2. Adaptaciones como resultado de la actividad física
La práctica física continuada y el entrenamiento físico regular produce en el organismo una serie de cambios o modificaciones.
Estos cambios se denominan adaptaciones que tienen como consecuencia la aparición de diferencias morfológicas y funcionales respecto al organismo de un individuo que no realiza actividad física.
Estas adaptaciones se observan tanto en condiciones de reposo como durante el ejercicio.
Las adaptaciones del sistema locomotor que se producen como resultado de la práctica sistematizada de la actividad física se tratan a continuación.
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Imagen de Clker-Free-Vector-Images en Pixabay. Dominio público |
Importante
Las adaptaciones del sistema locomotor como consecuencia de la realización de actividad física supone la aparición de diferencias morfológicas y funcionales respecto al organismo de un individuo que no realiza actividad física.
Adaptaciones sobre el tejido óseo y los huesos
El hueso posee propiedades estructurales y mecánicas únicas. Se encuentra entre las estructuras más duras del cuerpo, siendo el tejido óseo uno de los tejidos de mayor intercambio metabólico que, además, permanece activo durante toda la vida.
El tejido óseo, como vimos en el tema anterior, está muy vascularizado, presenta una alta capacidad para la autorreparación y es capaz de cambiar sus propiedades y configuración en respuesta a las demandas mecánicas que recibe.
Las modificaciones en la estructura del hueso vienen dadas por la edad y las diferencias sexuales y conllevan cambios en su respuesta mecánica. Este hecho requiere que se tenga en cuenta al programar actividades físicas y deportivas para los distintos grupos poblacionales.
Una de las ventajas de practicar actividad física continuada, en particular, realizar ejercicios repetitivos con carga de peso es el mantener la densidad ósea. El hueso se adapta a la carga y estimula el crecimiento de nuevo tejido óseo, ralentizando la pérdida ósea.
Llevar una vida sedentaria es perjudicial para el sistema óseo. Como se ha dicho anteriormente, el hueso es tejido vivo y como tal se adapta a la actividad que realiza el cuerpo. Así, al llevar una vida sedentaria, nuestros huesos reciben el mensaje de que no necesitan ser fuertes, ya que rara vez se requieren para soportar todo el peso de nuestro cuerpo. Por el contrario, las personas activas tienen mayor masa ósea que las personas sedentarias, haciendo que su sistema óseo goce de una mejor salud.
Un ejemplo de la necesidad de ejercicio y carga para los huesos se tiene en las condiciones de ingravidez de los astronautas. Éstos deben realizar ejercicio físico continuado para evitar la pérdida de masa ósea.
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Imagen de NASA en Wikimedia Commons. Dominio público |
Adaptaciones sobre los cartílagos
Se producen las siguientes adaptaciones al realizar actividad física de forma continuada, para darle más consistencia a estas estructuras:
- El grosor del cartílago hialino aumenta ante ejercicios dinámicos para dar mayor capacidad de carga de compresión y amortiguación.
- Sobre los discos intervertebrales y meniscos se modifica su estructura fibrosa según la dirección de las cargas aplicadas.
- Se produce una hipertrofia de las fibras colágenas: aumenta el grosor de los tendones.
- Se modifica la estructura de las fibras tendinosas a nivel de inserción periostio-hueso: aumenta la capacidad de sujeción y tracción.
Adaptaciones sobre las fibras musculares
Dependiendo de la naturaleza (tipo, frecuencia, intensidad y duración) y del estímulo (ejercicio o entrenamiento), la respuesta adaptativa puede tomar diferentes formas:
- Hipertrofia: cuando las fibras aumentan su tamaño (y por lo tanto del músculo) pero mantienen su estructura y sus propiedades fisiológicas y bioquímicas. Técnicamente es el crecimiento de las células musculares sin que exista una división celular, el músculo sometido a este cambio ofrece por igual una mejor respuesta a la carga.
Este fenómeno se suele encontrar en los músculos de aquellos atletas que practican deportes anaeróbicos en los que repiten sucesivamente un mismo ejercicio, como son por ejemplo: el culturismo, la halterofilia y el fitness.
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Hipertrofia muscular |
- Remodelación sin hipertrofia: cuando las miofibras no aumentan de tamaño pero sufren modificaciones de sus características estructurales que, generalmente, van acompañadas de cambios en la vascularización.
- Respuesta mixta: cuando se combina la remodelación con la hipertrofia. Yendo más lejos, la modalidad y amplitud de la respuesta depende significativamente del perfil muscular basal previo al entrenamiento.
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El grosor aumenta para fortalezar la estructura sometida a las cargas de entrenamiento.
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Falso
No es cierto. El sistema muscular puede sufrir una adaptación sin que aumente el tamaño de las fibras musculares.