3.3. Pintura

Joaquín expulsado del templo. Sin el sentido espacial del Giotto no se puede entender el Renacimiento pictórico
Joaquín expulsado del templo. Sin el sentido espacial del Giotto no se puede entender el Renacimiento pictórico
 Imagen en Wikimedia Commons de
Petrusbarbygere bajo Dominio Público

Si generalmente se dice que el Renacimiento es un periodo de individualidades, en la pintura esta afirmación cobra aún mayor sentido, ya que es extensísima la lista de grandes pintores que podemos encontrar en este tiempo. La raíz de esta nueva pintura hay que buscarla en el siglo XIV, fundamentalmente en la figura del Giotto, quien romperá con el gótico e irá introduciendo elementos  como la belleza, el volumen de las formas o el sentido espacial que serán recogidos por los artistas italianos del siglo posterior.

QUATROCENTO

Con el siglo XV, la atención al estudio de la perspectiva resultará habitual e incluso llegará a obsesionar a algunos artistas. La difusión de nuevas técnicas como el óleo, la tela o el cartón permitirá también la introducción de numerosos nuevos elementos y técnicas. Retratos y paisajes (normalmente dentro de la temática religiosa) son los elementos más representados y se puede distinguir entre dos maneras de plasmar la figura humana, una más interesada en reflejar lo corpóreo de las formas, expresiones y movimientos (Masaccio, Del Castagno...) y la otra más cercana a la espiritualidad y quietud medieval (Botticcelli, Fra Angélico)

 

El Tributo. Masaccio revoluciona la pintura a través del uso de la perspectiva y una original composición mediante la cual es capaz de representar en un solo espacio tres acontecimientos sucesivos
El Tributo. Masaccio revoluciona la pintura a través del uso de la perspectiva y una original composición mediante la cual es capaz de representar en un solo espacio tres acontecimientos sucesivos
Imagen en Wikimedia Commons de Mzopw bajo Dominio Público

 

Massaccio será el primero en revolucionar la pintura en la Florencia del XV. Solo vivió 27 años pero le dio tiempo a romper con todos los principios establecidos. Su obra destaca por su realismo, coherencia y calidad cromática y entre ella quizás podamos resaltar los frescos de la capilla Brancacci, especialmente el Tributo. Próximos a este autor surgirán una serie de artistas que tendrán como objetivo la conquista figurativa de la naturaleza. Entre ellos podemos citar a Ucello, quien se preocupó mucho por la perspectiva geométrica, el relieve y el movimiento espacial en obras como la Batalla de San Romano; o Del Castagno, cuyo estilo mezclaba grandeza y crudismo y del que destaca una Última Cena que es un alarde de técnica y proyección espacial. Piero della Francesca es otro de estos autores interesantes, aunque contaba con un estilo más sereno y equilibrado. Entre sus creaciones destacan el Bautismo de Cristo, donde se observa su gusto por la geometría, la Flagelación o El Sueño de Constantino. No obstante, no todos los artistas florentinos de la época abrieron los brazos al nuevo realismo de Masaccio. También hubo también una corriente más medieval, con representaciones más tranquilas y amables que estaría encabezada por Fra Angélico, quien desde el humanismo cristiano mezclo lo nuevo y lo antiguo en obras como La Anunciación.

 

La flagelación de Cristo es una buena muestra de esa sobriedad geométrica tan propia de Piero della Francesca
La flagelación de Cristo es una buena muestra de esa sobriedad geométrica tan propia de Piero della Francesca
Imagen en Wikimedia Commons de The Yorck Project bajo CC
La Anunciación de Fra Angélico. De esta obra dijo Vasari que parecía un trabajo realizado en el cielo
La Anunciación de Fra Angélico. De esta obra dijo Vasari que parecía un trabajo realizado en el cielo 
Imagen en Wikimedia Commons de Dcoetzee bajo CC

 

Ya en la segunda mitad del siglo XV estallaría una fiebre por la pintura en toda Italia y en muchas ciudades se fueron formando diversas escuelas pictóricas, cada una según los intereses y preocupaciones de la zona. Mantegna será el máximo exponente de la escuela de Padua y su obra destacará por la dureza de las formas y por sus habituales escorzos con los que solucionaba muchos de los problemas derivados de la perspectiva. Su obras más importantes quizás sean la Cámara de los Esposos, La muerte de la Virgen o Cristo muerto. Otra ciudad pujante fue la de Ferrara, cuya escuela contaría con la presencia de figuras tan reseñables como Tura o Del Cosa. De todas formas, Florencia seguiría siendo indiscutiblemente la capital artística italiana más importante y en ella, gracias al mecenazgo de familias como los Medici, florecieron genios de la talla de Botticelli, quien con sus dos pinturas de tema mitológico La Primavera y El Nacimiento de Venus nos muestra un arte suave, lánguido y sensual. Junto a él, Perugino (El mandato de San Pedro) y Bellini (Agonía en el huerto de los olivos) serían las figuras florentinas más importantes de esta época.

 

La muerte de la Virgen de Andrea Mantegna
La Alegoría de la Primavera de Botticelli. Atención por el detalle y figuras alargadas y elegantes
La muerte de la Virgen de Andrea Mantegna
Imagen en Wikimedia Commons de The Yorck Project bajo CC
La Alegoría de la Primavera de Botticelli. Atención por el detalle y figuras alargadas y elegantes
Imagen en Wikimedia Commons de Aavindraa bajo CC

AV - Actividad de Espacios en Blanco

Rellena los espacios en blanco:
  • El Nacimiento de Venus fue pintado por en 1484.
  • es el pintor más importante del trecento.
  • Tiziano, Veronés o Tintoretto son los autores más destacados de la escuela de pintura renacentista.
  • El Pecado Original, la Creación o el Juicio Final fueron pintados por Miguel Ángel en la .

Habilitar JavaScript

CINQUECENTO

La evolución respecto al siglo anterior es evidente. El dibujo pierde importancia y gana atención el color, el claroscuro y la profundidad. Ya no hay tanta obsesión por la perspectiva como antes, pero a través de las luces, las sombras y los volúmenes se logra una profundidad no vista en el cuatrocento. La composición tenderá a ser triangular, normalmente con un personaje principal y una sola escena. Dos escuelas son las que marcan la pauta en este siglo XVI, la florentina, con sus artistas normalmente reclamados desde Roma, y la escuela veneciana.

Todos conocemos los tres grandes genios más grandes que aportó la Florencia de este siglo, Leonardo, Miguel Ángel y Rafael. Leonardo Da Vinci está considerado como el hombre del Renacimiento por excelencia. Como buen humanista, además de a la pintura se dedicó a disciplinas tan variadas como la filosofía, la ciencia o el urbanismo. Se formó con Verrochio y pronto fue solicitado en Milán por los Sforza, donde realizó obras tan importantes como La Virgen de las Rocas o la última Cena. Una vez de vuelta en Florencia, se le encargaría pintar obras tan colosales como la desaparecida Batalla de Anghiari o la mítica Gioconda, obra universalmente conocida gracias a la delicadeza de su pincelada y a su famosa y enigmática sonrisa. La habilidad de utilizar las luces y las sombras, la perfecta representación de la anatomía y las emociones humanas y la utilización de nuevas técnicas como el sfumato pueden ser algunas de las características más destacables de la obra de Leonardo.

Quizás la mejor obra de Leonardo sea La última cena, situada en el refrectorio del Convento de Santa Maria delle Grazie de Florencia
La Mona Lisa o Gioconda
Quizás la mejor obra de Leonardo sea La última cena, situada en el refrectorio del Convento de Santa Maria delle Grazie de Florencia
Imagen en Wikimedia Commons de The bird bajo CC
La Mona Lisa o Gioconda
Imagen en Wikimedia Commons de Dcoetzee bajo Dominio Público

 

Rafael Sanzio (1483-1520) pintó una enorme cantidad de obras. Pinturas religiosas, retratos y grandes composiciones ocupan el grueso de su obra. Fue un pintor muy influenciado por Da Vinci y su gran mérito fue ensamblar lo cristiano y lo pagano a través de la luminosidad y el color, con unas figuras humanas llenas de encanto y amabilidad (especialmente sus madonnas). Como Leonardo, fue un maestro del sfumato (técnica por la que las figuras aparecen difuminadas y vaporosas), y entre sus creaciones más sobresalientes podemos citar La Virgen de La Pradera, la Virgen del Jilguero o las Estancias Vaticanas, donde se halla su celebérrima Escuela de Atenas.

 

La Virgen del jilguero de Rafael. De composición triangular y fechada en 1507
La esuela de Atenas es la más famosa de las pinturas que Rafael realizó en las estancias vaticanas
La Virgen del jilguero de Rafael. De composición triangular y fechada en 1507
Imagen en Wikimedia Commons de Google Art Project bajo Dominio Público
La esuela de Atenas es la más famosa de las pinturas que Rafael realizó en las estancias vaticanas
Imagen en Wikimedia Commons de Franks Valli bajo Dominio Público

Miguel Ángel Buonarrotti, por su parte, no necesitó pintar demasiado para estar considerado como un genio de la pintura universal. Su consagración le llegó con los frescos de la Capilla Sixtina (1508-1512). Con gran maestría, el autor nos va mostrando nueve episodios bíblicos tales como el Pecado Original, el Diluvio Universal, la Creación o, sin duda, la escena culmen de todas, el Juicio Final, donde se nos enseña un torbellino de energía a través de la representación de un Dios justiciero y una amalgama de cuerpos humanos retorcidos entre los que se distingue los elegidos de los condenados al infierno.

 

La Creación, la más conocida imagen que pintó Miguel Ángel en la bóveda de la Capilla Sixtina
Pincha en la imagen para ver el Juicio Final en su plenitud
La Creación, la más conocida imagen que pintó Miguel Ángel en la bóveda de la Capilla Sixtina
Imagen en Wikimedia Commons de Titimaster bajo Dominio Público
Pincha en la imagen para ver el Juicio Final en su plenitud
Imagen en Wikimedia Commons
de Gianni46
bajo Dominio Público

 

Venecia era el otro punto de interés pictórico del XVI. Allí se impone una pintura basada en el gusto por el color y por el paisaje, la representación de la riqueza y una temática normalmente idílica. Los autores más destacados de esta escuela serían Tiziano, quien usaría como nadie hasta entonces el aire, la luz y el color en obras como el martirio de San Lorenzo, la Bacanal o la Batalla de Muhlberg; Veronés, el pintor del lujo, con creaciones tan imponentes como Las Bodas de Caná o Venus y Adonis; Tintoretto, donde se advierte el manierismo con sus violentos juegos de luces y sombras de, por ejemplo, el Lavatorio de los pies: y por último podemos a citar a Giorgione, del que se conocen no más de cinco obras, todas de una gran riqueza cromática y gusto por el paisaje. Quizás la Tempestad sea su creación más notable.

 

La Bacanal de Tiziano
Giogione pintó la Tempestad en 1508
La Bacanal de Tiziano
Imagen en Wikimedia Commons de Escarlati bajo Dominio Público
Giogione pintó la Tempestad en 1508
Imagen en Wikimedia Commons de Florian Heine bajo Dominio Público

Importante

La pintura renacentista italiana destaca por estar repleta de grandes individualidades. Es una pintura que arrancaría de la obra del Giotto en el XIV y que en el quattrocento estaría caracterizada por la importancia del dibujo, la obsesión de la perspectiva y la existencia de dos corrientes de representar la figura humana, una más dinámica (Massaccio, Del Castagno) y otra más tranquila (Botticelli, Fra Angélico).

En el cinquecento ganan peso la importancia el color, el claroscuro y la profundidad. Los tres grandes genios de este periodo son Rafael, Leonardo y Miguel Ángel pero tampoco podemos olvidarnos de la escuela veneciana.

 

Ejemplo o ejercicio resuelto

Observa este vídeo sobre la Escuela de Atenas de Rafael y responde a las siguientes preguntas:

 

  1. ¿En qué estancia vaticana está situada La escuela de Atenas?

  2. ¿La estatua de qué dos dioses aparecen en el cuadro?

  3. ¿Qué dos grandes filósofos son los que presiden el cuadro?