En la música, según cómo combinemos los elementos rítmicos, melódicos, tímbricos y armónicos, crearemos una sensación global diferente, que podrá transmitir distintas emociones o sentimientos. Ese resultado sonoro es la textura. Para tener una imagen visual de lo que es la textura en música, puedes fijarte en el ejemplo de la izquierda. En esa muestra, los distintos hilos se entrelazan para dar lugar a un resultado en conjunto que es distinto al de otros tejidos, como pueden ser la seda o el terciopelo.
Por eso vas a conocer la textura al final de este tema, cuando ya tienes unas nociones básicas de los elementos que la conforman.
Antes de comenzar a hablar de la textura, escucha atentamente estos tres fragmentos de música vocal. Tienes que fijarte esta vez no en los elementos individuales (voces y/o instrumentos), sino en el conjunto.
¿Qué diferencias notas? ¿Te transmiten las mismas sensaciones? ¿Resulta sencillo entender el texto?
Retroalimentación
Aunque en los tres ejemplos musicales se emplea la voz, el uso que se hace de esta es muy diferente, lo que condiciona el resultado final. El primer ejemplo es un fragmento de canto gregoriano, en el que todas las voces cantan la misma melodía. Además, el ritmo del canto gregoriano está basado en el texto, no es regular, y da mayor sensación de fluidez.
En el segundo ejemplo, tenemos un motete de Palestrina a 4 voces. Las voces van entrando de forma escalonada, como si fuesen persiguiéndose una a la otra, lo que provoca que el texto se mezcle y sea difícil de seguir.
En el tercer ejemplo, una voz es acompañada por instrumentos musicales. Sin embargo, los instrumentos apenas hacen algunos acordes de acompañamiento, para no quitarle protagonismo a la voz y que se entienda el texto. Esto es característico de los comienzos de la ópera.
2. Ejercicios de autoevaluación
Lee el texto y rellena los huecos con la opción adecuada.
La solución al ejercicio es la siguiente:
La textura es el resultado de combinar los distintos elementos musicales que componen una pieza o fragmento de la misma.
En el caso de la música, la textura surge de la combinación de los elementos armónicos , melódicos , rítmicos y tímbricos.
3. Principales tipos de textura
Dentro de la música, las texturas suelen dividirse en 3 grandes grupos, según el número de melodías (no de voces) que nos encontremos: monodía, heterofonía y polifonía.
MONODÍA
Se conoce con el nombre de música monódica o música monofónica a aquella música formada por una única melodía cantada al unísono o a distancia de 8ª. Aunque la melodía esté interpretada por varias voces y/o instrumentos, mientras lo hagan al unísono o a esa distancia de 8ª, se considera monodía. Uno de los casos más característicos es el canto gregoriano, en el que un coro de monjes interpreta la misma melodía. Según la tesitura de sus voces (era habitual que hubieran niños y adolescentes en esos coros), la melodía se interpretaba de manera simultánea a una distancia de 8ª más aguda o más grave.
Dada su sencillez, fue el primer tipo de textura que surgió, y el más empleado a lo largo de la historia en todos los rincones del planeta (aún hoy en día sigue siendo la textura predominante en muchas culturas).
En Europa, la monodía fue el tipo de textura predominante durante la Edad Media, hasta que en el S. IX empieza a surgir la polifonía con la creación del organum. La polifonía va a ir desarrollándose cada vez más, perdiendo importancia la monodía.
Material de elaboración propia. Libro de gregoriano de la Catedral de Cáceres.(CC BY-NC-SA)
Material de elaboración propia. Representación gráfica de monodía.(CC BY-NC-SA)
HETEROFONÍA
La heterofonía deriva de la monodía. Consiste en la interpretación simultánea de una melodía en distintas voces. Sin embargo, cada voz no reproduce la melodía exactamente igual (si no, hablaríamos de monodía), sino que introduce variaciones en la misma. Dichas variaciones pueden ser rítmicas, melódicas, introducción de adornos,...
En la música occidental no es muy habitual, pero es una textura muy importante en el mundo árabe y Asia. Algunos ejemplos de heterofonía los encontramos en el gagaku japonés, el gamelán del sureste asiático, la música clásica árabe y otomana,...
GAGAKU
El Gagaku es el arte escénico más antiguo de Japón. Son canciones lentas, que acompañaban danzas y representaciones teatrales, y que se interpretaba tanto en banquetes y ceremonias en el Palacio Imperial, como en teatros de todo Japón. En el siguiente vídeo, tras una pequeña introducción a cargo de una flauta acompañada de percusión, en el minuto 0:57 entran más instrumentos de viento. Si te fijas con atención, tocan la misma melodía, pero cada grupo de instrumentos de viento introduce pequeñas variaciones:
El gamelán es una orquesta tradicional del sureste asiático (Indonesia sobre todo). Está formada mayoritariamente por instrumentos metalófonos, con acompañamiento de percusión. Es habitual el empleo de algún tipo de flauta y de instrumento de cuerda, y, en ocasiones, también de la voz. La música del gamelán se compone normalmente de 3 elementos: la parte rítmica, el tema básico y la ornamentación de dicho tema. Dicha ornamentación puede llegar a ser tan compleja que sea difícil percibir su relación con el tema original:
En el siguiente vídeo puedes ver una pequeña agrupación instrumental andalusí interpretando distintas piezas, acompañando a una bailarina. La orquesta está formada por un ud, dos violines y un qanun en la parte melódica, y una darbuka para la parte rítmica. Después de una pequeña introducción, en el minuto 1:17 empiezan a tocar la melodía popular La tarara, momento en el que se aprecia perfectamente cómo los instrumentos melódicos tocan la misma melodía pero introduciendo variaciones, dando lugar a la heterofonía:
Hablamos de polifonía cuando se interpretan de manera simultánea varias líneas melódicas. Sin embargo, no existe una única forma en la que puedes combinar varias voces, por lo que dentro de la polifonía puedes encontrar 3 texturas distintas:
HOMOFONÍA
Material de elaboración propia. Representación gráfica de homofonía.(CC BY-NC-SA)
La homofonía consiste en la combinación de dos o más voces en las que el ritmo es exactamente el mismo o muy parecido (se permiten variaciones al final de las frases, en las cadencias, o para introducir notas de paso que suavicen los saltos bruscos, por ejemplo). Por este motivo, también se habla en ocasiones de homorritmia como sinónimo de homofonía.
El predominio en esta textura es del plano vertical (acordes), tal y como puedes observar en la representación gráfica de la derecha. Al ir todas las voces moviéndose de forma simultánea, se facilita mucho la comprensión del texto, motivo por el que era habitual que se emplease este tipo de textura en los momentos importantes de obras contrapuntísticas, donde el movimiento de las voces hacía, como verás a continuación, muy difícil poder seguir dicho texto.
En el siguiente ejemplo, tienes el comienzo del motete Judas mercator pessimus, de Tomás Luis de Victoria. Como puedes observar al ampliar la imagen, todas las voces se mueven de manera simultánea, excepto en el tercer compás, donde las voces del cantus II y del tenor introducen una negra para evitar el salto de 3ª y suavizar el movimiento de las voces.
Material de elaboración propia. Inicio de Judas mercator pessimus, de Victoria. (CC BY-NC-SA)
CONTRAPUNTO
Material de elaboración propia. Representación gráfica de contrapunto.(CC BY-NC-SA)
Si en la homofonía predominaba el plano vertical de la música (acordes), en el caso del contrapunto, el más importante es el plano horizontal (melodía), tal y como puedes observar en el ejemplo. Consiste en combinar dos o más melodías con una mayor o menor independencia entre sí para dar lugar al conjunto de la obra. Su nombre viene del latín punctus contra punctum (nota contra nota).
El contrapunto apareció a finales de la Edad Media, con el progresivo desarrollo de la polifonía. Se fue evolucionando de una polifonía primitiva, en la que se repetía la misma melodía a distintas alturas, a voces cada vez más independientes.
A partir del contrapunto, surgió el contrapunto imitativo, en el que las voces van imitándose, con lo que la relación entre ellas era mayor. Este contrapunto dará lugar a obras como el canon, en el que la misma melodía es interpretada por todas las voces, que van entrando de manera escalonada.
El contrapunto imitativo se desarrolló mucho en el Renacimiento, siendo muy empleado en música religiosa, en obras como el motete. También en el Barroco, donde llega a grados muy altos de perfeccionamiento con la aparición de la fuga y la figura de J. S. Bach.
El uso del contrapunto da una mayor fluidez a la obra musical, pero tiene como inconveniente dentro de la música vocal, que el texto se desarrolla en un momento diferente en cada voz, lo que dificulta enormemente el poder entenderlo.
En el siguiente ejemplo, tienes el inicio del motete Sicut cervus de Palestrina. Comienza la voz del tenor con la primera frase del texto (Sicut cervus desiderat ad fontes aquarum), y a los dos compases entra la contralto repitiendo el mismo comienzo, Poco después entra la soprano con la misma melodía y, por último, el bajo, también con el mismo comienzo. Cada vez que se aparece el texto Sicut cervus, lo hace repitiendo el inicio de la melodía, aunque puede sufrir variaciones, sobre todo una vez interpretadas las primeras notas (el incipit):
Material de elaboración propia. Comienzo del motete Sicut Cervus, de Palestrina. (CC BY-NC-SA)
MELODÍA ACOMPAÑADA
Material de elaboración propia. Representación gráfica de monodía acompañada.(CC BY-NC-SA)
La melodía o monodíaacompañada es una mezcla de las texturas anteriores. El protagonismo lo tiene una línea melódica (plano horizontal), que es acompañada por una serie de voces que ejecutan el acompañamiento en acordes (plano vertical), tal y como puedes ver en la imagen de la derecha.
Aunque la melodía o monodía acompañada es un tipo de textura que ha sido ampliamente utilizada a lo largo de la historia y en muchas culturas diferentes (gran parte de nuestra música popular y foloclórica la emplea), esta denominación empezó a emplearse alrededor del año 1.600 para denominar a la nueva forma de componer música en los orígenes de la ópera. Durante el Renacimiento, el predominio del contrapunto era total, pero a finales de esa época, el madrigal va a ir desarrollándose hacia un estilo más sencillo, en el que se buscaba que el texto se pudiese entender claramente. Para ello, se le va dando mayor protagonismo a la voz superior, y el resto de voces quedan relegadas a un papel secundario, de acompañamiento, surgiendo la melodía acompañada. Este tipo de textura será la empleada en las primeras óperas, ya que sus creadores otorgaban mayor importancia al texto y su comprensión, que a la música.
El ejemplo siguiente pertenece a la ópera Dido y Eneas, del compositor inglés Henry Purcell. La reina Dido, ante la marcha de su amado Eneas, toma veneno y, en sus últimos momentos de vida, se despide de su hermana Belinda. La pieza comienza con una melodía que empieza descendiendo cromáticamente, lo que crea sensación de tristeza, y luego realiza una cadencia perfecta. Esta melodía del bajo se va a estar repitiendo continuamente (es lo que se llamaba en el Barroco bajocontinuo). Puedes ver cómo, a partir de la primera repetición, en dicho bajo continuo aparecen una serie de indicaciones con los acordes que deben completar la armonía de dicho acompañamiento (bajocifrado).
Sobre dicho bajo continuo aparece la voz protagonista, desarrollando una melodía horizontal, y, por encima de ésta, los violines y las violas interpretan un acompañamiento homofónico:
Material de elaboración propia. Lamento de Dido, de la ópera Dido y Eneas, de Purcell. (CC BY-NC-SA)
5. Reconocemos los distintos tipos de polifonía
Para que puedas saber cómo suenan las distintas texturas polifónicas y puedas practicar su reconocimiento, vas a escuchar unos pequeños fragmentos de audio con los mismos ejemplos del apartado anterior. En cada audición vas a tener unas breves indicaciones para ayudarte a conocer en qué tienes que centrar tu oído, de manera que puedas ir entrenándolo en el reconocimiento de los aspectos más importantes.
HOMOFONÍA
Este fragmento es muy corto, pero permite entender perfectamente en qué consiste la homofonía.
Realiza la primera audición con los ojos cerrados, y trata de ver si puedes entender el texto que están cantando (aunque esté en latín).
Para la segunda audición, trata de escuchar el momento en el que el cantus II y el tenor interpretan las notas de paso sobre la sílaba pes-, mientras las otras dos voces se mantienen.
Después de haber escuchado atentamente el fragmento, ¿Qué sensaciones te transmite?
Material de elaboración propia. Inicio de Judas mercator pessimus, de Victoria.(CC BY-NC-SA)
¿Te ha resultado sencillo entender el texto? ¿Has podido reconocer las notas de paso? La textura homofónica puede emplearse, como en este caso, para transmitir solemnidad. La combinación de valores largos, tempo lento y voces que se mueven de forma simultánea crea ese ambiente de seriedad, que luego es matizado por el uso de las armonías hacia sentimientos de mayor tristeza, grandiosidad,...
Si quieres escuchar un ejemplo completo de obra homofónica, puedes ver el siguiente vídeo. También pertenece a Tomás Luis de Victoria:
Esta audición es más compleja, así que no dudes en escuchar el fragmento todas las veces que necesites hasta ser capaz de reconocer todos los elementos importantes.
Mientras ves la imagen ampliada de la partitura, escucha el audio y trata de ir siguiendo las distintas entradas de las voces.
Cuando seas capaz de reconocer todas las entradas, vuelve a escuchar el audio pero sin la partitura delante, e intenta que sea el oído el que reconozca cuándo aparece cada voz.
Trata de memorizar la primera melodía. Una vez la conozcas perfectamente, fíjate en las siguientes entradas y trata de reconocer cuáles son repeticiones exactas y cuáles introducen variaciones.
Por último, piensa en las sensaciones que esta textura te transmite.
Material de elaboración propia. Comienzo del motete Sicut Cervus, de Palestrina.(CC BY-NC-SA)
Como habrás podido comprobar, realizar una escucha atenta de una obra contrapuntística es mucho más exigente que realizarla de una pieza homofónica. El orden de entrada de las voces es (siendo la más aguda la 1 y la más grave la 4) 3-2-1-4-3-2-4. La primera vez que aparece la melodía en cada voz, lo hace exactamente igual, salvo en la voz 2 donde entre las notas 4 y 5 hay un intervalo descendente de 3ªm en lugar de la 4ªJ que hay en el resto de voces (es necesario este pequeño cambio para que no se produzcan disonancias). Sin embargo, a partir de que la melodía ha aparecido completa en las cuatro voces, las siguientes apariciones son ya variaciones de la misma. El incipit (las cuatro primeras notas, sobre el texto sicut cervus) sí es igual en las voces, pero a partir de ahí ya se producen variaciones.
Como habrás podido comprobar, tratar de entender el texto en el momento en el que hay ya varias voces cantando es muy difícil, al contrario de lo que ocurría en la homofonía. Por eso, era habitual que en una obra contrapuntística se reservasen momentos de homofonía para destacar las partes más importantes del texto. También habrás podido comprobar que el contrapunto da una mayor sensación de fluidez y movimiento.
En cuanto a la música instrumental, el contrapunto imitativo alcanza su mayor desarrollo en la fuga. Visualiza atentamente el siguiente vídeo de una fuga de J. S. Bach, en el que aparece la obra representada de forma gráfica para poder ver bien su estructura. Ahora mismo no le prestes mucha atención a las cruces y letras que aparecen, en la situación de aprendizaje 5 entenderás qué significan. Fíjate sobre todo en la melodía principal de la fuga (representada por el rectángulo rojo), y en cómo va apareciendo en las distintas voces. Trata de reconocer auditivamente cuándo entra, y de descubrir si hay alguna otra melodía que aparezca en reiteradas ocasiones:
Esta textura es más fácil de analizar auditivamente, ya que lo que busca es, precisamente, la sencillez del conjunto y destacar la melodía principal.
Lo primero a lo que tienes que prestar atención es al bajo continuo. Escúchalo y, en la primera audición, trata de seguirlo, viendo cómo se repite siempre igual, sin variaciones.
En la segunda audición, presta atención a la voz. ¿Puedes entender lo que está cantando? ¿Te resulta fácil seguirla o los instrumentos la tapan?
Ahora, presta atención a los violines y violas. ¿Percibes cómo van tocando en acordes la mayor parte del tiempo? ¿Puedes apreciar los momentos en los que se rompe la homofonía, como en las cadencias?
Por último, ¿Qué sensaciones te transmite este fragmento?
Material de elaboración propia. Lamento de Dido, de la ópera Dido y Eneas, de Purcell.(CC BY-NC-SA)
En esta textura, el protagonismo de la voz no se ve en ningún momento eclipsado por el acompañamiento instrumental. La melodía acompañada permite crear piezas muy expresivas, y un uso adecuado de la parte instrumental realza el papel de la voz y aumenta la expresividad del conjunto. Si quieres conocer unos de los primeros ejemplos de melodía acompañada, puedes ver este vídeo de la representación de L´Orfeo, de Claudio Monteverdi, por ejemplo en el 15:20, momento en el que Orfeo interpreta un recitativo:
Además de los que has visto, existen otros tipos de textura, aunque algunas de ellas son objeto de controversia y debate. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la clasificación de la música en vocal, instrumental y mixta, según qué elementos se utilicen en la interpretación (sólo voces, sólo instrumentos, o una combinación de ambos). Podemos mencionar:
Textura bifónica: es habitual en la música tradicional, y consiste en una melodía que se desarrolla sobre una o varias notas que se mantienen. Existen instrumentos que producen de por sí esta textura, como la gaita escocesa, el pungi hindú o la zanfoña.
Textura no melódica: no existe una melodía clara, o ésta se oculta entre los distintos instrumentos. Surge a mediados del S. XX, y la encontramos en compositores como Varèse.
Polirritmia: textura propia de las culturas del centro y el sur de África, en las que el ritmo es el elemento más importante de la música. Consiste en la superposición de distintos ritmos para dar lugar a un ritmo mucho más complejo.
Textura micropolifónica: en esta textura, que también surgió en la segunda mitad del S. XX, se emplean de forma simultánea diversas armonías, ritmos, melodías y timbres, que van cambiando muy poco a poco. En el caso de las armonías y las melodías, se emplean intervalos menores al semitono, para que las variaciones sean lo más progresivas posible. Podemos mencionar a Ligeti.
7. Importante
Textura
Es la forma en la que se combinan los aspectos rítmicos, melódicos, armónicos y tímbricos para formar el aspecto global de una composición musical, o de una parte de la misma.
Tipos de textura
Las principales texturas son la monodía, la heterofonía y la polifonía, dentro de la cuál nos encontramos la homofonía, el contrapunto y la melodía acompañada.