4. La muerte de Dios y el nihilismo
Importante
En los apartados anteriores hemos visto cómo rechazaba la existencia de un mundo ‘verdadero y racionalizable’ diferente al mundo cambiante y sin sentido que experimentamos; cómo negaba la existencia de la verdad, más allá del uso acordado de metáforas, inspiradas por la intuición y de un conjunto de perspectivas subjetivas; y cómo negaba la existencia de un criterio moral basado en la razón y la debilidad. Todo eso lo podemos resumir como la muerte de Dios: es la pérdida de un fundamento seguro.

Actividad de lectura
‘¡Dios ha muerto! ¡Dios está muerto!, y ¡nosotros lo hemos matado! ¿Cómo podemos consolarnos los más asesinos de los asesinos? Lo más santo y lo más poderoso que el mundo poseía hasta ahora se ha desangrado bajo nuestros cuchillos. ¿Quién puede limpiarnos esta sangre? ¿Qué fiestas expiatorias o qué juegos sagrados deberíamos inventar? ¿No es demasiado grande para nosotros la grandeza de este hecho? ¿No deberíamos convertirnos en dioses nosotros mismos, sólo para aparecer dignos de ello? No hubo nunca hecho más grande.’
‘La Gaya ciencia’
Con la “muerte de Dios”, con la pérdida de una base segura desde la que orientar nuestras vidas y nuestro conocimiento, surge el nihilismo. Esto es, sentimos la nada en la que se experimenta la existencia: si esta vida no vale nada para la metafísica y la moral porque consideran que hay otra realidad, la verdadera, la que funda los valores, en el momento en que se rompe esa ilusión, nos quedamos sin nada. Ese mundo suprasensible y el absoluto ya no nos sirve de orientación, de brújula. Esta sensación de nada puede llevar a dos tipos de nihilismo.

Actividad
Importante
El nihilismo pasivo no cree en nada, en el momento en que se queda sin la idea de Dios, considera la vida como un absurdo sin valor y le lleva a la creación de ilusiones para calmar la angustia. Este nihilismo es cuestionado por Nietzsche como decadente.
Sin embargo, también existe el nihilismo activo. De hecho, Nietzsche considera que el no creer más en algún Dios como idea que da sentido a la vida desde fuera de ella y contra ella misma, es el inicio necesario para comenzar un nuevo modo de vivir y la transvaloración de todos los valores.