3.1. A priori, a posteriori

AV - Reflexión
Imaginemos estos dos enunciados: “Si alguien está soltero, entonces no está casado” y “Hay solteros infelices”. Aunque traten del mismo asunto, la condición de soltero, el modo en que llegamos a formular uno y otro enunciado son muy distintos. Para formular la primera afirmación, nos basta una mera reflexión a partir del significado de los conceptos soltero y casado; para la segunda, sin embargo, requerimos acudir a los hechos para comprobar si lo aquí afirmado concuerda con la experiencia o no. El primero sería un enunciado a priori, podemos validarlo sin necesidad de recurrir a la experiencia; el segundo sería a posteriori, solo la experiencia puede determinar si lo dicho ahí es cierto o no lo es. Un filósofo británico, Galen Strawson, definió un argumento a priori como aquél cuya verdad puedes reconocer sin levantarte del sofá, sin necesidad de salir fuera para investigar cómo funcionan las cosas en el mundo.
Te sugerimos que, de acuerdo con esta definición, determines si en el caso siguiente estamos ante un enunciado a priori o a posteriori: (Entrevista a Adole Tobeña, psicólogo y psiquiatra, en la revista Quo)
"La maldad es el goce reiterado y cruel con la desgracia ajena"

Importante
Como la ciencia se expresa mediante proposiciones o juicios, Kant estudia cuáles son los tipos de juicios que la caracterizan.
De acuerdo con los empiristas, admite que todo conocimiento comienza con la experiencia: las impresiones sensibles constituyen la materia del conocimiento. Sin embargo, no todo el conocimiento procede de la experiencia; concede al racionalismo que el sujeto es activo en el acto de conocer y aporta el elemento cognoscitivo que, aplicado sobre dichas impresiones produce el conocimiento. Por lo tanto, en el conocimiento intervienen dos elementos: el dato empírico o elemento a posteriori, proveniente de fuera de nosotros, y el elemento proporcionado por el sujeto cognoscente: el elemento a priori que actúa sobre los datos de la sensibilidad.
De acuerdo con los empiristas, admite que todo conocimiento comienza con la experiencia: las impresiones sensibles constituyen la materia del conocimiento. Sin embargo, no todo el conocimiento procede de la experiencia; concede al racionalismo que el sujeto es activo en el acto de conocer y aporta el elemento cognoscitivo que, aplicado sobre dichas impresiones produce el conocimiento. Por lo tanto, en el conocimiento intervienen dos elementos: el dato empírico o elemento a posteriori, proveniente de fuera de nosotros, y el elemento proporcionado por el sujeto cognoscente: el elemento a priori que actúa sobre los datos de la sensibilidad.
La existencia de un elemento a priori del conocimiento, independiente de la experiencia, es la condición que permite la elaboración de juicios científicos (universales y necesarios).
Según el modelo empirista de Hume, nuestro conocimiento parte de impresiones particulares y no es posible derivar desde ellas juicios necesarios. Este tipo de juicios universales y necesarios los reservaba el autor para el ámbito de las relaciones entre ideas (matemáticas), pero quedaban excluidos para el conocimiento de los hechos, de aquello que efectivamente ocurre, siendo que no cabe seguridad científica al respecto (física).
Kant comparte que la experiencia no puede ser el fundamento de proposiciones universales y necesarias, pero es una realidad que dichas proposiciones existen, como bien lo ejemplifican las ciencias. Y esto curre para él no solo en al ámbito de las matemáticas, como aceptaba Hume, sino también en el de la física. Podemos establecer juicios científicos gracias al elemento a priori que nosotros ponemos en al acto de conocer.

Actividad de Lectura
Kant mantiene la visión clásica de la ciencia como un saber que se expresa en proposiciones universales y necesarias. De este modo ratifica la existencia de este tipo de enunciados en la Crítica de la Razón Pura:
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Imagen de Víctor Rivero en Flickr. Licencia CC |
En esta visión del conocimiento, determinado por sus condiciones a priori, ya no tiene cabida la tesis clásica según la cual es el objeto el que determina el conocimiento, sino más bien al contrario, es el sujeto el que conforma el objeto según su propia forma de conocer.

AV - Pregunta Verdadero-Falso
Reflexiona y determina la verdad o falsedad de la siguiente expresión:
Retroalimentación
Falso
Es cierto que es el elemento a priori, independiente de la experiencia, el que permite la elaboración de las proposiciones científicas. Si nos basáramos en los hechos de la experiencia no podríamos llegar a inferir proposición universal y necesaria alguna, ya que los hechos son particulares y no nos instruyen sobre lo general. Los acontecimientos actuales no nos dan garantía sobre los futuros. Sólo con independencia de la experiencia puede nuestra mente determinar principios universales y necesarios, por ejemplo: "todos los puntos de una circunferencia han de ser equidistantes a su centro". Sin embargo, si esto fuese así sin más, Kant no haría otra cosa que insistir en los planteamientos ya elaborados por el racionalismo. Lo a priori no es un conocimiento sobre lo real que nuestra mente posee al margen de la experiencia, sino el instrumento que permite, a la vez que condiciona, el conocimiento de lo real. Los conocimientos a priori no nos descubren lo real en sí, sino lo que nosotros ponemos en el acto de conocer, las reglas a las que nuestro conocimiento debe ajustarse para que éste sea posible.