1.2 La fenomenología

Edmund Husserl Imagen de  Psychiatrick  en Wikimedia Commons. Dominio público

Se suele identificar con el lema: plegarse a las cosas mismas. El centro del interés de la fenomenología es el fenómeno, su propósito es lograr un conocimiento estricto del mismo. Se suele considerar lo fenoménico, lo que aparece, como lo contrapuesto a la realidad que subyace. La fenomenología, sin embargo, emplea este concepto en un sentido muy distinto a lo puramente aparente, haciendo del fenómeno el punto de partida de su filosofía. Los objetos se nos dan en la intuición como fenómenos; por fenómeno se entiende “lo que aparece”, “lo que se manifiesta”. Para la fenomenología, los fenómenos son las cosas tal como se ofrecen de forma originaria a la conciencia, algo que ocurre en modos de vivencia muy distintos y no solo mediante la intuición sensible. Es importante entender que lo que se manifiesta, lo que aparece, o de lo que tenemos experiencia, no solo se limita a lo físico: así, se nos puede aparecer a través de los sentidos una montaña pero también, a través del pensamiento, una idea cualquiera, por ejemplo la idea de cuadrado. Esta amplia noción de fenómeno pretende un ensanchamiento del horizonte de la experiencia humana, a la vez que aspira a un conocimiento de las esencias y las relaciones que entre ellas pueden trazarse en cada ámbito: ético, estético, religioso, etc.

En esta línea, se defiende que la intuición, la experiencia directa en la que un objeto se nos hace presente, es un instrumento funda­mental en nuestro conocimiento. Como hemos visto, esa presentación ante nuestra conciencia admite formas diversas según sus distintas esencias, así no se nos presentan del mismo modo los objetos físicos que los matemáticos, los lógicos, o los valores éticos. Por otro lado, siendo que nuestra intuición no se limita a la intuición empírica o la percepción, esta se extiende a la intuición de las esencias o formas universales. Por ejemplo, no solo tenemos intuición de lo que es un acto voluntario particular, algo contingente; podemos también captar su propia esencia y, con ello, saber referirla a otros rasgos esenciales como son la libertad y el conocimiento. Ya que la realidad fenomenológica se muestra ante nuestra conciencia, dicha conciencia es uno de los principales centros de atención de esta corriente. La característica fundamental de la conciencia es la intencionalidad, ya que la conciencia se refiere o es siempre conciencia de algo. Esa conciencia no se agota en el conocimiento, sino que adquiere diversas formas. Así, nuestras vivencias no son solo cognoscitivas, pueden también ser emocionales, apelar al recuerdo, despertar la imaginación, etc. Frente a un modelo de conocimiento reduccionista y centrado en la pura sensibilidad, la fenomenología se plantea la descripción de los tipos de vivencias y de las relaciones esenciales entre las mismas.

El pensador más importante de esta corriente de pensamiento fue Edmund Husserl, del que tienes una fotografía a la izquierda. Algunas de sus obras principales son: Problemas fundamentales de la Fenomenología, Invitación a la Fenomenología y Meditaciones Cartesianas.

El artículo de la Wikipedia dedicado a la fenomenología incluye una completa lista de fenomenólogos, pensadores que, de una u otra manera han tratado de pensar en esta línea. Además, es interesante que puedas ampliar lo que hemos visto leyendo la vida y obra de Edmund Husserl.

En este artículo, el profesor Sergio Sánchez-Migallón Granados  lleva a cabo una comparación entre la fenomenología y otras corrientes de filosofía contemporáneas.