2.2. Los "neos": el historicismo

Si desde la segunda mitad del siglo XVIII el neoclásico va a ser el estilo imperante en todas las expresiones artísticas, desde finales del mismo siglo y hasta bien entrado el XIX, será el romanticismo el lenguaje estético que más éxito tenga.

El romanticismo trataba de romper los esquemas tradicionales asociados a la antigüedad clásica y al renacimiento. Frente a esa quietud, esa armonía y esa inexpresividad tan características del neoclásico, el romanticismo planteaba algo más potente, más vivo y más expresivo.  El romanticismo, además, va a ser el estilo del nacionalismo, el que va a tratar de identificar las características artísticas de una zona con su historia o con su identidad.

En arquitectura estas características se suman para hacer surgir un lenguaje que ensalce los valores del pasado con los que más se siente identificado de cada zona y que se oponga al neoclasicismo de claro raigambre italianizante.

Quizá el estilo que más éxito va a tener sea el neogótico, ya que se va a convertir en el preferido en diferentes zonas. En Inglaterra, por ejemplo, el neogótico se convierte en el gran estilo nacional, por oposición al lenguaje renacentista, barroco y neoclásico que provenía de Europa. Lo mismo ocurre en los países del norte de Europa, especialmente Alemania, dónde la verticalidad y la funcionalidad del gótico se convirtieron en claves del desarrollo arquitectónico del momento. No hay más que viajar a cualquier ciudad nórdica para ver lo exitoso de esta propuesta. 

Catedral de San Olaf. Oslo. 1860. Interior Catedral San Olaf. Oslo
Catedral de San Olaf. Oslo. 1860.
Imagen de Cnyborg en Wikipedia. Lic. GNU
Interior Catedral San Olaf. Oslo.
imagen Imagen de Cnyborg en Wikipedia. Lic. GNU

Pero será en Francia dónde aparezca el mayor de los teóricos y restauradores del neogótico europeo: Eugène de Viollet – le – Duc. Este arquitecto parisino se formó, como todos, dentro de los esquemas clásicos propios del momento, pero rápidamente se interesó por un arte que estaba completamente denostado por la Academia francesa: el medieval. Desde que Vasari hablara del gótico como un “arte de bárbaros”, los esquemas estéticos medievales cayeron casi en el abandono, hasta que Viollet – le – Duc decidió volverlos a poner en valor, de ahí que su importancia como teórico quedara fuera de toda duda.

Más discutida fue, sin embargo, su labor como restaurador. Es cierto que en sus manos tuvo muchas obras que habían sido abandonadas o destruidas por la Revolución Francesa y que él las revitalizó, pero también lo es que en la mayoría de ellas su intervención fue excesiva, incluso en catedrales de la talla de Paris o Reims (recuerda lo que ya comentamos viendo la catedral de León). Su celo por el gótico le llevó, no solo a terminar construcciones inacabadas desde la propia edad media, sino también a despojar los edificios góticos de cualquier resto que no fuera puramente medieval, lo cual, le quitaba gran parte de la historia y del espíritu de la obra original.

Sea como sea, lo cierto es que su trabajo permitió, como decíamos antes, poner en valor un estilo que había sido denostado por la estética academicista.

Puente viejo de Carcassone. Ciudad restaurada por Viollet – le - Duc.
Puente viejo de Carcassone. Ciudad restaurada por Viollet – le - Duc.
Imagen en Wikipedia. Lic. GNU

En Londres, como en Inglaterra, el neogótico se convierte prácticamente en el estilo nacional, en el que articular la estética constructiva y decorativa británica.

Una de las obras más importantes es, como no, el Parlamento de Londres o Palacio de Westminster, diseñado en 1860 por los arquitectos Charles Barry y Augustus Pugin. Esta construcción usa todos los esquemas constructivos estéticos del gótico dentro de una estructura mucho más serena y, por lo tanto, clásica. Digamos que las torres, las agujas y los arcos apuntados permiten romper unas líneas que, sin ellos, serían mucho más básicas. 

Palacio de Westminster o Parlamento de Londres. Barry y Pugin. 1860
Palacio de Westminster o Parlamento de Londres. Barry y Pugin. 1860.
Imagen de Danikauf  en Wikimedia. Lic. GNU

Importante

La conexión romanticismo - nacionalismo lleva a la arquitectura a un nuevo formato estético (aunque de nuevo tenía poco): el historicismo. El modelo estético arquitectónico que más éxito tuvo entre mediados del XIX y principios del XX fue el historicismo, un lenguaje que hacía una relectura, o más bien una copia, del pasado. Si años antes el neoclasicismo había sabido adaptar los modelos clásicos al siglo XVIII y principios del XIX, ahora serán otros "neos" los que tengan éxito. Especialmente prolífica será la obra neogótica que, de hecho, se convierte en casi un estilo nacional en Inglaterra.

Poco después, como veremos, el neogótico sí fue capaz de ofrecer avances y conexión con el momento que vive, sobre todo gracias al uso de nuevos materiales, especialmetne el hierro.

Pregunta Verdadero-Falso

Lee las siguientes preguntas e indica si son verdaderas o falsas

Pregunta 1

Hay una conexión directa entre el romanticismo, un estilo eminentemente pictórico y musical con el nacionalismo y que tienen su extensión en la arquitectura en el historicismo

Pregunta 2

Sin duda, dentro del os neos, el que más éxito va a tener será en neogótico, especialmente en Francia y, como no, en Inglaterra

Pregunta 3

La figura de Violet le Duc es determinante para entender la importancia de este neogótico en Francia. Lo cierto es que su obra, especialmente como restaurados nunca fue discutida y sus plantes de reconstruir edificaciones medievales según sus modelos goticistas fue admitida por todos

Curiosidad

Ojo, esta curiosidad contiene un spoiler.

El Palacio de Westminster, uno de los edificios emblemáticos de Londres. En nuestro imaginario colectivo es normal relacionar Londres a este edificio, especialmente a su torre reloj, el famosísimo Big Ben que, como sabes es una construcción de finales del XIX y que se enmarca claramente en el estilo neogótico tan característico de la arquitectura británica de este momento.

Este edificio ha sido usado muchas veces como localización de películas y series, pero quizá nadie llegó tan lejos como Alan Moore y David Lloyd en su cómic V de Vendetta y, por supuesto, James McTeigue con el traslado de este cómic a la gran pantalla, cuando, en homenaje a Guy Fawkes, aquel personaje que a principios del XVII intentó volar el edificio con el rey Jacobo I dentro y así recuperar una monarquía católica para Inglaterra, lo hizo explotar.

Si no has leído el cómic, siempre es un buen momento porque es una auténtica obra maestra. La película, sin llegar a su nivel, no deja de ser tremendamente interesante.

Aquí de dejamos la escena final. Sentimos el spoiler, pero nos sirve para cerrar esta curiosidad y este apartado... 

GREAT SCENE - V for Vendetta (finale).
Vídeo de cinefilikos alojado en Youtube