4. Inducción y deducción en el método científico

A continuación vamos a ver un resumen de los principales momentos en la aplicación del método científico:

En el tema 2 vimos que la filosofía nace de la admiración, de la curiosidad que sentimos ante aquellos fenómenos naturales que nos rodean.

Hemos visto también que la investigación científica siempre comienza a partir de un problema determinado, de algo que no acabamos de entender del todo (el mito y la filosofía tienen el mismo origen). Para ello es necesario, en primer lugar, partir de la observación de la naturaleza (o de nosotros mismos).

Al observar estos fenómenos estaremos aplicando la inducción, ya que necesitamos confrontar los diversos casos y encontrar las similitudes y diferencias existentes entre ellos. Es decir, al intentar solucionar cualquier problema (y eso es lo que intenta la investigación científica) debemos comparar los hechos observados que conocemos, y buscar elementos comunes en todos los casos, por lo que estaremos realizando un proceso inductivo (buscamos generalidades).

Una vez que tenemos ya un punto de partida, intentaremos encontrar una explicación a dicho fenómenos: formularemos hipótesis que permitan explicar los hechos (una hipótesis no es más que eso, un intento de explicación, una primera suposición que luego habrá que probar).

El siguiente ejemplo, tomado de un programa televisivo sobre la ciencia (El mundo de Beakman), intenta ilustrar los diversos momentos o pasos del método hipotético-deductivo:

Después de formular una hipótesis tenemos que contrastarla, esto es, comprobar si es cierta o no a través de la experiencia misma. El siguiente paso dentro del método científico es pues la deducción de las consecuencias de la hipótesis, para comprobar su verdad. Tenemos que encontrar hechos observables empíricamente que confirmen dicha hipótesis. Algunas veces la comprobación puede ser directa, a través de la observación misma de la naturaleza, pero otras, en cambio, será imprescindible la realización de experimentos a tal efecto.

Si la hipótesis es confirmada se seguirá trabajando en esa dirección, deduciendo más consecuencias y contrastándolas, hasta que podamos formular una ley científica, un enunciado considerado como verdadero por la comunidad científica, al que se considera ya suficientemente contrastado. Pero no siempre esto ocurre así, y, en la mayoría de los casos, los hechos no confirman las hipótesis, por lo que habría que volver a formular otras, esperando encontrar la verdadera razón (las causas) que expliquen el problema.