1.2. Jornaleros vs propietarios

XV Duque de Medinaceli, el mayor latifundista de su época. Publicado en Wikimedia Commons, bajo licencia creative commons.

• Con las desamortizaciones, los grandes terratenientes pudieron aumentar sus posesiones. Dado que la venta de los bienes expropiados tanto a la Iglesia como a los municipios se hizo en subasta pública, fueron los más ricos los que pudieron comprar estas tierras. Aunque algunos burgueses enriquecidos con el comercio invirtieron en propiedades agrarias, la mayor parte de estas tierras fueron compradas por los grandes nobles latifundistas; será el caso de casas nobiliarias como la de Medinaceli o Alba, que se convierten en dueños de enormes extensiones de terreno en el campo andaluz y extremeño.

• Los campesinos quedaron en muchos casos en una posición mucho peor de la que tenían antes de las desamortizaciones. En toda la mitad sur de España a la mayoría de ellos no le quedará otro remedio que trabajar como jornaleros en una situación de explotación y miseria casi absoluta.  

• Esto va a provocar una importante conflictividad social; lo que a mediados del siglo XIX empezaron siendo revueltas se convierte con el paso del tiempo y la llegada de los movimientos obreros (anarquismo, sobre todo) en un grave enfrentamiento que será una de las causas principales de la Guerra Civil española en el siglo XX.

Cueva del gato, típico lugar de refugio de los bandoleros. Archivo de wikimedia commons, bajo licencia creative commons.

La situación del campesinado se hacía insostenible cuando a toda esta desigualdad se unían elementos exteriores que empeoraban aún más su nivel de vida. A mediados de los años 50, por ejemplo, se vivieron varios años de malas cosechas; ello, unido a conflictos exteriores como la Guerra de Crimea provocó que el precio de los alimentos más básicos (en especial el trigo) aumentase. En este contexto, se producían las llamadas crisis de subsistencia: las clases más populares no tenían dinero ni siquiera para los productos de primera necesidad. De hecho, esta crisis de subsistencia estuvo detrás de los movimientos de protesta que provocaron el final del Bienio Reformista en 1856.

En este contexto, asistimos a diversos hechos que no son sino el reflejo de la miserable situación del campo español, en especial en la zona latifundista del sur de España:

• El bandolerismo: Mitificado por la crónica romántica de los viajeros extranjeros, el bandolero es la consecuencia lógica de su tiempo: al igual que las partidas de guerrilleros de la época de la Guerra de la Independencia, el bandolero se refugia en las montañas para huir de la miseria del campo y buscarse la vida por medio del robo, el pillaje y el contrabando.
• Las revueltas campesinas: Las condiciones de los campesinos son tan terribles que en este a mediados de siglo comienzan a producirse importantes revueltas campesinales. Será en el campo andaluz donde ideologías como el anarquismo vayan a gozar de mayor predicamento a finales del siglo XIX.