Islas Jónicas y Magna Grecia: El caballo de Troya

Griego I

1.º Bachillerato

Contenidos

Islas Jónicas y Magna Grecia
El caballo de Troya

La guerra de Troya duraba ya más de diez años cuando Aquiles cayó en el combate. Los griegos ya no esperaban conquistar Troya. Entonces, a uno de sus mejores capitanes se le ocurre la idea que finalmente les daría la victoria.... La construcción de un caballo de madera en cuyo vientre se esconderían algunos de los soldados aqueos. En el flanco izquierdo tenía grabada la frase: «Con la agradecida esperanza de un retorno seguro a sus casas después de una ausencia de nueve años, los griegos dedican esta ofrenda a Atenea».

Los troyanos cayeron en el engaño. Ayudó a esto la muerte de Laooconte, sacerdote de Troya, y sus hijos, que quisieron advertir del engaño a los troyanos. Atenea envió dos grandes serpientes que los devoraron. Los troyanos tomaron este hecho como una señal de los dioses e introdujeron el caballo en la ciudad. Lo aceptaron para ofrendarlo a los dioses, ignorando que era un ardid de los griegos para traspasar sus murallas. En plena noche, cuando todos festejaban la victoria, los soldados ocultos en él abrieron las puertas de la ciudad a sus compañeros, que la destruyeron totalmente, matando a todos los hombres, tomando como esclavas a las mujeres.

Pero este episodio no se narra en la Ilíada, el poema que relata parte de la Guerra de Troya. Se hace alusión a él en la Odisea, en la que Homero cuenta las aventuras del héroe griego Odiseo en su regreso a su patria, Ítaca.

Seguramente has visto la película Troya, dirigida por Wolfgang Petersen en de 2004; si es así, podrás reconocer los hechos y los personajes de este vídeo:

Este es el comienzo de la Odisea, uno de los mejores y más conocidos de la historia de la literatura:

"Cuéntame, Musa, la historia del hombre fecundo en ardides que erró largo tiempo después de destruido la sagrada ciudad de Troya, vio las ciudades y conoció las costumbres de muchos pueblos, y padeció en su corazón penalidades sin número en su navegación por el mar, al tiempo que se esforzaba por salvar su vida y la de sus compañeros para regresar a la patria. Pero no pudo librarlos de la muerte, y todos perecieron, locos, por haber devorado las vacas de Helios. Él no permitió que les llegara el día del regreso".

Laocoonte con sus dos pequeños hijos asfixiados por una enorme serpiente Texto de los primeros versos de la Odisea de Homero
Tierra santa - caballo de troya
Vídeo de udjatankha en Youtube

Muerte de Laocoonte y sus hijos
Imagen de Marie-Lan Nguyen en Wikimedia.
Dominio público

Comienzo de la Odisea
Imagen de Bibi Saint-Pol en WikimediaDominio público

Comprueba lo aprendido

Lee el siguiente párrafo tomado del canto VIII de la Odisea y rellena los espacios en blanco:

El ingenioso Odiseo habló a Demódoco de esta manera:

487 —¡Demódoco! Yo te alabo más que a otro mortal cualquiera, pues deben de haberte enseñado la Musa, hija de , o el mismo Apolo, a juzgar por lo primorosamente que cantas el azar de los y todo lo que llevaron a cabo, padecieron y soportaron como si tú en persona lo hubieras visto o se lo hubieses oído referir a alguno de ellos. Mas, ea, pasa a otro asunto y canta cómo estaba dispuesto el caballo de madera construido por con la ayuda de ; maquina engañosa que el divinal llevó a la acrópolis, después de llenarla con los guerreros que arruinaron a . Si esto lo cuentas como se debe, yo diré a todos los hombres que una deidad benévola te concedió el divino canto.

499 Así habló y el , movido por divinal impulso, entonó un canto cuyo comienzo era que los argivos diéronse a la mar en sus naves de muchos bancos, después de haber incendiado el , mientras algunos ya se hallaban con el celebérrimo Odiseo en el ágora de los teucros, ocultos por el caballo que éstos mismos llevaron arrastrando hasta la acrópolis.

502 El caballo estaba en pie, y los , sentados a su alrededor, decían muy confusas razones y vacilaban en la elección de uno de estos tres pareceres; hender el vacío leño con el cruel bronce, subirlo a una altura y despeñarlo, o dejar el gran simulacro como ofrenda propiciatoria a los dioses; esta última resolución debía prevalecer, porque era fatal que la ciudad se arruinase cuando tuviera dentro aquel enorme caballo de madera donde estaban los más valientes argivos, que causaron a los teucros el estrago y la muerte.

514 Cantó cómo los aqueos, saliendo del caballo y dejando la hueca emboscada, asolaron la ciudad; cantó asimismo cómo, dispersos unos por un lado y otros por otro, iban devastando la excelsa urbe, mientras que Odiseo, cual si fuese Ares, tomaba el camino de la casa de Deífobo, juntamente con el deiforme Menelao. Y refirió cómo aquél había osado sostener un terrible combate, del cual alcanzó Victoria por el favor de la magnánima Atenea.

Habilitar JavaScript