2. Lugares y monumentos históricos del barroco andaluz
El XVII fue un siglo difícil para Europa. La crisis económica y las continuas disputas religiosas provocarían que se sucedieran las guerras y hambrunas. Este es el panorama en el que eclosionaría el Barroco, un estilo artístico que contará con un innegable carácter propagandístico, ya que sería usado desde Italia (cuna del estilo) y España como un instrumento fundamental en la defensa del catolicismo, en Francia para justificar el absolutismo, y en los Países Bajos para promover las ansias nacionalistas de la burguesía.
Será este un estilo totalmente contrapuesto al clasicismo. Ahora se apuesta por lo recargado, lo exagerado y artificioso, por ostentar de una forma orgullosa y casi altiva y sorprender a toda costa.
Como en el resto de Europa, el Barroco pervivirá en España durante todo el siglo XVII y la primera mitad del XVIII, aunque es cierto que habrá zonas en las que su desarrollo se extienda hasta la llegada del XIX. La monarquía hispánica era la gran defensora de los valores de la Reforma Católica y esto quedará reflejado en el arte, tanto en su temática como en el uso propagandístico que le dieron las altas instancias del poder político y eclesiástico. El Barroco constituye la época predilecta de la cultura española. Ningún estilo arraiga tanto en el gusto de la población de nuestro estado como este.
Este vídeo de Youtube es bastante largo pero con él puedes conocer de una manera amena muchas cosas del barroco andaluz. |
La arquitectura barroca española es una mezcla de sobriedad y ornamentación. Se mantienen los esquemas fundamentales del edificio manierista, por lo que la distribución de espacios será bastante clásica, aunque a veces las líneas rectas se rompan y se extienda el uso de la columna salomónica. Lo más novedoso es la profusa decoración con la que ahora cuentan los edificios. Los grandes centros regionales como Castilla, Andalucía, Levante o Galicia tendrán cada uno su propia idiosincracia arquitectónica, pero también habrá cierta comunicación entre ellos. Los materiales utilizados suelen ser bastante pobres (salvo en Galicia) y por lo común se opta por una arquitectura de líneas rectas en la que los edificios más repetidos son las iglesias de nave única con numerosas capillas entre los cortafuertes. Andalucía, que cuenta con una gran cantidad de edificios y fachadas barrocas, fue un territorio donde el estilo encontró su propio lenguaje de la mano, sobre todo, de la pervivencia de cierta esencia mudéjar en unas construcciones en las que se introdujo el ladrillo rojo y una decoración muy abundante.