1.1. Sociedad y Economía en el Antiguo Régimen

El Antiguo Régimen se caracteriza por tener un ciclo demográfico antiguo, es decir, por ser un período en el que el crecimiento de la población estará bastante estancado, ya que, pese a que el índice de natalidad era realmente alto (se cree que cada mujer tenía de media cinco hijos), la mortalidad era también elevadísima. Las guerras, las epidemias, las malas cosechas, la falta de higiene o el atraso en la medicina serían algunas de las causas que explicarían esta acusada mortalidad, la cual era especialmente cruel con los niños, situándose la esperanza de vida en torno a los 45 años. Esto continuaría así hasta principios del XVIII, cuando empezarán a producirse importantes logros en el descenso de la mortalidad gracias fundamentalmente a los avances en la agricultura, la higiene o la medicina y ser éste un siglo más benévolo en cuanto a guerras y climatología que sus predecesores.

SISTEMA ECONÓMICO

La economía del Antiguo Régimen era básicamente agraria. Cerca del 90% de la población era rural y se dedicaba a la agricultura. La tierra era la fuente de riqueza más importante y su propiedad pertenecía casi exclusivamente a la nobleza y a la iglesia, quienes contaban con mecanismos para no poder desprenderse de ellas (mayorazgos, manos muertas...).  Las tierras con las que contaba un señor (tanto eclesiástico como nobiliario) constituían los señoríos territoriales y solían estar divididos en una reserva, o zona donde se encontraban la residencia señorial, las mejores tierras y las instalaciones comunes (molinos, hornos, establos...) y unos mansos, las tierras cedidas a los campesinos para su usufructo. El señor gozaba de jurisdicción sobre todo su territorio.

En este cuadro de Brueghel vemos cómo los campesinos realizan la siega de sus cosechas Imagen en Wikimedia Commons de Rythin bajo Dominio Público

Era esta una agricultura de subsistencia con unos rendimientos tan bajos que apenas se lograba excedente, por lo que alguna situación meteorológicamente desfavorable era capaz de generar una crisis de subsistencia. Esto se debía a lo obsoleto del utillaje con el que el campesino contaba, la poca ayuda animal de la que podía disponer y a los primitivos métodos de cultivo que se utilizaban (barbecho, semillas de baja calidad, etc). Lo común era el policultivo, normalmente cerealístico, aunque podían existir algunas tierras especializadas en la vid o el lino. Normalmente se empleaban dos tipos de explotaciones agropecuarias, los campos abiertos (open fields), para el cultivo, y las zonas comunales, para el pastoreo. La producción ganadera era también muy deficiente, ya que no se contaba con suficiente cereal para alimentar al ganado.

En los centros urbanos se hallaban los artesanos, quienes estaban agrupados en gremios, unas corporaciones de origen medieval que acogían a los trabajadores que practicaban un mismo oficio. Los gremios regulaban todos y cada uno de los aspectos de la actividad artesanal, tanto las referentes a los trabajadores, como las que tenían que ver con la producción. Regulaban la formación de los aprendices, fijaban el número de maestros y oficiales, marcaban los precios y los salarios, controlaban la calidad de los productos, suministraban los materiales necesarios y limitaban el volumen de la producción, con lo que su existencia suponía la anulación de la competencia entre artesanos, ya que buscaban el equilibrio entre la oferta y la demanda. Por esta razón, cuando en la Edad Moderna empezó a aumentar la demanda sobre algunos productos, algunos burgueses encontraron la forma de saltarse la rigidez de los gremios logrando que los campesinos manufacturaran estos productos (normalmente textiles) en sus hogares rurales durante sus ratos libres. A este sistema de producción se le llamaría putting-out system si el material y utillaje necesario era puesto a disposición del campesinado por algún empresario, o domestic system si el campesino se encargaba de todo el proceso de producción y el empresario solo se dedicaba a comerciarlo.

Ya en el XVIII se avanzará más hacia la producción industrial con la aparición de las llamadas Manufacturas o  Manufacturas Reales, unas instalaciones creadas o impulsadas financieramente por los monarcas para satisfacer la demanda de algunos determinados productos (normalmente de de lujo). La novedad consiste en que una gran cantidad de trabajadores pueden realizar su labor a cambio de un salario en unas instalaciones comunes diseñadas para ello, por lo que se puede ver como un antecedente de la fábrica. Gracias a estas novedades, el comercio, que vivía retraído a causa de la escasez de producción agrícola y artesanal y por el escaso de desarrollo de los medios y las vías de transporte, recibiría ahora un fuerte impulso en su desarrollo gracias tanto a estas nuevas formas de producción, como a las posibilidades comerciales que había supuesto la colonización del continente americano.

Dispositivo para tejer similar a los que tenían los campesinos en sus casas Imagen en Wikimedia Commons de Tomasz Sienicki bajo CC	La francesa Manufactura de Gobelinos fue inaugurada en 1662 y se dedicaba a la producción de tapices, alfombras y otros textiles Imagen en Wikimedia Commons de LPLT bajo CC

En cuanto a la política económica, los estados más fuertes promovieron las prácticas mercantilistas, las cuales se basaban en la posesión de la mayor cantidad de metales preciosos posible y en la búsqueda de una balanza comercial favorable en la que las exportaciones debían ser muy superiores a las importaciones y para ello encaminan todas sus medidas, tales como la creación de Manufacturas Reales, la financiación de las compañías comerciales privadas, la cobertura militar a las expediciones  comerciales o la protección de la producción nacional mediante la fijación de precios, aranceles o tasas. La necesidad de capital para todo este tipo de grandes acciones hizo que el mundo de las finanzas y el crédito se desarrollaran enormemente, sobre todo gracias al enorme volumen monetario que movía el comercio colonial.

ESTRUCTURA SOCIAL

La estructura social del Antiguo Régimen era la misma de la Edad Media, un sistema de tres estamentos cerrados cuya pertenencia a cada uno de ellos venía determinada por el nacimiento y en el que no existía la posibilidad de movilidad o promoción social. La desigualdad, por tanto era el rasgo definitorio de este sistema, y ésta se manifestaba en la existencia de dos estamentos privilegiados (nobleza y clero) y uno no privilegiado (tercer estado). Los privilegios de nobleza y clero fundamentalmente eran de carácter jurídico y fiscal, de forma que los privilegiados estaban exentos de pagar impuestos y contaban con un régimen de leyes diferente al de los no privilegiados.

• Nobleza. Era el estamento encargado del gobierno y la defensa del territorio. Solían vivir de las rentas derivadas de sus posesiones y de los cargos públicos que ocupaban. Hay que distinguir entre alta nobleza y baja nobleza. A la primera pertenecerían las familias que detentaban las grandes propiedades y los más altos títulos nobiliarios, como reyes, condes, duques, barones o marqueses,. La baja nobleza, por contra, era mucho más numerosa y estaba conformada por caballeros e hidalgos cuya situación económica no era tan desahogada.

• Clero. Era el otro estamento privilegiado y estaba encargado de la enseñanza y la salvación de las almas. Sus ingresos provienen de la gran cantidad de posesiones con las que cuentan, así como del cobro del diezmo. Nada tenía que ver la lujosa vida de los eclesiásticos pertenecientes al alto clero (obispos, cardenales, abades...) con las apreturas del bajo clero (sacerdotes, párrocos monjas...)

Los Fugger, un ejemplo del enriquecimiento de la burguesía financiera  Imagen en Wikimedia Commons de Omi´s Törtchen bajo Dominio Público

• Tercer Estado. Lo componía el resto de población no privilegiada. Tienen un tratamiento jurídico diferente al de los otros dos estamentos, debían pagar impuestos y su misión en la sociedad básicamente era producir.  Estaba formado po los campesinos, la burguesía, los trabajadores urbanos y los marginados. Los campesinos eran la gran mayoría. Sus condiciones de vida podían variar mucho, ya que lo mismo existían pequeños propietarios, que arrendatarios que cultivaban a cambio de un censo, que siervos adscritos a la propiedad de un señor. En general se puede decir que su situación no era fácil.

La burguesía era el grupo más dinámico de la sociedad. El término burgués en principio nació para hacer referencia a todos los habitantes de las ciudades (burgos) pero a partir del XVII la palabra ya se utilizará para designar a los más favorecidos económicamente del tercer estado. Estaba compuesta por gente tan dispar como banqueros, rentistas, comerciantes, funcionarios, profesionales liberales o maestros artesanos. Su riqueza aumentaría notablemente en este periodo, sobre todo la de los grandes comerciantes y financieros y ya vimos en el tema anterior lo importante que fueron  en la construcción del Estado Moderno por el apoyo que dieron a la monarquía.

Por último están las clases populares urbanas, a las que pertenecía la gran mayoría de trabajadores manuales y obreros de las ciudades. Cuando el poder de los gremios empezó a decaer, sus condiciones de vida empeoraron notablemente, por lo que se vieron tremendamente desprotegidos, tanto que muchos acabaron cayendo en la marginación (mendigos y vagabundos).