2.2. Las Revoluciones Liberales. EE. UU

La libertad guiando al pueblo. E. Delacroix
La Libertad guiando al Pueblo. E. Delacroix
Imagen en Wikipedia. Dominio público

Los cambios provocados por la Revolución Francesa y por la política napoleónica iniciaron una oleada que a través del siglo XIX irá alcanzando a la mayor parte de los estados europeos (1820,  1830, 1848 y 1870 si consideramos a ésta parte del movimiento liberal y no exclusivamente expresión del nacionalismo) en lo que se ha dado en llamar el siglo de las revoluciones burguesas. Son los movimientos liberales, pero que históricamente se enmarcan en el contexto de los grandes cambios del siglo XIX: revolución industrial, colonialismo, cambios demográficos, nacionalismo, etc. Todos estos cambios deben ser entendidos en conjunto, aunque para analizarlos debamos proceder por partes.

 

El liberalismo decimonónico reaccionará, en principio, contra el absolutismo, que daba sus últimos coletazos (el fenómeno de los Cien Mil Hijos de San Luis, por ejemplo, expresa ese intento vano por frenar los cambios) y los burgueses, impulsores de las revoluciones, intentarán hacer valer en el plano político el poder que habían alcanzado en lo económico (véase lo dicho a propósito de la revolución industrial). En sentido general llamamos liberalismo a los movimientos que defienden la libertad (al principio de unas minorías, posteriormente de la mayor parte de las sociedad hasta, ya en el siglo XX, incluir a las mujeres, grandes marginadas). En realidad, puede decirse que el liberalismo representa los ideales de la cada vez más pujante burguesía. No cabe duda de que sus ideólogos (Constant, Burke, A. Tocqueville  y otros) la entendían, sobre todo, como un movimiento intelectual que se hacía realidad en lo religioso, lo político y lo económico. Pero debemos tener cuidado con las palabras, porque no expresan siempre lo mismo; por ejemplo, la igualdad liberal (burguesa) significa sobre todo que se acaben los privilegios de cuna (parece, así, a la ley de la selva en la que el más fuerte gana). La igualdad de los movimientos sociales de finales de siglo es, por tanto, muy diferente. Recuérdese que uno de los lemas de la burguesía de finales del siglo XVIII fue libertad, propiedad y fraternidad.

 

           

Nosotros podemos distinguir varios tipos de liberalismo:

  • económico
  • político
  • ideológico y religioso

El económico es, básicamente, expresión y/o justificación de los cambios económicos del siglo XIX. Defiende la libertad en el terreno económico y, por la tanto, rechaza tajantemente la intervención del Estado en la vida económica (de los ciudadanos, se supone, aunque se trate de empresas). Según algunos de sus ideólogos, la economía se rige por leyes naturales, que pueden resumirse en el afán de lucro (enriquecerse como fenómeno natural: el interés—económico—es el valor que mueve al individuo en el ámbito de la economía), la libertad de mercado y la libre competencia. La famosa mano invisible (el mercado) corregirá los errores y desigualdades. La mayor parte de los pensadores liberales en el terreno económico son ingleses (Adam Smith, David RicardoMalthus y John Stuart Mill), algo que coincide con el siglo de dominación inglesa en la economía mundial.

 

El liberalismo ideológico y religioso defiende, en general, la libertad entendida como propiedad de los individuos (es decir, el otro se entiende como un competidor) y la tolerancia. Ciertamente, la idea de tolerancia nace en el siglo XVII (J. Locke), pero se irá transformando en un fin en sí misma y no en un medio pare resolver los conflictos (religiosos, básicamente). Desarrollará, además, la idea de progreso, de tan amplias consecuencias ideológicas en el siglo XIX. El liberalismo ideológico impregnará las sociedades occidentales (Europa, Estados Unidos y las colonias europeizadas) y acabará siendo el sustrato común de sus sistemas políticos.

John Locke
 John LockeSir Godfrey Kneller en Wikipedia. Licencia Dominio público

En cuanto al liberalismo político debemos decir que se expresará en las revoluciones (recuérdese que Inglaterra había tenido su primera revolución en1688, La Gloriosa). Simplificando un poco, podemos decir que sus elementos básicos son los siguientes:

 

  • Hereda elementos de la revolución Francesa, fundamentalmente la división de poderes (Montesquieu): legislativo, ejecutivo y judicial. derechos individuales.
  • Insiste en la libertad de los individuos y su expresión: rechazo de la censura y del control de la libertad de los individuos; libertad de prensa y libertad religiosa (aconfesionalidad de los estados).
  • Constitución como elemento vertebrador de los derechos de los individuos
  • Rechazo de los imperios (referido, básicamente, a los intentos franceses y alemanes) expresado en el concepto de soberanía de las naciones.

 

Debe tenerse presente que en cada nación el liberalismo insistió en unos aspectos u otros y conoció variantes: mientras que unos fue fundamentalmente político (Francia), en otros fue nacional (Italia, Alemania) o económico (Inglaterra). El caso de España es diferente con los borbones, pues permanecerá al margen de las revoluciones liberales). Algunos piensan que hacia 1830 el liberalismo se dividió en dos corrientes: una doctrinaria (más conservadora) y otra democrática, pero acabarán confluyendo cuando aparezcan los movimientos sociales de la segunda mitad del siglo XIX.

Tras la llamada “revolución americana” (en realidad fue una guerra para independizarse de la metrópoli) George Washington juró como primer presidente (1789). Durante dos mandatos su gobierno estableció lo que serían las bases de la identidad política estadounidense. Los dos siguientes presidentes—Adams y Jefferson—fueron de tendencias diferentes: el primero partidario de un Estado más fuerte (y con más seguidores en el Norte); el segundo, representaba más bien los intereses de los agricultores (y tuvo más apoyos en el Sur).

 

Durante unos años EEUU pudo desarrollarse sin interferencias, pero en 1812 estalló la guerra contra los ingleses por el bloqueo. Al final de la guerra, Inglaterra había perdido toda posibilidad de volver a controlar a su antiguo colonia. Nació entonces la doctrina Monroe: América para los americanos queriendo significar en apariencia que no era admisible la intervención de los estados europeos en los asuntos del Continente Americano.

 

Sin embargo, muchas de las antiguas colonias españolas intentaron imitar el modelo de los EEUU. Mientras tanto, el Imperio crecía: se compró la Louisiana a Francia y la Florida, a España. Se produjo una explosión demográfica (el país triplicó su población hacia 1852) y se crearon nuevos estados. Las contradicciones internas del nuevo país resultaban evidentes: las tendencias liberales parecían chocar con la esclavitud; el imperio de ley era la mayor parte de las veces ignorado en las nuevas fronteras… EEUU se constituía como una nación de ciudades en las que el campo era aún la base fundamental de la economía. La nación acabó divida en dos zonas diferencias en lo económico y en lo social: el Norte, industrial y que rechazaba la esclavitud (pero esto no significaba que se concediera a los negros derechos civiles), y el Sur, de base agrícola (cotton belt, producción de tabaco y azúcar) y cuya base económica era un sistema esclavista. La disputa se endureció con los nuevos territorios, pues algunos los querían libres (de la esclavitud), pero la base de los nuevos estados del medio oeste era agrícola y ganadera. A medida que el país se extendía hacia el oeste, la población autóctona era o masacrada o expulsada y reducida a reservas en las que las condiciones de vida eran miserables. La superioridad económica y, sobre todo, armamentística de los estadounidenses se impuso. El prototipo de “americano” era el WASP: blanco, anglosajón y protestante. El exterminio de los habitantes originales de EEUU es un episodio dramático que aún está por escribir.

 

En 1860 ya había treinta y tres estados y la política imperial respecto a los demás países americanos estaba desarrollándose. En 1853 Stephen Douglas (candidato a la presidencia del partido demócrata que perdió en su enfrentamiento con Lincoln) declaró: “EEUU está destinado a ejercer la hegemonía en el continente por medio de acorazados y cañones”. Una política plenamente imperialista, algo que se demostró en la guerra con México, que comenzó en 1846, aunque las escaramuzas habían comenzado mucho antes (el caso de Tejas); el patrón será siempre el mismo: EEUU es “llamado” por una minoría para garantizar la libertad. En la guerra México perdió el equivalente a casi cinco veces la extensión de España: además de Tejas, se perdió la Alta California, Nuevo México, Arizona, California, Nevada, Utah y buena parte de los actuales estados de Oregón, Colorado y Wyoming (todos los territorios mejicanos al norte de Río Grande). EEUU se había constituido en un país de océano a océano gracias a una política militarista, agresiva e imperialista, que seguiría a lo largo de todo el siglo XIX (y XX, por supuesto). Los recursos necesarios para esta política eran inmensos: los nuevos territorios y la creciente industrialización con la mejora de los transportes (ferrocarriles) sentaron las bases de esa política y, a la postre, significarían el predominio de la economía estadounidense: una economía capitalista, liberal y expansiva.

Las contradicciones entre una economía (Norte) y una agrícola (Sur) se hacían evidentes, pues además se reflejaban en políticas distintas. Ya hemos mencionado la cuestión de los nuevos estados (que debían ser libres de esclavitud); durante algunos años la dualidad pudo mantenerse. Lincoln accedió a la presidencia (1861) convencido de que la esclavitud era un problema de la nación y no de los estados. En 1861 se fundó la Confederación de los Estados de América (con capital en Richmond). Entre 1861 y 1865 tuvo lugar la Guerra de Secesión: la superioridad industrial (y militar) del Norte tuvo que hacer frente a una dura resistencia, pero tras la batalla de Gettysburg, donde cayó la flor y nata del ejército sudista, el destino de la contienda estaba decidido. Terminada la guerra en 1865 se vieron sus consecuencias: EEUU se convirtió en una potencia económica industrial capaz de producción masiva (algo semejante ocurrirá tras las dos grandes guerras); las actividades agrícolas disminuyeron su peso, aunque apareció una nueva clase de propietarios tras la desaparición de la aristocracia de los estados del sur. Sin embargo, parece evidente que tras la guerra el problema racial no quedó resuelto.

Gif animado con la evolución territorial de la Guerra de Secesión
Gif animado con la evolución territorial de la Guerra de Secesión.
Imagen de Sapph en Wikipedia. Lic. CC

 

Tras la guerra accede al poder el general Grant y comenzó la época de la reconstrucción, aunque durante el mandato del militar la corrupción política alcanzó niveles no conocidos hasta entonces. Esto, sin embargo, no impedirá el desarrollo económico, sobre todo técnico e industrial, y el crecimiento de la población (en 1914 el país contaba con más de noventa millones de habitantes). Aparecieron grandes corporaciones (acero, comunicaciones, ferrocarriles, petróleo, etc.) y se produjo un gran desarrollo urbano debido, en buena parte, al aumento de la inmigración (irlandeses e italianos, pero también suecos, alemanes y noruegos). Las asociaciones e trabajadores fueron duramente reprimidas y comenzó una etapa de imperialismo (que alcanzará con la política del big stick, gran garrote, del presidente Roosvelt su enunciación más clara). Pero el imperialismo de los EEUU no fue sólo militar, sino fundamentalmente económico. Podemos resumir:

 

  • Expansión hacia el Pacífico. Acabada la “conquista”, la abundancia de militares encontró una salida en la acción exterior (Hawai, que abría el camino de Filipinas).
  • Intervención en América: intento de anexión de Cuba y de la República Dominicana. Intervenciones en Nicaragua, Uruguay, Méjico y Chile. Apropiación del Canal de Panamá (clave para las actividades militares entre el Pacífico y el Atlántico).
  • Guerra con España (1898), que concluye con la “independencia” de Cuba (colonia encubierta: Guántanamo), fundación de la Unión Panamericana. Anexión de Filipinas…

EEUU acabará el siglo XIX habiendo puesto las bases para ser la primera potencia mundial: sólo necesitaba una guerra en Europa… 

Para saber más

De nuevo te ofrecemos dos vídeos que te pueden resultar muy útiles para entender, en este caso, cómo fue el proceso de independencia de Norteamérica con la Guerra de Independencia. Es importante porque, al fin y al cabo, es la primera revolución claramente liberal y con un espíritu muy basado en las ideas de la Ilustración. Fíjate si es importante que se dio antes incluso que en la propia Francia, que fue quien dio luz a este movimiento filosófico, social y económico que era la Ilustración.

Insistimos en el sistema anterior: dos vídeos. El primero, más extenso, visual y con más información. El segundo, esquemático pero muy didáctico y, lo que lo hace más interesante, hecho por una alumna de cuarto de la ESO:

Revolución norteamericana.
Vïdeo subido a Youtube por Miorelis Cordero
Revolución americana.
Vídeo de Irene alojado en Youtube

Importante

  • Las revoluciones liberales burguesas alcanza a la mayoría de los estados europeos en 1820, 1830, 1848 y 1870.
  • Llamamos liberalismo a los movimientos que defienden la libertad.
  • El liberalismo representa los ideales de la cada vez más pujante burguesía.
  • Hay varios tipos de liberalismo: económico, político, ideológico y religioso. 
  • El económico rechaza la intervención del Estado en economía
  • El político hereda elementos de la revolución Francesa, rechaza los imperios e insiste en la libertad.
  • El ideológico defiende la libertad entendida como propiedad de los individuos

Reflexión

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