1.1. Las revoluciones liberales y la Revolución Indusrtial
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Revolución de 1830. Combate en la calle de Rohan. H. Lecompte Imagen en Wikipedia. Dominio público |
LA REVOLUCIÓN FRANCESA
En 1789 se inicia la Revolución Francesa, con ella comienza un periodo de casi un siglo en el que se van a suceder una serie de revoluciones que tienen un denominador común: el liberalismo político, la necesidad de terminar con el Antiguo Régimen y el sistema político que lo sostenía, el absolutismo. Se acabó aquello de que el Rey controla todos los poderes, pero es más, se acabó también aquella imagen tan paternalista de todo para el pueblo pero sin el pueblo. El siglo XIX entra con la idea clara de que el pueblo debe ser para el pueblo y con el pueblo.
Como comprenderás esto es un proceso largo y si en la primera revolución (la de 1789) la reclamación última es la desaparición de los privilegios, conformen las revoluciones avanzan, las peticiones son cada vez de mayor calado (soberanía nacional, soberanía popular, democracia…).
Una cosa sí tienes que tener muy clara y es que quién lidera las revoluciones de 1789, la de 1820 y la de 1830 es la burguesía, que poco a poco va alcanzando el poder económico gracias a sus inversiones durante la revolución industrial y ahora quiere ya un poder político que sigue en manos de la monarquía y la nobleza. Esta es la razón de ser de los primeros movimientos revolucionarios. Es cierto que el pueblo se suma, pero sobre todo debes tener claro que quién las lidera y quién verdaderamente se ve beneficiado por los resultados de las revoluciones es la burguesía.
Tanto es así que, a partir de la revolución de 1848, cuando las reclamaciones comienzan a ser verdaderamente populares, es la burguesía la que se opone a ella, la que lucha frente a estos movimientos sociales que tratan, en definitiva, de mejorar unas circunstancias penosas.
Sea como sea, lo cierto es que el absolutismo ha llegado a su fin (a pesar de los intentos de volver a ellos de la década de los 20) y que un nuevo momento histórico va apareciendo. Pero no solo de política vive el hombre, así que vamos a seguir…
LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Nada de nuestra actual actividad económica se puede explicar sin este proceso que se inició a mediados del siglo XVIII en Inglaterra y que se extendió al resto de Europa occidental (salvo a España) durante el siglo XIX.
La invención de la máquina de vapor y todas las innovaciones que la continuaron marcó un antes y un después para la actividad industrial mundial y para las relaciones económicas y sociales.
La aplicación práctica de estos nuevos inventos en industrial, minería, transporte o agricultura produjo una serie de cambios fundamentales para la evolución económica europea y mundial.
El proceso industrial afectó a todos los niveles: las mejoras técnicas permitieron que en el campo la tecnificación fuera sustituyendo a los antiguos arados y aperos, de modo que la productividad creció y gran parte del campesinado tuviera que marchar a la ciudad en busca de un trabajo que en el campo ya hacían las máquinas. En la ciudad, las grandes fábricas esperaban con los brazos abiertos a cientos de obreros que trabajarían en jornadas extenuantes y casi inhumanas por un salario misérrimo y sin prestación alguna.
A la vez, estas mejoras técnicas también se aplicaron al transporte, de modo que tanto las materias primas como las mercancías llegaban más rápido y más barato a sus destinos respectivos gracias al ferrocarril o al barco de vapor.
Como ves, todo un proceso global que, entre otras cosas, permitió un crecimiento demográfico significativo gracias a las mejoras en la producción de alimentos o a los avances médicos, a la vez que un crecimiento económico sin parangón en la historia.
Todo esto también afectará al arte, concretamente a la arquitectura, que verá cómo se hará necesario construir espacios nuevos para los nuevos medios, como las estaciones de ferrocarril, y que para ello, aprovechará los nuevos sistemas y los nuevos materiales, entre ellos, el hierro, que llevaba usándose desde la antigüedad, pero que hasta el siglo XVIII, gracias a las nuevas técnicas que logran un hierro mucho más consistente, no podrá usarse para estructuras arquitectónicas.
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W. Turner. Lluvia, vapor y velocidad. 1844. Imagen en Wikipedia. Dominio público |

Importante
El siglo XIX es el siglo de las Revoluciones liberales, del éxito de las ideas de la Ilustración y del triunfo de la industrialización, que viene de la mano del liberalismo económico y, con ello, del capitalismo.
Las revoluciones iniciadas en EE. UU y en Francia a finales del XVIII tienen su extensión de carácter burgués en las oleadas revolucionarias de los años veinte y treinta del XIX, con un momento de cambio y de deriva hacia lo obrero con la Revolución del 48.
La Revolución Industrial, además, del desarrollo de las ideas liberales y del acceso de la burguesía al poder, llegan de la mano de un aumento de la productividad, de una mejora de los transportes, de la mecanización progresiva del campo, del crecimiento demográfico y de un proceso de concentración poblacional en el espacio urbano. Se viene, con todo ello, una nueva configuración social, política y económica que determina al ser humano occidental y contemporáneo.

Pregunta Verdadero-Falso
Lee las siguientes afirmaciones e indica si son verdaderas o falsas:
Retroalimentación
Falso
No, claro, no es el feudalismo sino el Antiguo Régimen
Retroalimentación
Falso
No, fue la burguesía; de hecho, el proletariado, como tal, como grupo social vinculado al espacio urbano y al trabajo industrial, en Francia aún no ha aparecido en 1789.
Retroalimentación
Verdadero
Retroalimentación
Verdadero
Retroalimentación
Falso
Obviamente es falso. La Revolución Industrial trae consigo nuevos usos, nuevos espacios a los que la arquitectura es capaz de dar respuesta