3.3. Pintura

Importante

La pintura del neoclasicismo prima el dibujo sobre el color y prefiere la iluminación suave, no le interesa tanto representar de manera natural la luz sobre los objetos.
La fuente, J.A Dominique Ingres
 La fuente, J.A Dominique Ingres
Imagen en Wikimedia Commons
de Artwork bajo Dominio Público

La pintura neoclásica tiene su foco principal en Francia, lo que va a suponer el inicio de un periodo francés en las artes que continuará durante todo el siglo XIX hasta la mitad del siglo XX aproximadamente.

La pintura plantea un problema que en otras disciplinas artísticas del neoclásico no había ocurrido, pues la cuantía de restos de edificios y  esculturas clásicas era palpable. No así ocurría con la pintura, de la que no se tenían modelos pictóricos de la antigüedad. Ello hizo que se tomase como fuente de inspiración la escultura, fundamentalmente el relieve, de ahí la pobreza cromática que reflejan los cuadros de estilo neoclásico. 

Los colores son puros, y normalmente de tonalidades frías. A los pintores neoclásicos no les gustan las estridencias en el color, ni entretenerse en captar los efectos de la luz sobre los colores, ni crear matices a base de pinceladas con tonos distintos de un mismo color. La belleza para ellos está en lo simple, y por tanto se eligen colores armónicos, que no creen contrastes violentos, y cada uno aplicado sin demasiadas tonalidades. Por ejemplo, en este cuadro de Ingres, se comprueba el uso discreto del color para conseguir un efecto de serenidad y quietud.

El color pasa a un segundo plano siendo dominado por el dibujo, que está muy marcado de manera que las figuras parecen esculpidas. Ésta es la consecuencia de una delimitación bien clara de los contornos, sin pinceladas difuminadas.

No  hay  nada  espontáneo,  todo  está  cuidadosamente  estudiado,  de  ahí  que  las  composiciones  estén tratadas con suma meticulosidad,  disponiéndose de forma geométrica, donde la perspectiva lineal gana fuerza. Frente al sentido de movimiento y dinamismo de las escenas barrocas, la pintura neoclásica prefiere composiciones más equilibradas y calmadas. Incluso cuando se representan escenas movidas da la sensación de que las figuras están posando, no moviéndose con naturalidad.

Tomemos como ejemplo un cuadro de Jacques Louis David, La muerte de Sócrates:

La muerte de Sócrates
 La muerte de Sócrates
Imagen en Wikimedia Commons de Harpsichord246 bajo Dominio Público

Fíjate en que podemos unir algunos puntos clave de las figuras con líneas horizontales. Por ejemplo, las cabezas de la mayor parte de los personajes se ajustan a una misma horizontal, como lo hacen las manos elevadas y el candelero. La horizontal de la cama, por su parte, se continúa en las piernas de los personajes sentados. ¿Buscas un lugar ideal para colocar el objeto más destacado de la escena, la copa de cicuta? Elige el centro geométrico. Como puedes comprobar, aunque hay una escena con muchos personajes en actitudes diferentes, no sentimos esa sensación de movimiento que transmitían los cuadros barrocos.

Se prefiere una luz diáfana, clara, sin estridencias, que no pretende ser una luz natural.

Los temas preferidos son la Historia y los mitos griegos y romanos, aunque también existen retratos de personajes, escenas religiosas, y por supuesto son frecuentes los grandes asuntos de su época que hacen normalmente alusiones a cuestiones relativas a la libertad, lo que conectará con el romanticismo. Casi siempre hay una intención didáctica o moralizadora.

Pregunta Verdadero-Falso

Decide si estas características corresponden a la pintura neoclásica:

Pregunta 1

1. La composición de las escenas se organiza con líneas diagonales.

Pregunta 2

2. La captación de los efectos reales de la luz sobre los objetos no les preocupa demasiado.

Pregunta 3

3. Se prefieren los colores planos sin excesivos matices.

Pregunta 4

4. Los cuadros transmiten sensación de profundidad.

Pregunta 5

5. Se dibujan con nitidez y perfección los contornos de las cosas.

Pregunta 6

6. Se reflejan escenas con contrastes violentos de luz.

JACQUES-LOUIS DAVID

Nacido  en  París,  David  participará  en  la  Revolución  Francesa, utilizando  la  pintura  como  medio  propagador  de  los  ideales reformadores.  Es por ello,  que siente especial  predilección  por  los temas  heroicos.  Se  convertirá  además,  en  pintor  de  cámara  de Napoleón,  para  quien  realizará  numerosos  cuadros  ensalzando  la figura del emperador.

Pero, al margen cuestiones políticas, tenemos que considerar a David como el verdadero creador de la pintura neoclásica. Tras  la  caída  de  Napoleón  tuvo  que  exiliarse  a  Bruselas,  donde permaneció hasta su muerte.

Vamos a analizar algunas de sus obras más importantes:

Muerte de Marat
Muerte de Marat
Imagen en Wikimedia Commons
de Kelson bajo Dominio Público

LA MUERTE DE MARAT

La escena muestra a Marat, activista de la Revolución Francesa, en el momento en que fue asesinado por la girondina Charlotte Corday.

Esta tela confirma la conexión del pintor con las ideas revolucionarias. Gran amigo de Robespierre y Marat, nos muestra aquí el cuerpo ya sin vida de uno de los líderes de la revolución. No representa la escena en el momento álgido del asesinato, invita símplemente a la contemplación y la reflexión favorecido por la sencillez del ambiente.

Elige un enfoque realista pues quiere retratarlo tal y como él lo vió justo el día antes en que había ido a visitarlo. David lo encontró en la bañera, pues una enfermedad de la piel lo obligaba a darse baños para calmar los picores.

Mientras, improvisaba con una tabla un pequeño escritorio en el que iba anotando sus pensamientos. Por otro lado el personaje está idealizado en la medida en que es tratado como un mártir caído por la defensa del pueblo.

Napoleón cruzando los Alpes
Napoleón cruzando los Alpes
Imagen en Wikimedia Commons
de MarcusBritish bajo Dominio Público

RETRATO ECUESTRE DE NAPOLEÓN

Napoleón es captado cruzando los Alpes mientras se dirige a Italia tal y como habían hecho grandes generales como Aníbal o Carlomagno.

El cuadro fue encargado por el embajador español en París, quien quería disfrutar de una obra del artista del momento así como de un retrato del emperador. Este hecho marcará que las directrices del cuadro pasen más por la idealización del personaje, de quien se destacará mucho más su personalidad que su aspecto físico real. Todo ello, como es habitual en la pintura neoclásica, proyectado en una típica composición geométrica.  

Caso de estudio

¿Barroco o Neoclásico?

Identifica cuál de estos dos retratos de personajes con libro es barroco y cuál neoclásico. Razona tu respuesta.