1.2. La Monarquía Absoluta
Este vídeo trata sobre la situación de cada una de las potencias europeas durante el periodo absolutista |
Dijimos más atrás que una de las características del Antiguo Régimen era la presencia, como sistema político, de la monarquía absoluta o, cuando menos, autoritaria. Hay que explicar que esta pequeña puntualización vendría dada porque dentro del Antiguo Régimen no siempre existió el mismo sistema político dse gobierno. De esta forma, se suele decir que el XVI fue un siglo donde predominaron las monarquías autoritarias, el XVII las monarquías absolutas y el XVIII el despotismo ilustrado. Cada uno de estos sistemas se parece bastante al anterior y son simples matices los que diferencian. Nosotros aquí vamos a centrarnos solo en el estudio de la monarquía absoluta, ya que las monarquías autoritarias ya las analizamos cuando vimos la creacion de los Estados Modernos en el tema anterior, y el Despotismo Ilustrado es un concepto que ya observaremos en la próxima unidad.
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Jean Bodino, un de los teóricos del absolutismo Imagen en Wikimedia Commons de Tabularius bajo Dominio Público |
Las guerras y crisis político-sociales que asolaron Europa la segunda mitad del XVI y principios del XVII extendieron la idea de lo favorable que sería para los países contar con un poder real fuerte y estable que fuera capaz de garantizar el orden y la paz (al menos interna). Autores de la época como Bodin, Bossuet o Hobbes reforzaron en la sociedad la teoría de que lo mejor para el funcionamiento de un estado es que todo el poder se concentre en una persona, por lo que durante el siglo XVII, en la mayoría de territorios europeos, acabará por imponerse, en mayor o menos grado, el sistema absolutista.
La principal característica de la Monarquía Absoluta es el hecho de que el poder del monarca no está sujeto a ninguna limitación fuera de la ley divina. Su poder es único, indivisible e inalienable (el Estado soy yo, que diría Luis XIV de Francia). El monarca recibe el poder de Dios y no debe justificarse ante nadie más que él.
El rey considera que no necesita de Parlamento o Cortes para gobernar y suprime cualquier atisbo de autonomía territorial dentro de su reino, llegándose a la centralización total en el estado, la cual se mantenía mediante dos instrumentos fundamentales que tenía bajo su mando: un ejército permanente y una burocracia de confianza. De esta forma los monarcas fueron capaces acumular tanto poder que llegaron a detentar los tres poderes en su única persona. Tomaban todas las decisiones importantes del ejecutivo: declaraban guerras, firmaban paces, asignaban presupuestos, fijaban impuestos o nombraban a los funcionarios. En el legislativo, las leyes se dictaban atendiendo a la voluntad personal del monarca, quien no tenía la obligacion de garantizar ningún derecho de sus súbditos, sobre todos de los no privilegiados. Y respecto al poder judicial, dirigían toda la administración de justicia, la cual funcionaba en su nombre, eligiendo a sus funcionarios, promoviendo el uso de la tortura o estableciendo penas a su antojo.
No obstante, el hecho de que el poder del monarca fuera ilimitado, tampoco quería decir que los reyes optasen por organizar todos y cada uno de los aspectos del funcionamiento de sus reinos, ya que por lo común delegaban multitud de funciones en intermediarios que normalmente provenían de la nobleza, la iglesia o las agrupaciones municipales. Es más, en algunos casos se diría que el gobierno de algunos monarcas incluso estaba bastante mediatizado por algunos factores externos a su persona, tales como podían ser las dificultades financieras o la influencia de su círculo de confianza (de todos es conocido el poder de validos, secretarios y ministros del rey en la España y Francia del XVII)
Las libertades individuales están muy reducidas. Los cuerpos de policía están ya extendidos por casi todos los estados y cuentan con la libertad de arrestar a cualquier persona simplemente porque lo ordenara el rey, sin que debiera existir un motivo palpable para tal detención. La obediencia a las fuerzas del rey debía ser absoluta. En lo religioso, los súbditos debían obligatoriamente practicar la religión de su monarca, y para este propósito se desarrollará en la mayoría de reinos un gran aparato de vigilancia, censura y persecución religiosa, normalmente dirigida por la autoridad eclesiástica.
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La tortura y la persecución religiosa eran muy comunes en los estados absolutistas Imagen en Wikimedia Commons de BetacommandBot bajo Dominio Público |
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Luis XIV pintado por Rigaud en 1701 Imagen en Wikimedia Commons de Carolus bajo Dominio Público |
Absolutismo hubo en muchas zonas de Europa desde la Península Ibérica hasta Rusia, pero sin duda el ejemplo más perfecto y acabado de monarquía absoluta la encontramos en la Francia de Luis XIV, quien estaba convencido de que su poder era de origen divino y de que no debía estar limitado por ninguna ley. Fue conocido como el Rey Sol y se hizo construir el Palacio de Versalles como un verdadero templo donde se le rindiera culto a su persona.
Su mérito radicó en que fue un hombre con una gran inteligencia y capacidad de trabajo que no dejaba que nada se decidiera sin su aprobación. Puso a la nobleza de su parte y se lanzó a la guerra para consolidar su proyecto de hegemonía europea, por lo que supo rodearse de un fuerte ejército de mercenarios pagados directamente por él. También tomó medidas para reafirmar su autoridad dentro de su país, como dejar de convocar los Estados Generales (parlamento de Francia) o revocar el Edicto de Nantes, lo que obligaba a sus súbditos a practicar la religión católica. En el apartado económico confió en su ministro Colbert, quien apostó por un mercantilismo de precios bajos y alto consumo que fomentó la exportación. Francia se convirtió en la nación más importante del mundo y el francés se impuso como la lengua principal de la diplomacia y la alta sociedad de todo el mundo, pero todo esto jamás hubiera podido llevarse a cabo sin la labor previa de figuras tan importantes como Richelieu (primer ministro de Luis XIII), que convirtió a Francia en la primera potencia militar europea y reforzó la autoridad real sometiendo a la nobleza y a los hugonotes; o de Mazarino (regente durante la minoría de edad de Luis XIV), quien derrotó a los nobles que se habían revelado contra la autoridad real en la conocida Fronda de 1650.
En España, la incapacidad de los monarcas Felipe III y Felipe IV, quienes gobernaron a través de validos, hizo que el absolutismo no se impusiera verdaderamente en nuestro país hasta ya entrado el siglo XVIII, cuando Felipe V gana la Guerra de Sucesión en 1715. Mientras, en Inglaterra, pese a sus deseos absolutistas, tanto los Tudor como los Estuardos fueron incapaces de evolucionar de una monarquía autoritaria a una absoluta, con lo que el arraigo del parlamentarismo ya nunca desaparecería en las islas.
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Parque y palacio de Versalles, símbolo del esplendor de la Francia del Rey Sol Imagen en Wikimedia Commons de Remi Jouan bajo CC |

Importante
La monarquía absoluta es el sistema político propio del Antiguo Régimen. Este sistema se basa en el hecho de que el poder real no cuenta con ninguna limitación más allá de la ley divina. El soberano recibe el poder directamente de Dios y por ello no debe rendir cuentas a ninguna institución terrenal. El monarca absoluto contará con un gran afán centralizador y se rodeará de un gran aparato burocrático a su servicio y de un fuerte ejército permanente que eviten cualquier tipo de injerencia en su autoridad. El ejemplo más perfecto de monarquía absoluta en Europa fue la Francia del Luis XIV.

Ejemplo o ejercicio resuelto
Lee el siguiente fragmento de texto de Bodin y responde a las siguientes preguntas razonando tus respuestas:
"La soberanía no es limitada, ni en poder, ni en responsabilidad, ni en tiempo (...). es necesario que quienes son soberanos no estén de ningún modo sometidos al imperio de otro y puedan dar ley a los súbditos y anular o enmendar las leyes inútiles (...). Dado que, después de Dios, nada hay mayor sobre la tierra que los príncipes soberanos, instituidos per Él como sus lugartenientes para mandar a los demás hombres, es preciso prestar atención a su condición para, así, respetar y reverenciar su majestad con la sumisión debida, y pensar y hablar de ellos dignamente, ya que quien menosprecia a su príncipe soberano menosprecia a Dios, del cual es su imagen sobre la tierra."
Jean Bodin. Los seis libros de la República. 1576.
- ¿Qué sistema político está defendiendo Bodin?
- ¿De dónde o de quien cree el autor que reciben el poder de los soberanos?
- ¿Podrías citarme algún otro teórico del absolutismo?