3. Las religiones mistéricas
El santuario de Eleusis, consagrado a la diosa Deméter, estaba situado a pocos km de Atenas. Tenía una sala reservada, donde solo podía entrar el sacerdote que celebraba los Misterios: era allí donde se guardaban los objetos sagrados, cuya identidad desconocemos. Los cultos atraían a Eleusis a gentes de toda Grecia, y convirtieron a la pequeña aldea en un importante centro de peregrinación.
Los Misterios Dionisíacos eran un ritual diferente, ya que utilizan sustancias tóxicas y otras técnicas de inducción de trance (como la danza y la música) para eliminar las inhibiciones. Los Misterios, como culto, llevan a los iniciados a una unión trascendental y mística con Dionisio. Por su propia naturaleza de religión de misterio reservada a los iniciados, muchos aspectos del culto dionisíaco se desconocen.
Se cree que evolucionaron a partir de un culto iniciático más primitivo de origen desconocido (tal vez tracio o frigio) que se habría extendido por todo el Mediterráneo en la época clásica. Su propagación se asoció con la difusión del vino, con el que aparece siempre estrechamente asociado. Habría comenzado como un simple rito de consagración o purificación y se habría difundido rápidamente en la cultura griega como una religión mistérica popular, incorporando una gran variedad de cultos similares.
En el ritual dionisíaco, los adeptos, tras la ingestión del vino, acuden al monte en alegre comitiva, donde celebran la orgía, que consiste en una danza frenética, seguida del descuartizamiento de un animal y la ingestión de su carne cruda, en la que se cree que está presente el dios. Se trata de una especie de comunión en la que el dios entra en el cuerpo de sus fieles a través del vino y de la carne, produciendo un gozo místico. La desinhibición y los efectos euforizantes de la bebida se achacan a la posesión divina. El vino se derramaba también sobre la tierra y las vides, completando el ciclo.
Esa posesión divina libera a los participantes de sus limitaciones y los devuelve a un estado primitivo y natural. Dionisio era un dios liberador, y además igualador, por lo que no es de extrañar que muchos de sus devotos fueran mujeres, esclavos, fuera de la ley y extranjeros. Todos eran iguales en su culto.
Muchos gobernantes griegos consideraban el culto a una amenaza para la sociedad civilizada y desearon para su controlarlo o suprimirlo por completo. |

Pregunta Verdadero-Falso
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Falso
Los dioses olímpicos no se preocupaban de la moral de los seres humanos.Retroalimentación
Verdadero
Orfeo y Perséfone habían descendido al Hades, y se consideraba conocían los secretos que encerraba.Retroalimentación
Verdadero
Ofrecía, además, la esperanza de ir mejorando la vida en esta tierra como premio a una conducta moral.Retroalimentación
Falso
De hecho, Pitágoras y Platón compartieron estas creencias.Retroalimentación
Verdadero
Se consideraba que muchas de sus prácticas podían ser peligrosas.Retroalimentación
Verdadero
Concretamente en los misterios de Dioniso, a través de la ingestión de vino y carne cruda.Retroalimentación
Falso
Fueron los más antiguos que conocemos, y estaban dedicados a Deméter.