1. Terminología médico-sanitaria en primeros auxilios.

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Primeros auxilios
 Primeros auxilios
 Imagen de Talento Tec. Alojada en la página Wikipedia.
  Licencia (CC BY-SA 3.0)

Antes de analizar las pautas para la valoración del estado de una persona accidentada es necesario realizar un pequeño recorrido por una serie de términos que se van a utilizar de forma repetida a lo largo de este tema. Estos son: primeros auxilios, signos, síntomas, pulso, tensión arterial, respiración y coloración del accidentado. En primer lugar resulta primordial conceptualizar el término de accidente.

                        

Los primeros auxilios son un conjunto de actuaciones y técnicas que permiten la atención inmediata de un accidentado hasta que llegue la asistencia médica profesional, con el fin de que las lesiones que ha sufrido no empeoren. Los objetivos de los primeros auxilios son:

  1. Preservar el estado de las constantes vitales.
  2. No empeorar el estado del accidentado, ni las lesiones que pueda sufrir.
  3. Realizar el traslado a un centro sanitario si fuera necesario.

 

A. Signos y síntomas

Tal y como viene reflejado en la literatura, los dos conceptos nos van a ofrecer información valiosa sobre el estado del accidentado. En primer lugar vamos a definir ambos conceptos:

  1. Síntoma: manifestación de una alteración orgánica o funcional apreciable solamente por el paciente (por ej., el dolor).
  2. Signo: manifestación de una alteración orgánica o funcional apreciable tanto por el paciente como por un observador (por ej., convulsiones, deformación de un miembro).

 

Por un lado, los síntomas son subjetivos, ya que para extraer la información se va a tener que recurrir a un pequeño interrogatorio. Por otro lado, los signos son objetivos, ya que utilizaremos la exploración. El proceso de exploración se basa en la inspección y la palpación. La inspección posibilita valorar mediante la observación el estado general del accidentado, la coloración de sus miembros, alguna anomalía en la estructura corporal o la gravedad de una quemadura, etc. A través de la palpación podemos obtener información sobre la frecuencia cardiaca, la localización del dolor en una contusión, etc. Asimismo, existe cierta información que solo podremos obtener mediante el  uso de aparatos complementarios, como pueden ser el termómetro, o un esfigmomanómetro para conocer la presión arterial.

 

B. La respiración

La respiración
La respiración.
Imagen alojada en la página Nicepik. Licencia (CCD)

Podemos establecer que la frecuencia respiratoria normal oscila entre las 16 y las 20 repeticiones por minuto (RPM). El aumento de dicha frecuencia se puede manifestar por diferentes causas fisiológicas, ya sea tras el ejercicio o debido a la excitación. Asimismo, la permanencia en situación de altitud elevada o en grandes profundidades también incrementa el ritmo respiratorio. La disminución de la frecuencia respiratoria se presenta fisiológicamente durante el sueño. Pueden existir causas de índole patológica, como puede verse en intoxicaciones (barbitúricos, alcohol, ácido carbónico), o en estado de shock, etc.

Dado que la respiración normal depende de muchos factores, son muchas también las posibles causas de disnea[3]: la falta de oxígeno en el aire, la falta o escasez de hemoglobina en la sangre, la obstrucción de las vías respiratorias, etc.

 

C. Pulso: manera de apreciarlo

El pulso es el envío de la sangre a todas las arterias del cuerpo provocado por el impulso cardíaco sistólico durante la contracción del corazón. De hecho, puede ser estimado desde cualquier parte del cuerpo por donde una arteria realice su recorrido más superficial a la piel.

La arteria radial es la más utilizada para valorar el pulso, y su mejor localización se encuentra en la parte externa de la cara anterior de la muñeca. También puede tomarse en la carótida, a ambos lados de la garganta. Otros puntos utilizados para valorar el pulso son, entre otras, la femoral, sobre las ingles y la poplítea, en el hueco de la cara posterior de la rodilla.

Tomar el pulso
Tomar el pulso.
Imagen de U.S. Air Force. Alojada en la página Wikipedia.  Licencia (CCD)

Para tomar el pulso es necesario:

  • Palpar la arteria con los dedos índice y medio (no utilizar el pulgar porque tiene pulso propio).
  • No ejercer excesiva presión porque no se percibe adecuadamente.
  • Controlar el pulso durante un minuto.
  • Registrar las cifras para verificar los cambios.

El pulso normal varía dependiendo de diferentes factores, siendo el más importante la edad. Las cifras normales del pulso son:

  • Lactantes (130-140 ppm)
  • Niños (80 a 100 ppm)
  • Adultos (72 a 80 ppm)
  • Mayores (60 o menos ppm)

Cómo tomar el pulso : Primeros Auxilios.
Video publicado por eHowEspanol alojado en Youtube

D. Coloración de la piel

Coloración de la piel
Coloración de la piel.
Imagen de Glen Bowman. Alojada en la página Flickr.  Licencia (CC BY-SA 2.0)

Podemos observar que existe una gran variedad de coloraciones entre los seres humanos. De hecho existe una gran variación, de unos individuos a otros, en la coloración de la cara y de toda la piel del cuerpo. Sin embargo, en los estados patológicos, las alteraciones de la coloración de las diferentes partes del cuerpo, apreciadas con objetividad, pueden sernos muy útiles para el diagnóstico. 

Son un conjunto de actuaciones y técnicas que permiten la atención inmediata de un accidentado hasta que llegue la asistencia médica profesional, con el fin de que las lesiones que ha sufrido no empeoren.

Se considera que el ciclo completo combina la inspiración y espiración.

Importante

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un accidente es “un suceso no premeditado cuyo resultado es un daño corporal identificado”.

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