1. Las características de los ríos
Los ríos peninsulares y sus características.
La hidrografía es la parte de la Geografía que estudia los aspectos relacionados con las aguas. En este caso, nos vamos a centrar en el estudio tanto de las aguas peninsulares principalmente, como la de los mares y océanos que bañan las costas de España. Entre las aguas interiores analizaremos tanto los ríos, como los denominados fenómenos endorreicos. Esta extraña palabra de origen griego hace referencia a aquellas aguas que no tienen salida directa al mar, como son las de los lagos y lagunas.
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Río Miño en Tuy, cerca de su desembocadura. |
Dentro de los ríos estudiaremos básicamente su cuenca, es decir, el territorio que recoge las aguas que van a parar a un río determinado; su caudal, esto es, la cantidad de agua que lleva el río, bien sea en cuanto al total de agua que por él se desplaza (caudal absoluto), o bien en relación a la superficie de la cuenca que la recoge (caudal relativo); también analizaremos los distintos tipos de regímenes fluviales, es decir, las fluctuaciones que experimenta el caudal a lo largo de un año. Finalmente, hablaremos brevemente sobre los tipos de redes que existen en la península, o lo que es lo mismo, sobre la disposición y estructura que tienen los cursos de agua.
Para conocer todo ello, es preciso definir previamente una serie de cuestiones, por ejemplo, las partes en que se divide un río. Básicamente son tres:
- La cuenca de recepción, o zona más elevada, que recoge las aguas en la cabecera del río. Al encontrarse a una altitud considerable y poseer por tanto escarpadas pendientes, suele producirse en ella un fuerte fenómeno de erosión de los materiales que la componen.
- El canal de desagüe, es decir, el curso por el que discurre el río y que lleva el agua desde su nacimiento hasta su desembocadura. Por él se realiza el transporte de los materiales que erosiona en cabecera hasta llevarlos a la zona baja donde desemboca en el mar.
- El cono de deyección, o lugar cercano a la desembocadura donde se acumulan los materiales sedimentarios que el curso del río ha arrastrado a lo largo de su recorrido. Esto da lugar a diferentes tipos de formas como deltas, marismas, etc.
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El caudal absoluto se define como la cantidad de agua (o aforo) que lleva un río en un lugar determinado. Se suele medir en metros cúbicos por segundo, o dicho de otra manera, en un segundo de tiempo, cuántos miles de litros de agua pasan en ese momento por aquel lugar. Por tanto, cuanta más agua lleve un río, mayor será su caudal absoluto.
El caudal relativo es la relación entre el caudal absoluto y la superficie de la cuenca. Por tanto, no solo se tiene en cuenta la cantidad de agua que lleva, sino si la cuenca que la recibe, es decir, el territorio cuyas aguas vierten al río, tiene una gran superficie o si por el contrario es pequeño. Esto hace que en los ríos del norte de España, que tienen poco recorrido pero donde llueve mucho, posean un caudal relativo muy elevado, justo al contrario que los del resto de las otras vertientes, en las que llueve bastante menos. Pero en estas las cuencas son mucho más extensas, de ahí que tengan un caudal relativo bajo.
Estas diferencias se deben a la existencia de una serie de factores, como son: el clima, la superficie de la cuenca, el tipo de materiales que la forman, las pendientes, la vegetación e incluso la acción de los seres humanos.

Actividad

Pre-conocimiento
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Las crecidas del Guadalquivir han desempeñado un importante papel en el curso que el río ha seguido a lo largo de la Historia.
Imagen de Emilio Beauchy en Wikipedia.Licencia CC |
Los ríos cambian el paisaje: el caso del Guadalquivir.
La acción de las aguas de los ríos sobre el paisaje es bastante más intensa de lo que en principio parece. Los cauces de los ríos actúan en ocasiones como si tuvieran vida propia, se mueven, cambian, rellenan depresiones, erosionan laderas, etc. El Guadalquiviren este sentido, uno de los más activos, aunque esto también sucede en otros ríos peninsulares.
Hace varios miles de años, la desembocadura del Guadalquivir era muy diferente a como la contemplamos hoy. Lo que actualmente conocemos como la marisma, ese espacio pantanoso, llano y formado por la acumulación de sedimentos, no era otra cosa anteriormente más que un gran lago de escasa profundidad. Los rellenos que el río ha ido aportando durante los últimos miles de años, han provocado su colmatación o relleno, y han tenido como consecuencia que en la actualidad el antiguo lago haya desaparecido, hasta dar lugar al paisaje bajo y húmedo que hoy día es la marisma.
En otras ocasiones no han sido los rellenos sedimentarios del río, sino la propia mano del hombre, la que ha activado el proceso de cambio. Es lo que ha sucedido en la ciudad de Sevilla. Hasta hace más de un milenio, uno de los brazos del río pasaba por lo que hoy es aproximadamente el centro de la ciudad, pero probablemente durante la Alta Edad Media el cauce fue cegado y hoy se encuentra desviado de lo que es el curso primitivo que tenía hace dos mil años o menos.
Pero también el propio río contribuye con su cambiante cauce a experimentar modificaciones en el mismo. A mediados del siglo XX, una gran crecida del río provocó su desbordamiento y la salida de lo que era su curso habitual. Cuando después de un cierto tiempo las aguas descendieron, el cauce ya no era el mismo. El río había abandonado su antiguo recorrido y buscó uno nuevo, que es el que ahora mismo sigue a grandes rasgos. Como resto del antiguo curso queda todavía un recuerdo, el meandro abandonado del Hundido, en la localidad sevillana de Cantillana.

AV - Pregunta Verdadero-Falso
Retroalimentación
Verdadero
Así es, ya que se halla poniendo en relación la superficie de dicha cuenca con el volumen total de agua que lleva el río.Retroalimentación
Verdadero
Normalmente, eso es lo que ocurre.Retroalimentación
Verdadero
Así es. Es una palabra griega que proviene de Hidro: Agua, y Grafía: estudio o descripción.Retroalimentación
Falso
Son ríos demasiado cortos para tener un caudal absoluto muy abundante, por lo tanto, no son los que tienen el caudal absoluto más elevado entre los ríos peninsulares.