1. El Segundo Triumvirato y la guerra civil
Tras la muerte de Cayo Julio César (44 a.n.e.), prosigue la inestabilidad política en la República, pues la seguridad del Estado estaba turbada por las secuelas de la guerra civil entre César y Pompeyo. Por un lado, los asesinos de César, Bruto y Casio, habían huído a Grecia para seguir su lucha particular; por otro, Sexto Pompeyo, hijo de Pompeyo Magno, seguía teniendo un ejército propio y constituyendo una amenaza. Frente a esta situación, se creó el Segundo Triunvirato, un acuerdo oficial entre tres de los hombres más poderosos en ese momento.
Hay que destacar que el Segundo Triunvirato, respecto al primero, no fue un acuerdo privado entre hombres políticos, sino una magistratura oficial decretada por una ley en el 43 a.n.e. cuya duración era de 5 años; con ella se nombraron triunviros con poderes especiales a Marco Antonio (antiguo partidario de César), Marco Emilio Lépido y Octavio (hijo adoptivo de César y apoyado por Cicerón). Estos tres hombres se repartieron el gobierno del territorio romano: Marco Antonio se quedó con Oriente, Octavio con Occidente y Lépido con África. El acuerdo se renovó en el 37 a.n.e. por otros 5 años.
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Busto de Marco Antonio Imagen de Tataryn77 en Wikimedia. Dominio público |
Moneda con la efigie de Lépido Imagen en Wikipedia. Licencia GNU |
Busto de Octavio Imagen de Santo Attilio en Wikipedia. Dominio público |
Antonio, Lépido y Octavio iniciaron campañas militares contra los asesinos de César, Bruto y Casio, y se repartieron las provincias del Imperio. Se elaboraron terribles listas negras por las que los "triunviros" decretaban miles de ejecuciones (como la del "republicano" Cicerón, a mano de Marco Antonio) y aplicaron fuertes impuestos a los ricos; gracias a ello, consiguieron recursos para financiar sus políticas y ejércitos.
Tras derrotar a Bruto y a Casio en Filipos (Grecia), surgieron disputas por el reparto del territorio. El primero en caer fue Lépido ya que había conspirado contra Octavio.
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Cleopatra
Imagen de Louis le Grand en Wikipedia. dominio público |
Mientras tanto, Marco Antonio había estrechado una alianza con Cleopatra, reina de Egipto, con la cual, al igual que César, tuvo una relación amorosa y dos hijos. Marco Antonio reconoció a estos hijos y repudió a su esposa Octavia, hermana de Octavio. No tardó en estallar otra guerra civil entre él y Octavio: en la batalla naval de Actium (en Grecia, año 31 a.n.e.) venció Octavio. Antonio y Cleopatra se suicidaron en Alejandría, de modo que Octavio, tras anexionar Egipto a Roma (30 a.n.e.) y proclamarse vencedor absoluto, iba a convertirse en el primer emperador.

Actividad de Lectura
La juventud de Cayo Julio César Octavio
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Augusto Pontífice Máximo
Imagen de Jastrow en Wikimedia. Dominio público |
Octavio nació el 23 de septiembre del año 63 a.n.e. en Velitre (en el Lacio). Su padre Cayo Octavio no pertenecía a una familia patricia sino del orden ecuestre. Su abuelo había sido banquero y la familia poseía una desahogada situación económica. Su madre Atia, sin embargo, sí estaba relacionada con las mejores familias de Roma: su padre era M. Atio Balbo, de familia senatorial, y su madre Julia era hermana de Cayo Julio César. Por tanto, Octavio era sobrino nieto de César. Su padre desempeñó durante largo tiempo el cargo de gobernador de Macedonia y su triunfo contra una rebelión de esclavos en la zona de Turio le dio a su pequeño hijo el sobrenombre de Turino.
El padre de Octavio murió cuando él tenía cuatro años y su madre se volvió a casar con L. Marcio Filipo que lo sometió a una férrea disciplina y una esmerada educación. Su inteligencia despierta y su agilidad mental suplieron su debilidad corporal que lo sumieron en continuas enfermedades durante su juventud.
Pronto César se percató de las posibilidades de su sobrino y lo ayudó en su carrera política. Acompañó a su tío en algunas de sus campañas, pero sucesivas enfermedades lo mantuvieron en Roma y le impidieron estar con él en campañas decisivas de la guerra civil contra Pompeyo.
La muerte de César en marzo del 44 a.n.e. sorprendió a Octavio en Grecia, en Apolonia, donde había sido enviado por su tío con la intención de que afianzara su educación y controlara desde cerca los preparativos del ejército que se disponía a enviar contra los partos. Octavio aún no tenía 19 años.
La situación en Roma era difícil, dividida entre los querían la persecución de los asesinos de César y los que optaban por su amnistía. Finalmente el Senado decretó la amnistía. Fue Marco Antonio, lugarteniente de César, el que, como cónsul de ese año, manejó los hilos de la situación de ese momento. Cuando se abrió el testamento de César, en él nombraba a Octavio su hijo adoptivo y le legaba la mitad de su fortuna. Octavio regresó a Roma para reclamar su herencia, encontrándose con las reticencias de Antonio, que intentó impedir que en los comicios curiados se reconociera la adopción de Octavio, pues sin este reconocimiento no podía ser considerado hijo y sucesor de César.
Octavio se granjeó el apoyo del Senado, que le permitió reclutar un ejército y le concedió el imperium (derecho a mandar el ejército). El Senado declaró a Marco Antonio enemigo de la patria, después de su derrota en Módena. Octavio reclamó para sí el consulado (a pesar de no haber desempeñado ningún cargo de la carrera de los honores ni tener la edad adecuada). El Senado solo le ofrecía la pretura y entonces Octavio marchó sobre Roma y se hizo nombrar cónsul. Anuló la amnistía para los asesinos de César y reguló su adopción. Se convirtió así en Cayo Julio César Octaviano.
Sin embargo, los enemigos de César iban tomando fuerza y para vengar la muerte de César, Octavio solo vio como solución la alianza con Marco Antonio y Lépido en el 2.º triunvirato.
Reflexiona sobre la personalidad de Octavio y los virajes que tiene la vida política.
Para conocer más sobre la personalidad de Octavio y su momento histórico puedes ver este documental que aparece dividido en varias partes.

Curiosidad
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Siempre se ha dicho que, detrás de grandes hombres, hay grandes mujeres. Así ocurrió en el caso de Augusto, casado con Livia, mujer inteligente y culta, que en la sombra ejerció su influencia durante los años de gobierno de Augusto, e incluso después de su muerte, durante los primeros años del mandato de su hijo Tiberio, sucesor de Augusto.
Livia Drusila nació en el año 58 a.n.e. y era hija de un distinguido patricio romano, Marco Livio Druso Claudio. Fue educada en las severas normas morales de la nobleza, que la enseñaron a ser discreta y saber adaptarse a las circunstancias cambiantes de la vida. Livia apenas tenía quince años cuando su padre la dio en matrimonio a su primer marido, Tiberio Druso, joven de la misma familia que Livia. Pronto tuvo su primer hijo, Tiberio, futuro sucesor de Octavio. El aparente matrimonio ventajoso que buscaba su padre cayó en desgracia cuando su marido se vio implicado en la guerra de Perugia, durante el triunvirato de Marco Antonio, Lépido y Octavio. La derrota obligó a los esposos al exilio en Grecia. Se cuenta que mientras huían, Livia tuvo que acallar los llantos de su pequeño hijo Tiberio, hasta casi el punto de asfixiarlo por temor a que éstos delataran su paradero.
Cuando Livia y su esposo volvieron a Roma gracias a una amnistía, Octavio accedió a recibir a ambos y fue en este encuentro cuando cayó perdidamente enamorado de Livia, aunque ella estaba en ese momento embarazada de su segundo hijo Druso. No fue un obstáculo para Augusto el que él también estuviera casado en ese momento con Escribonia. Tras sendos divorcios y el nacimiento del segundo hijo de Livia, se casaron. Parece ser que Tiberio Druso, su exmarido, no estuvo muy disgustado con el matrimonio, pues de ese modo se olvidaba su pasado e iniciaba una nueva vida.
Octavio y Livia estuvieron casados más de cuarenta años y la influencia de Livia no se quedó en el ambiente familiar, como hubiera correspondido a una matrona romana. Su influencia en la vida política fue evidente y su marido la hacía partícipe de los temas de Estado.
Livia tuvo que asistir a la muerte de su primer hijo Druso, que sufrió una desafortunada caída del caballo en una de sus campañas militares. No tuvo buenas relaciones con su primer hijo Tiberio por su difícil carácter y, cuando Augusto murió, Tiberio no vio con buenos ojos que su madre se inmiscuyera en la vida política. Livia vivió sus últimos años fuera de Roma. Cuando murió (año 29 n.e.), a los ochenta y siete años, su hijo no fue a su funeral e incluso prohibió expresamente que fuera divinizada.
Algunos historiadores romanos tacharon a Livia de mujer fría y calculadora que no ahorró medios para que uno de sus hijos sucediera a Augusto: venenos y oscuras muertes que quitaron de en medio a cualquier posible rival. Intentó la sucesión primero con su hijo Druso, favorito de Augusto, pero, tras su muerte, lo consiguió con Tiberio.

AV - Pregunta de Elección Múltiple

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