3. Érase una vez...

Actividad

 

El tiempo es un elemento muy importante en los textos narrativos. Narrar consiste en contar acontecimientos situados en un tiempo pasado. Incluso los relatos futuristas de ciencia ficción utilizan el tiempo pasado para presentarnos los hechos.

¿Sabes de dónde procede el dicho "¡Toma castaña!"? En el siguiente fragmento encontrarás la respuesta. Pertenece a la obra Cuentos y chascarrillos andaluces, del autor cordobés Juan Valera, nacido en Cabra en 1824. Leyéndolo te darás cuenta de lo importante que es el tiempo para comprender un relato. En este caso, se habla de una tradición de la gastronomía española relacionada con el Día de Difuntos, el 2 de noviembre.

 

Imagen de xornalcerto en Flickr bajo licencia de CC 

 

Las castañas

El día de difuntos salió muy de mañana a misa una linda beata, que la noche anterior, según es costumbre en la noche de Todos los Santos, se había regalado, comiendo puches con miel y muchas castañas cocidas.

Como era muy temprano y apenas clareaba el día, la calle por donde iba la beata estaba muy sola. Así es que ella, sin reprimirse, con el más libre desahogo y hasta con cierta delectación, lanzaba suspiros traidores y retumbantes, y cada vez que lanzaba uno, decía sonriendo:

-¡Toma castañas!

Proseguía caminando, soltaba otros suspiros y exclamaba siempre:

-¡Las castañas! ¡Las castañas!

Un caballero, muy prendado de la beata, solía seguirla, hacerse el encontradizo, oír misa donde y cuando ella la oía, y hasta darle agua bendita al entrar en la iglesia, para tener el gusto de tocar sus dedos.

Iba aquel día el caballero tan silencioso y con pasos tan tácitos detrás de la beata, que ella no le vio ni sospechó que viniese detrás, hasta que volvió la cara, poco antes de entrar en el templo.

-¿Hace mucho tiempo que viene usted detrás de mí? -dijo muy sonrojada la linda beata.

Y contestó el caballero:

-Señora, desde la primera castaña.
Lee ahora los siguientes fragmentos. Pertenecen al cuento de Gabriel García Márquez titulado El rastro de tu sangre en la nieve. Fíjate en las palabras que aparecen subrayadas.

Imagen de Daquella manera en Flickr bajo licencia de CC 

 

Al anochecer, cuando llegaron a la frontera, Nena Daconte se dio cuenta de que el dedo con el anillo de bodas le seguía sangrando.

[...]

Nena Daconte ingresó a las 9:30 del martes 7 de enero, según lo pude comprobar años después en los archivos del hospital. Aquella primera noche, Billy Sánchez durmió en el coche estacionado frente a la puerta de urgencias y muy temprano al día siguiente se comió seis huevos cocidos y dos tazas de café con leche en la cafetería que encontró más cerca, pues no había hecho una comida completa desde Madrid. Después volvió a la sala de urgencias para ver a Nena Daconte pero le hicieron entender que debía dirigirse a la entrada principal. Allí consiguieron, por fin, un asturiano del servicio que lo ayudó a entenderse con el portero, y éste comprobó que en efecto Nena Daconte estaba registrada en el hospital, pero que sólo se permitían visitas los martes de nueve a cuatro. Es decir, seis días después. Trató de ver al médico que hablaba castellano, a quien describió como un negro con la cabeza pelada, pero nadie le dio razón con dos detalles tan simples.

[...]

El martes amaneció turbio y helado, pero sin la llovizna, y Billy Sánchez se levantó desde las seis, y esperó en la puerta del hospital junto con una muchedumbre de parientes de enfermos cargados de paquetes de regalos y ramos de flores. Entró con el tropel, llevando en el brazo el abrigo de visón, sin preguntar nada y sin ninguna idea de dónde podía estar Nena Daconte, pero sostenido por la certidumbre de que había de encontrar al médico asiático. [...] Luego recorrió otra vez la galería exterior mirando por la ventana de los pabellones masculinos, hasta que creyó reconocer al médico que buscaba.

[...]

Entonces lo supo. Nena Daconte había muerto desangrada a las 7:10 de la noche del jueves 9 de enero, después de setenta horas de esfuerzos inútiles de los especialistas mejor calificados de Francia. Hasta el último instante había estado lúcida y serena...
Te habrás dado cuenta de que las palabras y expresiones subrayadas sirven para señalar o marcar el paso del tiempo en el relato, son los marcadores textuales.

Actividad

 

Los marcadores temporales son palabras, expresiones u oraciones que se utilizan para organizar los hechos de la narración de forma cronológica.

El siguiente fragmento pertenece al cuento Narciso, del escritor argentino Manuel Mujica Laínez. Fíjate en las palabras subrayadas.

 

Imagen de iCode en Flickr bajo licencia de CC .

Serafín se sintió mal, muy mal, una tarde. Cuando regresó del trabajo, renunció por primera vez, desde que allí vivía, al goce secreto que el espejo le acordaba con invariable fidelidad, y se estiró en la cama. No había llevado comida, ni para los gatos ni para él. Con suaves maullidos, desconcertados por la traición a la costumbre, los gatos cercaron su lecho. El hambre los tornó audaces a medida que pasaban las horas, y valiéndose de dientes y uñas, tironearon de la colcha, pero su dueño inmóvil los dejó hacer. Llegó así la mañana, avanzó la tarde, sin que variara la posición del yaciente, hasta que el reclamo voraz trastornó a los cautivos. Como si para ello se hubiesen concertado, irrumpieron en la salita, maulando desconsoladamente.
Todas estas palabras subrayadas también señalan en tiempo y hacen avanzar la acción en el relato, se trata de verbos en pretérito perfecto simple.

Actividad

El pretérito perfecto simple de los verbos permite que la acción avance en el relato, a lo largo del tiempo.

Actividad de Espacios en Blanco

Rellena los espacios en blanco del texto siguiente.

 

Los sirven para organizar el relato de forma cronológica. Además, las formas de pretérito de los verbos hacen avanzar la acción en el tiempo.

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