2.3. Etnográfico

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La Real Academia de la Lengua Española dice que la etnografía es "el estudio descriptivo de las costumbres y tradiciones de los pueblos". Por otro lado, habla de la etnología, a la que define como "la ciencia que estudia las causas y razones de las costumbres y tradiciones de los pueblos".

Como ves, ambos conceptos son complementarios: el primero es la descripción de estas costumbres y tradiciones y el segundo es la que estudia las causas de estas costumbres y tradiciones.

El patrimonio que veremos en este apartado es, por lo tanto, el relativo al primero (etnográfico), aunque sin el segundo difícilmente se podrían establecer marcas de identificación y protección.

La UNESCO, por seguir con la línea de definiciones que llevamos hasta ahora, dice del patrimonio etnográfico que es la cultura tradicional y popular, y que no es otra cosa que el conjunto de creaciones que emanan de una comunidad cultural fundadas en la tradición, expresadas por un grupo o por individuos y que reconocidamente responden a las expectativas de la comunidad en cuanto expresión de su identidad cultural y social; las normas y los valores se transmiten oralmente, por imitación o de otras maneras. Sus formas comprenden, entre otras, la lengua, la literatura, la música, la danza, los juegos, la mitología, los ritos, las costumbres, la artesanía, la arquitectura y otras artes."

De este modo, podemos cerrar la definición de patrimonio etnográfico como el conjunto de manifestaciones y formas de vida tradicionales, materiales o inmateriales, que definen las características propias de los distintos grupos que conforman una colectividad. Por un lado sirve para identificar su carácter tradicional (popular, folklórico, tópico...) y, por otro, tiene capacidad para estableces las marcas de unos rasgos que son propios de un lugar y que les da una identidad.

Verdiales en Málaga. Imagen de la web de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía

El patrimonio etnográfico tiene dos partes bien diferenciadas:

• Parte inmaterial (saberes, fiestas populares, folklore, gastronomía, costumbres, hábitos y formas de vida), que veremos más detenidamente a continuación
• Parte material (bienes muebles - como artesanías, aperos de labranza, utensilios... - y bienes inmuebles - como molinos, secaderos, bodegas... o cualquier tipo de construcción que tenga relación con los modos de vida de un pueblo).

En Andalucía, se habla del patrimonio etnológico como aquel que está integrado por los espacios construcciones e instalaciones, objetos y documentos de toda índole, actividades y manifestaciones inmateriales que alberguen o constituyan formas relevantes de expresión de la cultura y modos de vida del pueblo andaluz, o de alguno de los colectivos que lo forman.

Sí es importante que entiendas que el patrimonio etnográfico es algo vivo, es una construcción social viva, que cambia y evoluciona, adaptándose a las nuevas situaciones pero no olvidando las esencias. Aunque es cierto que una parte importante de este patrimonio, sobre todo el que hace referencia a modos de vida del pasado y de espacios básicamente rurales, se está perdiendo.

Salinas en Prado del Rey. Cádiz. Imagen tomada de la web de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Molino en El Almendro. Imagen tomada de la web del IAPH

Hay que tener en cuenta que durante mucho tiempo, el patrimonio etnográfico ha sido considerado una cuestión menor, un patrimonio de segundo nivel. Sin embargo, en la actualidad, se le concede la importancia que merece, por cuanto éste nos identifica con un territorio y con un pueblo. Nuestra esencia está, como no, íntimanente ligada a ello. ¿Cómo obviar la relación de la gastronomía andaluza con nuestra identificación como pueblo? Y esto es muy general. Piensa, como te planteábamos en la actividad anterior, en los modos de cultivo o de artesanía de tu pueblo, ¿no hay una relación directa en lo que somos ahora con lo que éramos antes?

Andalucía, por ejemplo, desarrolló en la LPHA (la ya citada Ley de Patrimonio Histórico Andaluz) de 2007, en la que le dedicó todo un título (el VI, con los artículos del 61 al 64) al Patrimonio Etnológico. Esto, sin tener en cuenta que en el desarrollo del resto del títulos, este patrimonio es tratado de forma habitual.

En la actualidad, los museos de artes y costumbres populares, o directamente etnográficos, se exponen y explican estos elementos que quedan fuera del concepto cerrado de "patrimonio artístico" y que quizá no tengan una influencia histórica determinante para grandes hechos. Sin embargo, y como ya hemos repetido, estos elementos son determinantes para explicarnos a nosotros mismos como pueblo, de dónde venimos y, quizá, hacia dónde vamos. La etnografía nos ha de servir de motor para el desarrollo social a partir de la recuperación de las raíces y de la identidad. No podemos, o mejor dicho, no debemos, olvidarla.

En este tipo de museos los archivos, sobre todo de imágenes, tienen una importancia vital. La fotografía y la pintura sirven de testimonio determinante para el conocimiento de mucho de este patrimonio perdido o abandonado. De ahí que el trabajo de investigación se base mucho en estas fuentes documentales visuales.