2.2. Contrarreforma Católica
Esfuerzos por renovar la iglesia católica existieron en España e Italia desde medio siglo antes de que apareciera Lutero, aunque es cierto que el proceso solo cristalizará a raíz del Concilio de Trento. Estas primeras intentonas serán llevadas a cabo tanto por laicos como por eclesiásticos e incluso por algunos príncipes. En el siglo XV surgen por Italia una serie de asociaciones formadas principalmente por laicos aunque dirigidas por miembros de algunas órdenes mendicantes que se llamaban hermandades u oratorias y que estaban dedicadas a fines caritativos. De estas fraternitas nacerán incluso algunas órdenes religiosas como los teatinos.
Las órdenes mendicantes también fueron renovadas con el objetivo de cuidar la formación teológica y moral de los clérigos y recuperar la disciplina de la vida monástica. En España, la Reforma comenzó por iniciativa de la monarquía, en principio aconsejada por la orden de San Jerónimo, pero sin duda la orden que más aportó a la reforma del catolicismo universal fue la Compañía de Jesus.
COMPAÑÍA DE JESÚS
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Símbolo de la Compañía de Jesús Imagen en Wikimedia Commons de Moranski bajo Dominio Público |
Ignacio de Loyola Imagen en Wikimedia Commons de Rotational bajo Dominio Público |
Ignacio López de Loyola fue un noble vasco dispuesto a realizar grandes obras en servicio y para gloria de Dios que un día cambió la espada por el hábito, viajó a Tierra Santa y se puso a estudiar. Pasó por las universidades de Alcalá de Henares y Salamanca y publicó un libro sobre sus Ejercicios Espirituales que le causó serios problemas con la Inquisición, por lo decidió exiliarse a París en 1533. Allí fue creando un círculo de seguidores y perfilando el proyecto de su obra hasta que, en 1540, marcha a Roma dispuesto ya a fundar la Compañía de Jesús, para lo que cuenta con la aprobación del Papa Paulo III. La nueva orden contaba con cuatro votos (pobreza, castidad, peregrinaje a Tierra Santa y obediencia al Papa) y pronto alcanzaría una gran difusión por España, Italia, Portugal y Alemania, llegando a haber jesuitas en partes tan recónditas del mundo como Brasil, China o la India. Su labor fue muy importante para combatir el protestantismo y en la recuperación del catolicismo en algunos territorios de Centroeuropa. Al principio se dedicaban a la predicación personal pero, con el tiempo, fueron también fundando colegios, residencias e incluso universidades, convirtiéndose la Compañía en la principal institución educadora de la iglesia católica.
EL CONCILIO DE TRENTO
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Tiziano también pintó al Papa Paulo III Imagen en Wikimedia Commons de Alberto Fernández Fernández bajo CC |
Fue un concilio ecuménico de la Iglesia Católica Romana que se desarrolló principalmente en la ciudad italiana de Trento durante 25 sesiones entre los años 1545 y 1563. Fue convocado por el Papa Paulo III pero realmente fue impulsado por el emperador Carlos V, quien buscaba acercar posturas con los reformistas para poder dedicarse a la amenaza turca. No obstante, los protestantes alemanes llevaban reclamando un concilio desde 1518.
Tras dos intentos fallidos, el concilio es al fin convocado en mayo de 1542 pero la guerra impide que no se realice su apertura hasta diciembre de 1545. Una vez inaugurado, será interrumpido y reiniciado en varias ocasiones, a lo que hay que añadir un traslado a la ciudad de Bolonia en 1547 a causa de una plaga. Finalmente, será clausurado en diciembre de 1563.
El Concilio se realizó para afrontar los problemas dogmáticos de la fe católica y para abordar la reforma del clero. Se fijará el contenido de la doctrina cristiana estableciendo algunos dogmas incontestables como considerar la naturaleza del hombre como buena, que la fe se obtiene a traves de las Sagradas Escrituras complementadas con la tradición de la iglesia o que la misa es un sacrificio y una acción de gracias. Se delimita el papel de la iglesia dentro de la religión y se aborda el posicionamiento acerca de la predestinación por la fe. También se regula la vida pastoral, estableciéndose para el episcopado los deberes de residencia, de visita pastoral diocesana, de predicación y de convocatoria frecuente de sínodos. Para los párrocos quedan regulados los deberes de residencia, de predicación, de austeridad o de vestimenta, entre otros. Además, se incide en poner gran celo en la selección y formación de los nuevos sacerdotes. Estas medidas no acabaron con la crisis de la iglesia católica pero al menos ayudaron a mejorar la imagen de la vida eclesiástica.

Importante
Deseos de renovación dentro de la iglesia católica ya existieron desde antes de que apareciera Lutero, como se puede ver en los esfuerzos por mejorar la vida religiosa que venían realizando las hermandades o las órdenes mendicantes desde hacía un siglo.
Con la aparición del protestantismo, desde Roma ya se empezó a ser consciente de la necesidad de un gran esfuerzo para la renovación del catolicismo universal. Para ello se utilizaron dos instrumentos fundamentales. la Compañía de Jesús y el Concilio de Trento. La Compañía de Jesús fue creada por Ignacio de Loyola en 1540 y su labor evangelizadora y educadora se extendió rápidamente por todo el mundo, teniendo también la orden un papel muy activo en el funcionameineto del Concilio de Trento. Dicho concilio, que se prolongó cerca de 20 años, sirvió para afrontar las controversias dogmáticas de la fe católica, así como para reformar los diferentes aspectos de la vida del clero, en una búsqueda por devolver el prestigio al orden eclesiástico.
