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Guadalupe, una de las poquísimas vihuelas que se conservan en el mundo. Imagen de Matthias Gruber en Wikipedia. Lic. CC. |
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Cristóbal Morales. Imagen de Angelo Rossi en Wikimedia Commons. Dominio público. |
Francisco Guerrero. Imagen en Wikipedia. Dominio público. |
EL SIGLO XVI
El XVI está considerado como el siglo de oro de la cultura española en general y de la música en particular. Andalucía juega un papel determinante en este hecho. La Reconquista y el descubrimiento del Nuevo Mundo propiciaron un florecimiento económico que resultaría clave para la construcción de nuevos templos y catedrales, los cuales demandarían una buena cantidad de profesionales encargados de la música en los cultos y oficios religiosos. Además es el siglo de la expansión de la imprenta, lo cual favorecería enormemente la proliferación de bibliotecas. En este sentido es destacable la existencia de la Biblioteca Colombina de la catedral de Sevilla, recopilada por Hernando Colón, la cual contaba con la mayor colección de España de obras de teoría y práctica musical.
La Iglesia, por tanto, se uniría a la corte y a los palacios como gran centro de producción musical. El dinero era abundante y los mejores maestros, organistas, ministriles (instrumentistas, normalmente de viento) y niños cantores eran contratados por las principales catedrales andaluzas. Sevilla, centro del comercio americano, se convierte en una ciudad de una gran actividad musical y los eventos de su catedral compiten en calidad con las mejores de Europa. En este clima se consolidaría la llamada Escuela Sevillana, muy centrada en la polifonía sacra y cuyo fundador, Pedro Fernández de Castilleja, sería el maestro de dos de las figuras más importantes de la música andaluza de todos los tiempos:
- Cristóbal de Morales. Este sevillano está considerado como el mejor compositor español de toda la primera mitad del siglo. Se formó como niño cantor de la catedral de Sevilla pero nunca llegó a ser su maestro. Su carrera profesional transcurrió por Toledo, Roma, Marchena y Málaga y su obra fue muy conocida en toda Europa durante siglos. Se dedicó, casi en exclusiva a la música vocal religiosa, sobre todo misas y motetes.
- Francisco Guerrero. Es el máximo representante de la escuela sevillana del siglo de oro y el mayor maestro de la polifonía sacra de Andalucía. Fue alumno de Fernández de Castilleja y del propio Cristóbal de Morales. Tras su formación en la capital hispalense , marchó a Jaén, donde sería maestro de capilla de su catedral pero con tan solo 21 años volvería a Sevilla, desempeñando distintos cargos hasta que sucedió a Castilleja como maestro tras su fallecimiento. Su obra, formada principalmente por misas himnos y motetes, es extensísima y entre ella podemos destacar las Canciones y villanescas espirituales, que tienen la particularidad de estar en lengua castellana.
Aparte de Sevilla, el otro punto interesante para la música religiosa andaluza de este siglo fue la Capilla Real de Granada, la cual estuvo brillantemente dirigida por maestros de la talla de Rodrigo de Ceballos o Ambrosio de Cotes. Esta capilla además fue pionera en ciertas prácticas, como la impresión de incunables musicales o la contratación de ministriles
En cuanto a la música profana, se beneficiaría mucho del humanismo que se extendió entre las casas nobiliarias. Cortes como la del duque de Arcos en Marchena, la del duque de Osuna o la del marqués de Medina Sidonia disfrutaban de sus propios servicios musicales. y en ellas se desarrollaban recitales, normalmente para laúd, viola o vihuela. Este último fue, sin duda, el instrumento estrella de este siglo. Para música vocal, podemos destacar la obra de Juan Vázquez o la serie de cancioneros manuscritos que se conservan, tales como el Cancionero musical de la casa de Medinaceli.