Isabel Pantoja, Martirio, Carlos Cano o Falete. 
  • El rock andaluz.  Es este un movimiento musical que se dio en nuestra tierra fundamentalmente entre los años 60 y 80 del siglo pasado y que se caracterizó por introducir en la música rock, algunos conceptos, ritmos y melodías y armonías propios del folclore de Andalucía, normalmente del flamenco. Sus precursores fueron bandas de rock progresivo y sinfónico como Gong o Smash y posteriormente se incorporarían otras tan significativas como ImánTriana, Alameda, Cai, Guadalquivir, Goma, o Veneno. El surgimiento de este fenómeno hay que buscarlo en un tardofranquismo en el que la juventud consume la música de  EEUU y Reino Unido y asocia la idea de la libertad al sentimiento andalucista.
LA MÚSICA ANDALUSÍ
Musulmán tocando el oud.
Imagen de Lane, E.W. en Wikipedia. Lic. CC.

La música andalusí que se considera patrimonio de Andalucía es la música que hicieron los musulmanes en la Península Ibérica durante los años de dominación islámica (711 y 1492) y la posterior época de presencia morisca (1492- 1609). De  todo este período la época del Califato de Córdoba fue, quizás, la que mayor riqueza musical tuvo. Un gran número de los instrumentos musicales usados en la música occidental actual tienen origen andalusí. Los que más usados en esta época eran el oud, el rabel, la kitra, el buq, las castañuelas o la dulzaina.

Las principales formas poético-musicales usadas en al-Andalus eran tres:

  • La moaxaja. Nacida en Al-Ándalus y escrita en árabe clásico. La forman seis partes que riman entre sí y cinco que no es necesario que rimen. Al final se encuentra la jarcha, una especie de  poema cortito a modo de estribillo que podía estar escrito en árabe coloquial, romance o hebreo. Sigue usándose hoy día en los países islámicos.
  • El zéjel. Eran poemas en árabe dialectal andalusí que se cantaban alternando un coro y un solista. Eran muy populares en al-Ándalus, desde donde se expandieron por todo el mundo islámico y la Europa medieval. Solían acompañarse de laúd, flautas, tambor y castañuelas y, en ocasiones, de baile. Ibn Quzman es, sin duda el representante más importante de esta forma poética.
  • La nuba. La música de al Andalus alcanza su esplendor con esta forma. Eran composiciones de larga duración que constaban de un preludio y un número variable de canciones que se organizaban en cuatro movimientos rítmicos. Se cree que el creador de este género fue Ziryab, un músico, poeta y teórico de finales del siglo IX que está considerado como la figura más importante de la música andalusí.

Una figura importante para conocer la música andalusí fue Al-Tifasi, un teórico tunecino del siglo XIII que se preocupó por el origen y la formación de esta música. En Al-Ándalus, según este hombre, la escena musical estaba configurada a través de un triángulo geográfico en el que los vértices o puntos clave serían Córdoba por el sur con la figura Ziryab, Zaragoza al norte con Ibn Bayya (apodado como Avempace) y Murcia al este con Ibn Hasib. 

LA MÚSICA DE LA EDAD MODERNA
Domenico Scarlatti.
Imagen de Somingo Antonio Velasco en Wikipedia. Dominio público.

El siglo XVI está considerado como el siglo de oro de la música española. La Iglesia se une a la corte y a los palacios como gran centro de producción musical. El dinero era abundante y los mejores  maestros, organistas, ministriles y niños cantores eran contratados por las principales catedrales andaluzas. Sevilla se convierte en una ciudad de una gran actividad musical y los eventos de su catedral son de los mejores de Europa. Los principales representantes de esta escuela sevillana serán Pedro Fernández de Cstilleja y, sobre todo, Cristóbal de Morales y Francisco Guerrero. Otro punto interesante para la música religiosa andaluza fue la Capilla Real de Granada, la cual estuvo brillantemente dirigida por maestros de la talla de Rodrigo de Ceballos o Ambrosio de Cotes. En cuanto a la música profana, bastantes cortes disfrutaban de sus propios servicios musicales. y en ellas se desarrollaban recitales, normalmente para laúd, viola o vihuela. Para música vocal podemos destacar la obra de Juan Vázquez o los cancioneros manuscritos que se conservan, tales como el Cancionero musical de la casa de Medinaceli.  

El siglo XVII supondría un cambio la práctica musical. El Barroco llega y se mantendrá hasta la mitad del siglo siguiente. La polifonía es sustituida por la homofonía y aparecen nuevas formas musicales como  la suite , la sonata, la cantata, el concerto grosso , la ópera, etc. No obstante, la llegada de estas no implicaría la desaparición de las anteriores. En lo religioso, el autor más importante fue Francisco Correa de Arauxo, compositor y organista de la Catedral de Jaén, quien escribiría Facultad orgánica, una obra que le otorgaría la fama internacional. Respecto a la música civil, son numerosos los compositores andaluces que aparecen en las publicaciones y recopilaciones manuscritas que nos han llegado, tales como Juan Hidalgo o Gabriel Díaz.

Pese a que la música barroca se mantendría hasta mediados del siglo  XVIII, desde el inicio de este siglo empezaron a notarse actitudes diferentes, sobre todo en la música profana, que se acercará a los modelos italianos. Un ejemplo de esto será  la presencia en la corte sevillana de Felipe V del italiano Doménico Scarlatti, quien impregna de esencia andaluza muchas de sus creaciones. En música religiosa podemos destacar a Pedro Rabassa o Domingo Arquimbau.

ANDALUCÍA, UN ESCENARIO DE ÉPOCA

Una ópera es una composición dramática y musical en la que un texto dialogado se canta y se escenifica con acompañamiento de orquesta.  El género nació en Italia en el siglo XVII y de él han derivado una gran cantidad de subgéneros de teatro musical, tales como la opereta, el musical o la zarzuela española. Curiosamente, cerca de 150 óperas y centenares de zarzuelas están ambientadas en tierras andaluzas. Esto se debe a que durante el Romanticismo, nuestra tierra comenzó a ejercer una gran fascinación en Europa. Se puso tan de moda que los grandes autores recurrirán a ella para ambientar sus obras y así favorecer un buen recibimiento por parte de público y crítica. 

 Un responsable de que tantas óperas europeas se hayan ambientado  en Andalucía es Beaumarchais, un dramaturgo francés del siglo XVIII  autor de una trilogía de obras teatrales que cuentan las andanzas de Fígaro, un personaje ficticio localizado en Sevilla. El éxito de estas obras provocaría que las tres partes fueran adaptadas a la ópera: El barbero de Sevilla, que realizaron tanto Paisello como Rossini, Las bodas de Fígaro de Mozart y La madre culpable de Milhaud. Aparte de las de Fígaro, hubo otras muchas óperas europeas ambientadas en Andalucía. Entre ellas podemos destacar Fidelio (Beethoven), La fuerza del destino (Verdi), La favorita (Donizetti), Don Giovanni (Mozart) o Carmen (Bizet).

Pero la imagen de Andalucía no solo aparece en óperas extranjeras. Granada será bastante usada como escenario en las composiciones de los románticos españoles. De hecho, existió una corriente conocida como alhambrismo que sentía una gran fascinación por el carácter oriental y a la vez gitano de la capital granadina. En este sentido, podemos citar Boabdil, el último rey de Granada (Saldoni), La conquista de Granada (Arrieta) o La vida breve(Manuel de Falla). Cádiz, por su parte, está bastante presente tanto en la ópera como en la zarzuela española, sobre todo a partir del siglo XIX. Lo que suele atraer de esta ciudad es el desparpajo, la gracia y la forma de vivir de sus habitantes. La exitosa zarzuela Cádiz (1886), de Federico Chueca es buena muestra de esto. Lo mismo ocurre con El baile de Luis Alonso o La boda de Luis Alonso(ambas de Gerónimo Giménez). Otra serie de óperas ambientadas en Andalucía muy interesantes son la adaptación que hizo Albéniz de la novela Pepita JiménezEl contrabandista (Basili) o El tío caniyitas (Soriano Fuertes).
Diseño de escenario para el segundo acto de Don Giovanni.
Imagen de Leopold Peuckert en Wikimedia Commons. Dominio público.

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